¿Qué pasaría si una noche te vas a dormir y de la nada despiertas en un lugar totalmente obscuro?
¿Qué pasaría si te revelasen que no es un sueño lo que te esta pasando si no algo más?
Kumi Kuroshiro es una chica que despertó en un mundo en que todo...
Podía sentir una leve brisa chocar con mi rostro. Era relajante y muy agradable. Sentía algo húmedo en mi frente, lo cual supuse que era un paño y que lo más probable me puso Mito-san.
Abrí mis ojos lentamente y vi que estaba tendida en mi cama, otra vez. En eso, un chirrido se escuchó a lo lejos, volteé hacía la dirección en que provenía y vi un par de ojos anaranjados mirándome fijamente por la pequeña apertura de la puerta.
-¿Gon?
- ¡Oh Kumi-chan despertaste! -se dirigió rápidamente a la silla que estaba al lado mío y se sentó en ella. - Abe-san me dijo que te desmayaste. ¿Estás bien?
- ¿Me desmayé? -toqué mi cabeza y sentía como miles de agujas se enterraban en ella. Tenía un dolor horrible. - Lo siento Gon, no fue mi intención preocuparte.
- ¡Pues lo hiciste Kumi-chan! -se cruzó de brazos e hizo un pucherito. Lo cual me causo un poco de risa. Se veía muy tierno.
- ¿Por qué te ríes? -esta vez frunció el ceño en señal de molestia.
-Lo siento, es que te vez muy tierno haciendo esos gestos.
La cara de Gon se colocó roja como tomate y apartó la mirada de mí. Estaba avergonzado y no pude resistir reírme otra vez, pero fuerte.
-JAJAJAJAJAJA
- ¡NO TE RÍAS!
-Lo siento. -sequé una lagrima de mi mejilla. - Gon. ¿Crees que me puedas dar un tour por la Isla?
-Si Gon, estoy bien. Déjame darme una ducha rápida, me visto y vamos.
-De acuerdo. ¡Ah! ¡Kumi-chan! -volteé para mirar a Gon. - Te compre estas botas. Espero que te gusten.
Me tendió una caja negra la cual sostuve y la abrí. Dentro había un par de botas rojas con un rojo vino, suela blanca y cordones negros. No sabía que decir, estaba muy agradecida en el fondo por toda la hospitalidad que me estaban dando estas personas las cuales acababa de conocer.
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- Muchas gracias Gon. No sé que decir... -sentía un nudo en mi garganta. Quería llorar de felicidad.
- No hay de qué. -coloco sus manos atrás de su cabeza mientras me daba una gran sonrisa. - Pero... ¿Estás segura que estás bien? Te ves un poco pálida.
- Estoy bien, vamos. - aunque en realidad no esta bien. El simple hecho de haber escuchado el nombre en donde me encontraba, causo un dolor intenso en mi cabeza, lo cual creo que fue el causante de mi desmayo. Sentía que ya había oído ese nombre antes... pero donde.
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Gon realmente era un buen guía turístico, me mostro el lago donde supuestamente esta un pez gigante llamado "Maestro del Lago", me mostro el puerto pesquero en donde habían muchas tiendas y para que decir, la mayoría eran tiendas de pesca. Luego fuimos al bosque donde él me encontró y que cerca de este estaban los animales llamados Osos Zorros, el cual uno fue criado por el mismo Gon.
