Agustín había llegado justo a tiempo a esa pequeña y pintoresca cafetería de barrio, tendría una cita con un chico de la universidad que lo había invitado por medio de notas diarias desde hacía un mes. Accedió más por cansancio que por otra cosa. El chico no era feo, pero tampoco lo volvía loco. Se sentó un mesa apartada y se puso a leer esperando a que el otro llegara. Luego de una hora de espera, un mesero muy lindo se acercó con una sonrisa, era alto, cabello lacio y castaño, ojos verdes, piel bronceada y dientes perlados.-Buena' tarde', ¿Quiere algo? -preguntó con voz gruesa y un bello acento.
-Sí, que el idiota de mi cita no me dejara plantado como a un pelotudo... -gruñó el enano con molestia, suspiró bajo y volteó a ver al mesero quedando tontamente hipnotizado por su belleza.
-No entiendo como alguien podría dejar plantado a un chico tan lindo... -comentó el de ojos esmeralda con una amplia sonrisa.
-¿Lindo? ¿Yo? -preguntó incrédulo el más bajo sonrojado.
-Hermoso diría yo... -contestó coqueto mirándolo a los ojos.
-Si así fuera, no me hubieran dejado acá tirado... -murmuró con tristeza el platense agachando levemente la cabeza.
-Vo' sólo esperá acá, ya vuelvo...
El mesero se alejó rápidamente hacia la cocina, como si su vida dependiera de ello. Ya fuera de la vista del ojiceleste, se quitó el mandil con una amplia sonrisa y comenzó a preparar dos cafés americanos junto con dos porciones de torta. El chico de la cocina lo miraba alzando una ceja, confundido ante la brillante actitud de su compañero.
-¿Te picó el hambre, culiao? -indagó bromista el cordobés.
-Algo así, hay un chico hermoso al que un pelotudo dejó plantado, tengo que levantarle el ánimo, ¿No? -preguntó alegre al cocinero.
-Creo que te quedaste medio boludo con el pibito, ¿No? -bromeó sonriente viendo a su amigo.
-Cone, no sea' tonto, sólo estoy tratando de animarlo... -se excusó el salteño.
-Tranca Marquitos, que para animarlo no es necesario decirle "hermoso' -aseguró riendo levemente.
-¿Me estaba' espiando, primo? -interrogó terminando de preparar la bandeja que le llevaría al chico.
-Mm puede ser, o también puede ser que te le quedaste viendo desde que entró por la puerta como un boludo -contestó sonriente-. Andá, dale. Que sino va a pensar que vos también lo dejaste ahí...
-Tené' razón. Nos vemo' despué'.
El salteño agarró la bandeja y salió rápidamente de la cocina. Se acercó a la mesa del chico de ojos celestes y le dejó un café frente a él, junto con un pedazo de Chocotorta, lo mismo hizo en el lugar vacío. Dejó la bandeja en una mesa vacía y se sentó frente al chico con una amplia sonrisa.
-¿Y ésto? -indagó el enano dejando su libro de lado con una sonrisa.
-Bueno, ya que un idiota lo plantó, otro idiota tiene que tomar su lugar, ¿No le parece? -preguntó con dulzura hacia el chico frente a él.
-No me parece que seas un idiota, me pareces un pibe muy tierno -aseguró el enano con una amplia sonrisa, enternecido por el comportamiento del contrario.
-Mejor así... No sé que café le gusta ni si le gusta lo dulce, pero supuse que sí. No tome nada por compromiso, si me dice que algo no le gusta, se lo cambio sin problema -comentó el ojiverde.
-No te preocupes, para ser sincero, es justo lo que iba a pedir... Soy Agustín -se presentó amigable.
-Soy Marcos, un placer conocerlo bombón -devolvió en tono coqueto el salteño con una amplia sonrisa.
Ambos hombres concectaron en perfecta sincronía, estuvieron hablando un largo rato, todo iba bien entre ellos, mientras más conversaban, más se gustaban. Pareciera que el destino los había juntado, o eso pensaba el salteño, que luego de media hora decidió preguntar algo que rondaba en su cabeza desde que había visto al enano, pero algo, o más bien alguien, detuvo su entretenida plática. Un chico rubio entró agitado a la cafetería y se acercó con rapidez hacia ellos.
-¡Agus! ¡Me esperaste! -chilló el rubio con una amplia sonrisa.
-Em no, la posta es que después de un rato me estaba por ir pero éste lindo mesero me invitó un café y nos pusimos a hablar un largo rato -confesó el enano viendo a Marcos con una sonrisa.
-Entonce'... ¿Quiere repetirlo? -preguntó el más alto viendo al chico a los ojos, la ilusión recorría su sangre y sus nervios se apoderaban poco a poco de su estómago.
-¿Es joda? -indagó incrédulo Agustín-. ¿Por qué no querría salir con vos? Lo disfruté mucho y, no te voy a mentir, sos muy lindo... -murmuró el enano con un leve sonrojo en sus mejillas.
-Mañana tengo el día libre... -soltó el de ojos esmeralda embriagado por la belleza del contrario.
-Me parece bien, Salta... -Marcos se había enamorado de ese apodo tonto que le había dicho el chico. El ojiceleste escribió su número en un papel y se lo entregó al contrario con una sonrisa-. Más te vale que me llames, o voy a pensar que te arrepentiste.
Acotó alegre juntando sus cosas para irse. Había sacado el dinero para dárselo al mesero, el cual lo rechazó rápidamente. Si quería considerarlo una cita, él iba a invitarlo, quería conquistar a ese chico sea como sea, lo que no sabía, es que desde que lo vió, lo conquistó.
-No no, no se preocupe. Soy un caballero, yo lo invité -aseguró levantándose de la mesa a la par que el enano-. Espero que le haya gustado nuestra cita...
-Honestamente, me encantó. Te veo mañana, corazón -se acercó y deposito un suave beso en la mejilla del salteño, el cual por dentro se derretía.
-Lo veo mañana, bombón... -murmuró con una sonrisa viendo como el hombre más hermoso de su vida salía por la puerta de su trabajo. Suspiró bajo y volteó a ver al rubio con una sonrisa triunfante-. Mala leche, primo. Uste' lo dejó solo y yo me lo robé...
Le guiñó un ojo de forma burlona para luego juntar las cosas y volver a la cocina. Esperaba con ansias que su día laboral terminara para poder invitar al ojiceleste a una cita real. Ese chico sí que era su tipo, tenía un gran sentido del humor y era extremadamente lindo, el destino al final estaba a su favor y le había caído un ángel del cielo, un ángel tan hermoso que lo había enamorado en sólo un milisegundo.
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MARGUS // ONE-SHOTS
FanfictionHistorias cortas del shipp Margus (Marcos X Agustín), hechos con mucho amor y respeto. Los personajes no son míos, son participantes del show Gran Hermano. Realmente espero que ninguno de ellos lo vea porque me daría mucha vergüenza, pero si llega...