Capítulo 2.

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Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.

—Salomón.

—Salomón

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Hamburgo, Alemania.


Ser el futuro Rey de una nación, no es nada sencillo, hay que andar de un lado a otro sin descanso alguno, me he preparado por años para suplir a mi madre en poco tiempo, aunque la verdad, no me apetece ser Rey.

Requiere de mucha responsabilidad y eso es lo que menos tengo, por más que me he preparado no deseo ser Rey, pero por el otro lado, quería serlo. Se que me estoy mal interpretando, pero no podía dejar el trono a manos de otras personas. Soy el primogénito de esta familia y el único que puede seguir el reinado cómo se debe.

Por años me he preparado en todo tipo de cosas, etiqueta, modales, gustó por la moda, equitación y muchas cosas más. Me he acostumbrado a los lujos y la buena vida, algo que si me gusta, tener un buen auto, mucho dinero y comprar todo lo que se me plazca, al fin de cuentas soy el príncipe y el futuro Rey.

Ya cumplí los treinta y esa es la edad adecuada para asumir el cargo, así que en unos meses seré el próximo Rey de Alemania.

—Leon, tienes visita —anunció Abel, mi fiel amigo y comandante de la guardia Real.

Ha sido mi mejor amigo desde que tengo memoria, fue la única persona que pudo jugar conmigo en mis ratos libres, su padre era parte de la guardia Real y ahora trabaja para el futuro Rey.

—¿Quién es? —pregunté mientras me estaba midiendo el nuevo traje que adquirí de París.

—Es Giselle.

Mi sonrisa no se hizo esperar, Giselle es mi novia desde hace cinco años, la conocí en el cumpleaños de su padre el Duque de Luxemburgo. Es una mujer despampanante, hermosa y muy refinada, una mujer digna de ser una Reina, mi Reina.

—Hazla pasar de inmediato y que no me molesten mientas esté aquí.

—Entendido.

Abel no oculta su desagrado por ella, pero no me importa, el tiene que respetar mi relación por ser su futuro Rey. Miré por el espejo a Giselle quien venía vestida de Prada, una de sus piezas favoritas y por supuesto, la mía.

—Mi Rey —sonrió— que hermoso traje, aunque el color no es muy bonito.

—Pues si lo deseas puedo pedir otro color de tu agrado —la tomé de la cintura—, todo sea por mi futura Reina.

La Prometida del Rey. [+18] -Finalizada-✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora