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Narra escritora

Todos miraron con atención las fotos  que estaban en el pizarrón. Muchos estaban con la boca abierta y otros temblando con las personas con las que le había tocado.
Especialmente un pequeño pelinegro que estaba temblando, pero no de miedo si no de emoción.

- ¡AAAAAAH! - pegó un grito tan fuerte que todos en la sala pegaron un pequeño salto. - ¡ME TOCÓ CON KUMI-CHAN!

- ¡MALDITA SEAS GON! - se escuchó un golpe y seguido de un quejido. - ¡ACASO NOS QUIERES MATAR DE UN ATAQUE AL CORAZÓN! - grito Leorio.

- L-lo siento Leorio. - se empezó a sobar la cabeza por el golpe.

- Ese viejo de crepito. - la de ojos rojos me dirigió una mirada asesina al Presidente de la Asociación de Cazadores y pudo ver qué este, le guiñaba un ojo. - ¡Y LO HIZO CON INTENCIÓN!

- ¿De que hablas Kumi? - preguntó el rubio a su amiga.

- Nada importante Kurapika. - suspiró resignada ante la decisión que ya habían tomado la Asociación.  Además que podía hacer, si llegase hacer algún escándalo posiblemente la expulsen del Examen del Cazador.

- Bueno, por lo menos no tienen que esperar para poder pelear. Yo tengo que esperar a que ustedes y otro integrantes tengan su batalla. - comentó el albino. - ¡Esto va hacer eterno! - se quejó Killua mientras estiraba los brazos hacia los lados.

- Pues yo no voy a pelear contra Gon.

Los cuatro hombres miraron fijamente a única mujer que los acompañaba. Los más mayores encontraron sensato la desicion de la muchacha más que los dos menores no tanto, sobre todo el chico de ojos anaranjados.

- ¡Pero yo quiero pelear contigo Kumi-chan! - reprochó el de moreno una gran mueca de fastidio.

- ¡Eso sí que NO! ¿Acaso tú crees que voy a lastimar este hermoso rostro? - le agarró los cachetes y se los empezó a estirar. - ¡MITO-SAN ME MATARIA!

- ¡Pero tampoco se va a enterar! Además, estamos a miles de kilómetros. No creo que Mito-san tenga ojos en todos lados. ¿O sí? - preguntó esto con un toque de terror que a la albina le dio risa.

- ¡¿Tienes como tía a un especie de moustro Gon?! - exclamó sorprendido Killua.

- ¡Claro que no Killua! ¡Eso es imposible! ¿Verdad Gon? - habló el de terno esta vez e igual que con el de ropa verde, preguntó con un tono de miedo.

- ¡CLARO QUE NO! - rió Gon por el transcurso que se llevó está discusión. - PEROOOO.... - apuntó a su amiga la cual lo miro con los ojos bien abiertos. - Sigo pensando que no es escusa para no pelear conmigo. Además hace tiempo que no practicamos.

- Exactamente Gon, "practicamos". Esto es una pelea de verdad. Son Cazadores profesionales, y sabrían de inmediato que no estamos peleando para que uno gané y estaríamos haciendo perder el tiempo a todos los de aquí.  - dijo seriamente Kumi.

- ¡Entonces pelea de verdad! No me importa salir herido Kumi-chan. - respondió Gon.

Cuando estaba apunto de remeter a la exigencia de su amigo, escucharon sus nombres provenientes del hombre con forma de sapo.
Kumi se giró para ver a su pequeño amigo y este la miró con una determinación y terquedad que sabía que no podía ganar.
La de pelo blanco se golpeó la cara con la mano y con una expiración pesada le dijo que al final pelearían.
Por supuesto que el de ojos ámbar empezó a saltar como loco y a reír por haber obtenido su petición.
Nuevamente escucharon sus nombres y se acercaron al medio de la habitación.

Al estar en esa posición, la de ojos carmesí sintió como una corriente eléctrica pasaba por toda su espalda y lentamente giró su cabeza para ver cómo un pelirrojo la miraba de una forma... Extraña. Trago saliva y se giró lo más rápido posible, dejando marcado en su rostro un gesto de desagrado. Gon pudo ver qué algo no andaba bien con su amiga así que le hizo un gesto con la mano y está al ver a su amigo le dio una leve sonrisa para que este se calmara.
Entonces escucharon la señal.

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