Un sueño o un recuerdo

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Narra escritora

Kumi o Criss como se hacía  llamar en ese momento, estaba completamente en shock  por lo que le estaba ocurriendo ahora mismo.
El pelirrojo la estaba besando y no sólo eso, no dejaba de mirarla a los ojos para ver su reacción a este. Se separó lentamente de ella y le sonrió victorioso y con una pizca de picardía.

- Difinitivamente no eres la Criss que conozco. Ella nunca me dejaría besarla y es más, una vez le confesé lo que sentía por ella y no me dejo ni siquiera tocarla por toda una semana. - se acercó  nuevamente a la pelirosa dejándola acorralada en la pared.  - Sabes, me gustaría que te quedarás de está forma por más tiempo. Tal vez podría enamorarte.  - le giño el ojo.

En un abrir y cerrar de ojos, la ojos rojos le pegó  con toda su fuerza en su zona íntima causando que este cayera y de retorciera  en el suelo. Corrió  como si uno hubiera un mañana, sin siquiera mirar por donde iba hasta que chocó  con algo duro.
Cayó de trasero y se sobo la frente por el golpe.

- P-perdón  no vi por...

No pudo terminar su frase porque sintió  como un golpe seco en su estómago, causando que está vomitara sangre y tociera para recuperar el aliento.

- ¡Maldita mocosa! ¡Deberías ver por donde caminas tonta! - gritó furioso un hombre regordete que vestía extrañamente elegante. Se notaba que no era de por esos barrios y que lo más probable era un mafioso.

- Sabes ahora que te miro,  no estás nada mal para trabajar como ni sirvienta personal. - se relamio los labios.

Kumi/Criss sintió  como un escalofrío  recorría toda su columna vertebral. Ese tipo le daba asco y rabia. Pero el hecho de haberse  relamido los labios y colocando un gesto obsceno, no pudo evitar increparlo.

- Déjame dejarte algo bien en claro. - se levantó  como pudo y escupió sangre de su boca. - Uno, no voy hacer tu maldita sirvienta. Dos, ni se te ocurra volver a tocarme porque te juro que te cortaré  lo que tienes ahí abajo. Y por último, vete a un puto burdel si es que quieres a una fácil que quiera estar con un gordo feo e idiota como tú. 

El redondito se había colocado rojo de la ira por las palabras de la pelirosa.  Si más se acercó rápidamente para golpearla pero está la esquivo colocándose atrás y le pegó fuertemente  en su masculinidad. Bueno, si es que tenía.

Salió  corriendo del lugar y fue en eso que a lo lejos vio al chico pelirrojo buscándola. Cuando justo sus ojos se toparon, un dolor agudo envolvió  a la chica, específicamente en su pecho.
Cayó de golpe al suelo, asotandose la cara al cemento.

- ¡CRISS NOOOOOO! - gritó desesperado el ojiambar.

Corrió  a toda velocidad hasta llegar al lado de la muchacha. Estaba perdiendo mucha sangre y tenía  la respiración  agitada.

- ¡Alejate de esa puta! - dijo el regordete.

El pelirrojo lo fulminó con la mirada causando que el otro retrocediera unos pasos.
Este se paró del lado de su amiga y en un abrir y cerrar de ojos le cortó la garganta con una carta.
El sujeto se cayó de rodillas tomándose la garganta con sus manos, viendo como su asesino se acercaba lentamente donde él. Vio como este le sonreía de manera malvada hasta que sintió  otro golpe en su frente. Este le había incrustado una carta, causando que finalmente muriera.

Estuvo unos minutos contemplando el escenario que había causado, hasta que recobró la conciencia y fue directamente donde su querida amiga.

- ¡Criss! - observó como la zona del torso de la muchacha estaba cubierta de sangre. - No no no no noooo.

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