El Despertar

¡Vamos a cocinar se a dicho!

Narra escritora

Nadie podía creer que el tema de la segunda prueba era cocinar.
Muchos de los participantes se quejaron con Menchi, de que no se tomaba el Examen del Cazador en serio y que lo único que hacía era burlarse de ellos.
Uno de los participantes se quejó e insultó a la examinadora, lo cual causó de que Buhara lo golpeara y lo mandara a volar.

- ¡Diantres! ¡Tiene una fuerza increíble! - dijo admirado Gon.

- Me gustaría ser igual de fuerte que él, menos en lo fisico. - comentó Killua.

- Y bueno chicos... ¿Quien de ustedes sabe cocinar? -preguntó Kumi a sus cuatro amigos para ver cual de ellos tenía por lo menos una idea del tema.

- ¡Pues yo nunca he cocinado en mi vida! - exclamó Leorio.

- ¡Pues yo si sé! - dijo emocionado Gon, haciendo que todas las miradas de sus amigos se fijaran en él.

- ¿Y que sabes cocinar Gon? - preguntó Kurapika.

- ¡Arroz con Huevo!

Los cuatro amigos del ojos anaranjados quedaron decepcionados por la respuesta, incluso Kumi no pudo evitar golpearse la cara por el comentario.

- Bueno, no importa. Den todo de sí en esta prueba. ¿De acuerdo chicos? - dijo la albina haciendo que todos asistieran. 

Se acercaron donde estaban todos los otros participantes para escuchar lo que Menchi y Buhara querían que cocinaran.
En eso, un gran estruendo se escuchó en el estómago de Buhara.

- ¿Escucharon eso? Pues eso significa que hay que empezar a cocinar para satisfacer el apetito de mi compañero. ¿Que quieres que cocinen Buhara? - miró divertida a su compañero.

- Mmm... quiero... ¡cerdo!

- ¡Cerdo! - gritaron todos.

- Sí,  el único cerdo que se encuentra por estos lares es el Gran Pisotón. Ya sabrán el porque su nombre. - dijo Menchi  y nuevamente el estómago de Buhara sonó. - Bueno, esa es la señal. ¡Que empiece la segunda prueba del Examen del Cazador! - y golpeó el estómago de su compañero como si fuera un tambor.

Todos los aspirantes salieron corriendo hacia el bosque en busca del Gran Pisotón. Lo que nadie sabía era que esa criatura era carnívora, y cuando se lo toparon, se dieron cuenta de lo difícil y aterrador que sería atrapar a uno.

- ¡¿Son carnívoros?! - exclamó  alterado Leorio. - ¡¿Cómo piensan que los atrapemos?!

- Será  mejor que busquemos una manera de acabar con ellos sin salir mal parado nosotros. - dijo Kurapika.

- Chicos... ¿Y Kumi-chan? - preguntó el pelinegro de ojos naranjos a sus  amigos al percatarse de que su amiga no estaba con ellos.

- Gon... Mira. - Killua apuntó a lo lejos. Haciendo que todos voltearan a ver que era lo que había dejado atónito al  alvino.

Kumi se encontraba al frente de la manada de cerdos los cuales corrían hacia su dirección. Los cuatro chicos gritaron su nombre y que se moviera pero está no lo hizo. Cuando estaban a pocos metros de ella, los cerdos se detuvieron de golpe, dejando a todos los espectadores con la boca abierta.
La alvina estiró su brazo a dirección de los grandes cerdos y lo más curioso de esto fue que uno de los animales se le acercó y dejó que Kumi lo acariciara.

- Lo lamento, pero debo matar a alguno de ustedes. - dijo la Albina con tristeza. - ¿Quien quiere pelear para que su muerte sea honorífica?

En eso uno de los cerdos se le acerca lentamente haciendo que le salieran humo por sus fosas nasales.