Jaula II

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Agustín se encaminó con Nacho hacía donde se encontraba la Jaula, tenía ver al chico que acababa de conocer ser molido a golpes por otro, pero tampoco era nadie para meterse ahí. Su amigo lo calmaba un poco diciéndole que, hasta el momento, Marcos era el mejor luchador que había en Argentina, según él, cuando el salteño entraba a la Jaula, era otra persona completamente diferente. Agus suspiró bajo, odiaba éste tipo de cosas, pero tampoco quería fallarle a ese salteño tan lindo. Sin darse cuenta ya estaban al frente de todo, su mirada se dirigió hacia la esquina del de ojos verdes. Cuando Ginocchio salió al ring, todos lo aplaudieron y alabaron, pero el salteño sólo se concentró en como lo veía Agustín, le sonrió con ternura y le guiñó un ojo. Entró su rival, un hombre alto, de tez pálida, cabello negro y ojos marrones, era atractivo, pero no tanto como Marquitos. El hombre, llamado "Samuel", dirigió su vista a Frodo para guiñarle un ojo, acto que no pasó desapercibido por el carnicero.

-Eu, te voy a rompe' la cabeza si lo volvé' a mirar -gruñó el ojiverde con evidente enojo.

-¿Tu chico? -preguntó a modo de burla el pelinegro comenzando a calentar, al igual que el contrario.

-Sí -afirmó con molestia, aquello había hecho sonrojar a Agustín.

-Va a ser lindo cuando te vea en el piso perdiendo la pelea, seguro viene corriendo conmigo -acotó haciendo enojar más al salteño, no debía jugar con fuego.

El carnicero no contestó, esperó paciente hasta que escuchó la campana. La pelea parecía ser a muerte, Marcos era rápido, ágil y preciso con sus golpes, el contrario a penas llegaba a cubrir algunas patadas y puñetazos que proporcionaba el castaño. Agustin veía todo con asombro, era cierto lo que Nacho le había dicho, Ginocchio era otro chico cuando entraba a la Jaula, otro muy agresivo y posesivo, no se parecía al sexy hombre tierno del baño.

-Creo que no le gustó que te mire otro hombre... -comentó el rubio con una sonrisa viendo la pelea mientras sacaba a su amigo de sus pensamientos.

-Es impresionante... Y es hermoso... -aseguró asombrado el de ojos claros.

Marcos le hizo una llave en el brazo a su contrario y lo dejó en el suelo sin soltarlo. Se acercó suavemente al oído del tal Samuel y susurró con una pequeña sonrisa en su rostro.

-No vuelvas a mirar a mi chico, o te hago sufrir el doble.

A los pocos segundos, luego de ejercer más fuerza con la llave al de pelo negro, éste comenzó a golpear el suelo con su mano libre, se estaba rindiendo. El árbitro se acercó para conseguir que Marcos lo suelte y darle la victoria, bien merecida, al salteño. Éste sonrió, se puso una bata para poder salir de la Jaula. Le hizo una leve seña a Agustín mientras que el árbitro hablaba de la victoria del carnicero. Nacho empujó levemente a su amigo en dirección al de ojos verdes. Frodo, muerto de nervios, se acercó con cuidado hacia el chico. Una vez estaba frente a él, le dedicó una tímida sonrisa.

-Felicidades... -murmuró permitiendo que el de ojos verdes lo abrazara por la cintura con una amplia sonrisa.

-Creo que gané un gran premio -contestó alegre, no tenía ni un golpe, ni un rasguño, parecía que sólo había entrenado, no que recién salía de una pelea.

-¿En serio? ¿Ganaste mucha plata con la pelea? -indagó curioso el más bajo depositando sus manos en el pecho del ojiverde.

-Me refería a antes de la pelea -susurró coqueto acariciando la cintura de Agus, todos a su al rededor lo estaban vitorando, pero él sólo podía concentrarse en los ojos celestes frente a él.

-¿En serio me querés invitar a salir? -preguntó incrédulo el más bajo, recordando lo que había pasado en el baño.

-¿Uste' cree que que hubiera reaccionado así por cualquier desconocido? ¿O que hubiera peleado por uste' si no quisiera algo más? -interrogó levantando una ceja con una pequeña sonrisa.

-Bueno... Supongo que no... -contestó el más bajo con timidez.

-Entonce'... ¿Quiere salir conmigo?

Agustín estaba por contestarle, pero para mala suerte de Marcos, el chico con el que peleó, se acercó a ellos. El más alto acercó, aún más, a Frodo a su cuerpo con posesividad, no iba a permitir que ese tipo se le acercara. Para su sorpresa, éste sólo le estiró la mano con una sonrisa, Ginocchio aceptó el agarre sacando una mano de la cintura de Agustín, no las dos, no iba a soltarlo hasta que éste le contestara. Lo extraño para él, era que no solía comportarse de esa manera, usualmente era más relajado, para nada celoso, pero éste chico de ojos celestes lo había vuelto loco en sólo unas pocas horas.

-Definitivamente sos el mejor, carnicero. Felicidades por tu victoria y lamento haberme pasado con tu chico -el de pelo negro no parecía mal tipo, sólo había tratado de desconcentrarlo, pero había elegido la peor de las maneras.

-No hay problema, primo. Disculpe por haber sido tan agresivo -comentó soltando sus mano y posicionandola nuevamente en la cintura de Frodo.

-Lo entiendo, yo hubiera hecho lo mismo. Fue un gusto pelear con vos.

Sin decir más, el chico se alejó con una leve renguera, Marcos realmente lo había golpeado mucho, se notaba que le dejó varias marcas que tardarían días en irse. Suspiró bajo y volvió su vista a los ojos celestes tan atrapantes que tenía el más bajo.

-¿Tonce'? -preguntó con una amplia sonrisa hacia el más bajo.

-¿Vos no vivís en Salta? -indagó algo confundido.

-De hecho acepté la pelea para poder buscar un departamento por aquí, me resulta má' cómodo porque casi todas las peleas importante' son en Buenos Aires -aclaró el más alto-. Decir que no, también es válido primo...

Murmuró levemente apenado comenzando a separarse del ojiceleste, éste sólo soltó una pequeña risa, el chico realmente le gustaba, ¿Cómo podía creer que le diría que no? Suspiró bajo y lo tomó suavemente de la bata para poder atraerlo nuevamente a su cuerpo, Agustín estaba muy decidido, algo extraño en él. Sonrió cuando sus narices chocaron y, con un gran nerviosismo recorriendo su cuerpo, lo besó. Un beso dulce, tierno y rápido, pero que le demostraba todo sin decirlo. El mejor beso que ambos habían tenido en su vida. Agustín se separó sonriente mirando fijamente los ojos verdes del contrario.

-¿Eso contesta tu pregunta? -indagó con una sonrisa.

-No, necesitaría otro para confirmar -bromeó Marcos con una sonrisa haciendo reír a Agus-. ¿Qué le parece si me cambio y lo llevo a cenar? A uste' no le gusta mucho éste ambiente, así que no me parece una mala idea llevarlo a algún lugar lindo.

-¿Seguro? -interrogó Guardis con una sonrisa.

-¿Con uste'? Cualquier cosa que quiera. Daría todo por ver esa hermosa sonrisa en su rostro. Así que vaya a decirle a sus amigos que se va conmigo, yo voy a cambiarme y voy por uste' -aseguró depositando un suave beso en los labios ajenos.

-Está bien, te veo en un ratito.

Murmuró Agustín con una amplia sonrisa. Dejo un beso tierno en la mejilla contraria y se encaminó a sus amigos para avisarles que se iría a cenar con el bombón de Marcos Ginocchio, algo digno de alardear. El salteño se cambió rápidamente, luego de darse una rápida ducha en los vestuarios, no quería hacer esperar al que, según él, sería el amor de su vida. Ambos pasaron una noche muy buena, cenaron juntos en un lugar realmente hermoso, y terminaron la noche en el departamento de Agustín, ya que, según él, el hotel de Marcos estaba muy lejos y ya era tarde, aunque éste tuviera auto, no podía privarse de estar a solas con él, era un hombre dulce y tierno, todo lo contrario a lo que se veía en la Jaula. A partir de ese momento, aprovecharían cada momento para estar juntos, al fin y al cabo, habían conocido por primera vez al famoso "amor a primera vista".

MARGUS // ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora