Actor III

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Marcos respidó hondo, era momento de improvisar la mentira más creíble que pudiera. Ésta era la prueba definitiva de que tan buen actor era, estaba bajo presión, acorralado contra la pared y muerto de nervios. Comenzó a reír suavemente bajo la atenta mirada de Agustín y las chicas.

-Me lo dicen seguido, pero yo creo que somo' muy diferente'. Ademá', no es tan buen actor -comentó con desinterés el salteño, ganándose una mirada de odio mezclada con asombro por parte de las chicas.

-Ah bueno, a ver, actuá vos entonces -gruñó la chica rubia, le quitó su celular al enano de las manos, para luego alejarse con sus dos amigas, no sin antes decirle algo a Agustín-. Yo que vos, ni intento algo con él. 

Marcos se quedó asombrado al oír aquello, no entendía porqué una de sus fans se comportaba de aquella manera tan odiosa. Suspiró bajo, actuando como si la situación le importara poco y nada, quería aprovechar para poder hablar un poco con el bello chico de ojos celestes frente a él.

-Volviendo a lo nuestro... ¿Cuánto' años tené'? Nunca te lo pregunté, y no quiero problemas -comentó a modo de burla, Guardis le seguiría un rato el juego, sólo para confirmar sus sopechas, no le gustaba que le vieran la cara de tonto.

-Tengo veinticuatro años, ¿Y vos? -preguntó con una leve sonrisa.

-¿Es mayor que yo? No lo parece... -murmuró sorprendido el salteño-. Tengo ventidós.

-Al parecer si tenés mucho que ver con ese tipo Marcos... -comentó el platense-. Aunque, para ser sinceros, él es más mi tipo. Físicamente, obvio...

-¿Esa es su manera de decirme feo? -preguntó con indignación el más alto, ¿A caso el mayor era un cazafortunas? O... ¿Lo había descubierto?

-No, sólo digo que él parece más auténtico... Más como un hombre real, no un trapero con complejo de punk -si sugerirlo no funcionaba, tendría que insultarlo con altura, si eso no le molestaba, sería más que obvio que mentía.

-Te olvidaste de algo, también parezco un motoquero de los noventa -soltó con burla.

-¿No te molesta lo que te dije? -interrogó el mayor cruzándose de brazos.

-¿Por qué lo haría? Pa' lo' gusto', lo' colore'. A mí usted me parece hermoso, pero entiendo que no piense lo mismo con respecto a mí -contestó con una sonrisa, haciendo que la ira pasiva del enano comience a hervirle la fría sangre.

-¿Me estás boludeando? -bufó con cansancio.

-No, claro que no... Sólo digo que entiendo si no le resulto atractivo o no soy su tipo. Soy alguien racional y comprensivo, no un idiota. Pienso que uste' es demasiado perfecto para alguien como yo, siendo honesto, es la primera vez en mi vida que tengo una cita y puedo ser yo mismo, o algo así... Me alegra que sea mi primera cita, aunque algo me dice que también será la última.

Marcos por dentro se sentía horriblemente mal, no quería lastimar al chico, por eso había tomado la decisión de desaparecer de su vida luego de aquella, que probablemente sería, la peor cita del mayor. Aquellas palabras calentaron el frío corazón del de rulos, quien tomó la decisión de dejar a un lado la mentirosa verdad y disfrutar de lo que les quedara de tiempo.

-Perdón... Soy alguien muy reservado y me cuesta confiar en la gente... Las personas en las que confié, siempre me terminaron fallando por una cosa o por otra, a excepción de mi mejor amiga Coty. Todos siempre me usaron y me dejaron de lado después, por eso actualmente no suelo abrirme con nadie... -se sinceró el enano, haciendo sentir al más alto, aún peor que antes.

-Lo entiendo, me pasa algo parecido... -suspiró con pena, el chico no se merecía que él hiciera lo mismo que el resto-. Sé que va a ser la última vez que nos veamos pero... ¿Quiere caminar a ninguna parte conmigo? -preguntó el salteño con una dulce sonrisa.

-Me parece bien...

Ambos se fueron del lugar y comenzaron a caminar sin rumbo, hablaron hasta de cosas que o tenían ningún sentido, pero para ellos lo tenía. Se sentían como en un sol de medianoche, era algo imposible pero maravilloso. Luego de unas horas de caminata, llegaron nuevamente a la pequeña plaza en la que se habían conocido el día anterior, se sentaron en un banco y siguieron charlando como si el tiempo se hubiera detenido.

-¿Uste' estudia o trabaja? -indagó curioso el de lentes miel.

-Soy estudiante de Psicología. -pensó unos segundos y decidió cambiar de tema-. Si pudieras pedir lo que vos quieras por un día, ¿Qué sería? -preguntó el mayor mientras jugaba con sus manos.

-Antes hubiera dicho "una vida normal", pero ahora tengo muy claro lo que pediría... -comentó el menor dirigiendo su mirada hacia el cielo-.  Elegiría pasar todo el día con uste'... Es un chico maravilloso, inteligente y nunca se queda sin tema de conversación. Es fascinante... -suspiró sonriente al ver como su cita se sonrojaba, él realmente era afortunado de haber podido conocer a Agustín, aunque sólo dure veinticuatro horas.

-Yo pediría que tengas la confianza con alguien para ser sincero, totalmente honesto y transparente... Ser un actor famoso no debe ser fácil, ¿No, Mar? -preguntó el de rulos mirando al salteño sonriente.

-La verdad que no, estoy harto de esa vi... -el menor frenó en seco las palabras que salían de su boca y volteó a ver al enano a los ojos, estaba sorprendido de que hubiera descubierto todo, pero no parecía molesto, de hecho se lo notaba sereno-. ¿Cómo...?

-Ayer, cuando lo miraste a Nacho, aproveché para verte de perfil unos segundos, y noté que tus ojos eran verdes y no tenías ningún piercing en la ceja, además, se te escapaba un mechón de tu pelo castaño por afuera del gorro... -contestó con calma y una dulce sonrisa-. Era cuestión de atar cabos, aunque no te mentí hoy...

-¿De qué habla? -interrogó el menor aún paralizado por la situación.

-Marcos es más mi tipo, él es el chico real, tiene un color de ojos muy lindo, es gracioso, me sigue mis conversaciones raras, hasta las más locas, se insultó a sí mismo y fingió ser alguien que no es por miedo a que yo intente usarlo, pero fue tan tonto que se terminó abriendo conmigo sin notarlo... Por eso a él volvería a verlo, quizá más de un par de veces... -comentó el platense con una sonrisa.

-¿En serio no está molesto conmigo? -indagó Ginocchio con una amplia sonrisa de alivio, podría volver a verlo.

-Al principio lo estaba, no te voy a mentir. Pero conforme fue pasando el día, me di cuenta que sólo eras un chico asustado que no había podido vivir nada de la vida real, que la gente siempre lo usó y que decidió abrirse con un chico extraño al que saltó a defender sin ningún motivo o convenciencia, sino que lo hizo porque tiene un gran corazón. Y eso me gustó mucho, no voy a negártelo... -aseguró tomando sutilmente la mano de Marcos entre las suyas.

-Gracias... En serio... -murmuró el actor para, por fin, lanzarse a los brazos del ojiceleste-. Me alegra tanto saber que voy a poder volver a verlo... 

-A mí también... Pero a la próxima, dejame elegir a mí como te vas a encubrir, si es que querés hacerlo -sugirió dejando escapar una dulce sonrisa.

-Está bien, lo prometo... -suspiró entre risas-. Gracias por aceptarme, Agu'...

-Siempre voy a estar para vos, Marquitos... 

Susurró con voz suave. Agustín sabía que estaba con un chico que necesitaba mucho afecto, un hombre que había trabajado toda su vida y no podía ser real con nadie, alguien que necesitaba una persona con la cual hablar de sus problemas, de sus miedos, de tonterías por hora, alguien que lo ame por como es, no por quien aparenta ser. Por otro lado, Marcos sabía que Agus necesitaba en quien apoyarse, alguien que lo cuide y lo defienda de cualquiera que intentara aprovecharse de él, un hombre fuerte que lo amara sin importar qué, porque el mayor lo había aceptado tal como era, y el de ojos verdes estaba dispuesto a hacer lo mismo, daría la vida por su enano desde ese día hasta su último aliento.

MARGUS // ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora