¿Y ahora qué?

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Narra Kumi

<< ¡¿EN QUE MIERDA ME METÍ?! >> — gritaba internamente al ver en lo que me había metido.

Habían pasado unos meses desde que estoy con este grupo peculiar. Aún no sé cuándo voy a despertar, si cálculo bien, estaría más o menos durmiendo hace aproximadamente seis minutos. Una porquería con todo lo que he vivido aquí.
Para empezar, fue un suplicio enseñarle a algunos de los integrantes de este grupo. Especialmente Feitan, Phinx, Uvogin y Nobunaga. Los demás aprendieron más rápido de lo que había imaginado, especialmente Chrollo y Pakunoda.

— ¡Qué no! — le golpeé en la cabeza a Uvo. Este se sobó la nuca y este se empezó a quejar.

— ¡Pero si este es la letra L!

— ¡No lo es! Mira bien. — le dibuje la letra de nuestro idioma y luego le escribí la letra que él había escrito. Era la I. — Son parecidos, pero tienen esta pequeña vuelta que la hace diferenciar. ¡Observa bien!

— ¡Pero eso hago! — se rasco la cabeza y viendo qué seguía confundiendo tiró todo al aire y se fue corriendo del lugar.

— ¡OYEEEEE! ¡AÚN NO TERMINAS! ¡AAAAGH! — me tiré los pelos de lo desesperada que estaba. Nunca había conocido alguien tan terco como Uvo. Ni siquiera Gon eran TAN así. — Que paciencia debo tener con este grandulón.

— ¿Tienes problemas Mirah? — me volteé y me topé con Chrollo. Estaba leyendo un libro que le conseguí en uno de nuestros trabajos. No, no soy una ladrona. JAMÁS lo sería en realidad. Esto es un sueño, claro que lo es y como lo es, puedo hacerlo si cargo de conciencia.

— Nah. Es solo Uvo que no entiende aún el alfabeto bien y me confunde algunas letras. Nada de otro mundo. — me encogí de hombros.

— Uvo puede ser un poco testarudo cuando algo no le gusta. Pero al final siempre lo logra. — se me acercó y se sentó a mi lado. Se me quedó mirando algo que me hizo sentir incómoda. — ¿Cuando nos enseñarás lo del nen?

— Cuando sepan leer. Porque no voy a estar todo el tiempo repitiendo las cosas. Son muchos y no estoy para estar al tanto de todos ustedes. — le dije indiferentemente.

— Comprendo.

— Quiero que todos aprendan al mismo tiempo. Tú eres inteligente Chrollo, eso lo noté desde el comienzo. Así que perdón si te hago ir más lento. — dije cabizbaja.

— Está bien. Me gusta que nos trates por igual. — me sonrió y mi corazón hizo un vuelco extraño. Me toqué el pecho y me confundí por lo que estaba sintiendo. — ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

— A-a nada. Es solo que tengo hambre.

— Si quieres esta vez voy yo a cazar. — dijo de la nada Phinx. Yo lo miré extrañado. — ¿Por qué me miras así?

— Porque es extraño que te ofrezcas a hacer algo tonto. — interrumpió Feitan.

— ¡¿A quien le dices tonto?!

— ¿Ves a alguien más aquí? — estuvieron a punto de pelear pero tanto Chrollo y yo los detuvimos.

— ¡CALMENSE LOS DOS! — dijimos al unísono. — los dos se nos quedaron mirando y luego se les formaron una sonrisa tonta.

— ¿Por qué sonríen así? — preguntó Chrollo.

— A no nada. Es solo que estábamos pensando. — dijo Phinx.

— Que ustedes hacen una linda pareja. — terminó la frace Feitan.

Chrollo y yo nos quedamos mirando y sin esperar que él dijera algo, empecé a negar todo lo que habían dicho. Es más, empecé a perseguirlos mientras ellos seguian molestandome.
Lo que no sabía, era que cierto pelinegro que estaba observando mi persecución, estaba con un leve sonrojo en su rostro.

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