Celos II

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-Seguro lo está haciendo para obtener el cariño del público, aunque me parece re de cuarta fingir una cosa así -murmuró Agustín con un breve sonrojo alojado en sus mejillas.

-No creo, primo. No má' se está haciendo el vivo, pero me está empezando a sacar la paciencia, ¿Sabe'? -gruñó bajo el salteño sentándose en la cama de su amigo, intentando con todas sus fuerzas contener su evidente ira.

-No te preocupes Marquitos, no le des bola a sus chistes pelotudos. Ya sabemos cómo es... -intentó calmar el platense con una pequeña sonrisa, tomando lugar junto a su amigo.

-Primo, yo...

Antes de que el salteño pudiera hablar, apareció por la puerta a la última persona que éste quería ver.

-Agus, necesito hablar con vos... -dijo el rubio acercándose hacia donde ellos estaban.

-Vo' no necesita' nada del Agu' -escupió con molestia Marcos, haciendo denotar aún más su bello acento, aquel que cada día enamoraba más al de ojos celestes.

-¿Y vos qué te metes? Yo estoy hablando con Agustín, no con vos. ¿Qué sos? ¿El novio? -bromeó de mala manera el contrario.

-¿Y a vo' qué pingo te importa? ¿Está' celoso? -arremetió Marcos levantándose de la cama con los puños cerrados, no iba a golpearlo, él no era así, pero ese chico le estaba colmando la paciencia.

-¿A vos que carajo te importa? Ese es mí problema y el de Agustín. No tuyo -contestó con enojo el rubio.

-Vo' al Agu' no te acerca' -sentenció el salteño acercándose sólo unos pasos al chico.

-¿Te pensás que por ser lindo él te va a dar bola? Si no haces nada acá, sos una planta amigo, con suerte hablas. Ahora, ¿Te podés ir? Quiero hablar con Agustín, no con su guardaespaldas -se movió un poco para poder ir directamente hacia dónde se encontraba el platense, pero Marcos se metió nuevamente en su camino, prohibiéndole el paso.

-No soy su guardaespaldas, soy su amigo, y eso es lo que má' te jode a vo' -contestó frunciendo el ceño mientras se cruzaba de brazos.

-No, lo que me jode es que no lo dejes solo ni un puto minuto, quiero hablar con él de algo que no tiene nada que ver con vos, así que correte o...

-¿O qué? No me podé' pegar, y correrme no me pienso correr.

El platense, que por fin pudo caer a tierra en lo que estaba pasando, decidió que debía interferir antes de que alguno de los dos chicos quede expulsado por golpear al otro. Se paró y caminó hacia Marcos, colocando suavemente una mano en su hombro. El de ojos verdes volteó a verlo para sonreír por inercia, mientras descruzaba suavemente sus brazos.

-Tranquilo primo, no pasa nada... -murmuró de forma suave, volteó levemente a ver al rubio, el cuál sin dudas le dedicó una sonrisa-. No sé que estás tramando, pero joder con eso está mal, posta que es muy bajo y triste fingir ser algo que no sos por la aceptación de la gente -dijo frunciendo levemente el ceño, sin quitar su mano del hombro del salteño.

-Yo no fingo nada, Agus... Sé que pensás mal de mí porque me junto con la Tora, pero te juro que yo soy diferente a ella... Posta que me pareces re lindo y...

-Si e' así, ¿Por qué nunca lo defende' cuando ella lo ataca? ¿O me vas a decir que nunca la escuchaste? -interrumpió el salteño dedicándole una de las mayores miradas de odio que podía.

-Se lo dije a ella en privado, no tengo porque hacer bandera de eso con todos como hacés vos. Me parece re cualquiera -concluyó la respuesta para volver a mirar a Agustín-. No conozco tu orientación ni nada, pero posta que quiero intentar pasar más tiempo con vos, charlar y conocerte, al menos ser tu amigo...

-¿Para que después vayas a contarle todo a tu amiga y me bardee aún más? No, gracias. Con un amigo en la casa estoy bien -aseguró el de ojos celestes con una pequeña sonrisa amable en su rostro.

-Agus, te juro que... -Nacho fue interrumpido, otra vez, por Marcos.

-Ya lo escuchaste, ahora tomatela que tengo que hablar con el primo.

Soltó con una amplia sonrisa victoriosa en su rostro, al rubio no le quedaron más opciones que irse con la cabeza gacha, había perdido de forma honrada contra el muñeco Ken. Por fin solos, era el primer momento de la semana que Marcos podía estar a solas con Agustín, y debía aprovecharlo.

-Bueno, ahora sí, ¿Qué fue todo ese show primo? -preguntó el platense a modo de broma, tenía una teoría, pero no quería hacerse ilusiones.

-Perdón primo, espero que no me pegue...

Sin esperar respuesta alguna, el de ojos verdes abrazo la cintura de su amigo con sus fuertes brazos y acercó su rostro hacia el chico de ojos cielos, el cual aceptó gustoso, no iba a desaprovechar esa oportunidad única. Luego de unos eternos segundos, se animaron a juntar sus labios en un tierno beso, duró muy poco, pero tuvo mucho significado para ambos chicos. Fue una mezcla de emociones para ambos, Marcos pensó en que su familia quedaría encantada con Agustín, eran religiosos pero de mente muy abierta, seguramente ahora estaban festejando éste suceso en su casa. Mientras que Frodo simplemente se dedicó a disfrutar del momento, los labios dulces del menor lo hacían enloquecer por completo, hasta se había olvidado de las cámaras, cosa muy rara en él. Al separarse ambos de miraron a los ojos con una amplia sonrisa.

-¿Estabas celoso, primo? -indagó curioso el platense sin separarse del abrazo.

-Mucho primo, disculpe pero no pude evitar ser impulsivo... No me gustó como se le acercó, como le hablaba y mucho menos que quisiera estar a solas con uste' -se sinceró el salteño con una pequeña sonrisa mientras pegaba su frente a la del contrario.

-Te quiero mucho, Marquitos... -susurró el de ojos cielo con una amplia sonrisa mientras pasaba sus manos por el cabello del salteño.

-Lo quiero mucho, Agu'...

Eso para ellos era suficiente, ya verían luego si lo contaban o no, si lo hacían a escondidas o no, eso era cosa del Agustín y Marcos del futuro, los del presente sólo querían disfrutar de ese momento, de esa pequeña burbuja que se había formado. No era necesario decirlo, pero ellos siempre estarían el uno para el otro, pase lo que pase, Marcos siempre sería su Caballero de brillante armadura y Agustín siempre sería su cable a tierra.

MARGUS // ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora