MARGUS // ONE-SHOTS

Vacaciones I

Agustín, Thiago, Nacho, Coty y el Cone decidieron irse de vacaciones juntos, la idea principal fue del rubio, aunque él quería ir solo junto al platense, pero se sumaron los otros tres, y no podía negarse, no quería ser tan obvio. Luego de días de peleas, tomaron la decisión de irse a San Bernardo, una playa linda y tranquila de Buenos Aires, aunque según la correntina era un "lugar de viejos". Alquilaron una linda casa frente al mar de dos pisos entre todos con cuatro habitaciones, la pareja juntos y el resto cada uno en su cuarto, dos baños, un living muy grande, una cocina, un comedor, patio trasero y delantero. Llegaron alegres a la casa, eligieron sus cuartos y acomodaron todo. Agustín fue el primero en terminar, así que decidió salir al patio delantero un rato a tomar aire y ver el mar. Escuchó un ruido cerca suyo así que volteó la vista hacia la izquierda encontrándose con un hombre alto, bronceado, cabello castaño, ojos verdes y una sonrisa brillante, el chico estaba regando el pasto de la casa junto a la suya, sólo los dividía una pequeña medianera de madera que con suerte pasaba los ochenta centímetros.

-¡Hola! -dijo el hombre con una amplia sonrisa y un acento que casi lo hacía desmayarse.

-Ho-Hola... -murmuró el platense con una amplia sonrisa.

-¿Ustedes también están de vacacione'? -preguntó el más alto de forma amigable.

-Sí, vinimos por dos semanas, ¿Y vos? ¿También viniste con amigos? -indagó el ojiceleste.

-Sí, mis amigas están chusmeando adentro de quién sabe qué -contestó haciendo una leve mueca logrando que al más bajo se le saliera una risa desde el fondo de la garganta-. Tiene una linda risa, primo...

-Lo dudo, pero gracias -dijo apenado el platense con una sonrisa algo tímida-. Soy Agustín...

-Marcos, un gusto -sonrió el ojiverde dejando la manguera a un lado para acercarse más a la medianera.

-¿Viniste sólo con tus amigas? -preguntó el más bajo mientras copia el acto del contrario.

-Sí, soy gay así que sus novios no tienen problema, de hecho prefieren que venga con ella' para que las cuide -contestó mientras pasaba una mano por su levemente largo cabello, peinándolo un poco.

-Es lindo de tu parte que hagas eso, yo vine con los monos de mis amigos, mi mejor amiga y su novio -soltó riendo.

-¿Y su novia? -al ver que el más bajo no había entendido, sonrió con ternura-. Tú novia. Lo lamento, soy salteño y allá nos dirigimos como "usted" el ochenta porciento del tiempo -aclaró viendo al enano a los ojos.

-Ahh... También soy gay, y no, no tengo novio.

Aclaró con una amplia sonrisa, iba a continuar la conversación hasta que ambos escucharon un grito detrás del enano que los descolocó un poco, en especial al salteño.

-¡Mi amor! Te estaba buscando, ¿Qué hacías acá que no estás abrazándome? -escupió Nacho con una amplia sonrisa mientras se acercaba a Agustín, el cual estaba claramente molesto por la absurda interrupción de su amigo.

-Tomátela gil -bufó mirándolo, para luego pasar su vista nuevamente al hombre hermoso-. Perdón, él es Nacho, el tarado de mi amigo -dijo con una sonrisa.

-Un gusto Nacho, soy Marcos -se presentó alegre hacia el rubio, el cual lo miraba con su peor cara.

-Sí, un gusto -soltó con sequedad, para tomar al platense del brazo-. Vamos a comer, tengo hambre -exigió como si fuera un niño pequeño que necesitara que su madre le cocine.

-Amigo, dale... Sos grande ya -gruñó bajo tratando de alejar al rubio de su brazo.

-Pero necesito que el amor de mi vida me cocine, él cocina muy bien... Por favor, Frodooo -rogó haciendo puchero a su amigo, el cuál sólo rodó los ojos.

-Si te cocino, ¿Me vas a dejar en paz un rato? -preguntó el enano con enfado.

-Obvio que sí, mi amor -contestó el contrario con una amplia sonrisa.

-Bueno gede, ahora voy... -bufó para luego poner su vista en el de ojos verdes, sonrió inconcientemente al verlo-. Perdón, en serio... ¿Te parece si hablamos después?

-Claro primo, no hay problema -era muy amable, en serio, y demasiado atractivo-. Lo veo más tarde...

El salteño le dedicó una linda sonrisa y un, muy disimulado, guiño. Agustín sonrió y se llevó a Nacho de ahí, prácticamente arrastrándolo, hacia la casa. Al entrar y estar fuera del alcance visual del más alto, el platense le dio un fuerte golpe en la cabeza a su amigo, el otro sólo se quejo entre risas. Por suerte habían llegado muy temprano, así que luego de cocinar para todos en la casa, Agustín se decidió por ir a la playa, plan al cual todos sus amigos se sumaron. El enano fue el primero en estar listo y salir al patio, seguido de Alexis, el novio de Coty. Ambos se pusieron a charlar animadamente junto con Thiago, que salió alegre y con ganas de charlar. Luego de unos quince minutos, salieron la correntina y el rubio, los cuales se disculparon por "quedarse chusmeando" mientras se arreglaban. Agustín comenzó a caminar hacia la playa junto al rubio, el cual lo había agarrado de la cintura.

-¿Estás bien, amigo? -preguntó con curiosidad el enano.

-Sí, ¿Por? -indagó Nacho acercando levemente a su amigo.

-Estás más cariñoso que de costumbre... -contestó entrando a la playa y divisando rápidamente al chico salteño de la mañana.

-Yo siempre soy cariñoso con vos, desde hace mucho que estoy pegote, sólo que vos ahora te diste...