Capítulo 38.

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La decepción va de la mano de la tristeza, porque cuando nos decepcionan, nos hacen daño.

—Anónimo.


Estaba dentro reunido con los del consejo real terminando los detalles de la coronación que será en unas semanas, quieren que todo sea perfecto

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Estaba dentro reunido con los del consejo real terminando los detalles de la coronación que será en unas semanas, quieren que todo sea perfecto.

—Después de su coronación, dos meses después será la de su esposa, ya es momento de que ella asuma el cargo de Reina.

—Así será..

—Su esposa está cambiando algunas cosas en la nación —dijo uno de ellos—. debería ponerla en cintura príncipe, no podemos permitir que ella venga a cambiar costumbres y tradiciones en el país.

Su maldito comentario me molestó.

—Con todo respeto, mi esposa está ayudando a personas que lo necesitan, no tengo que ponerla en cintura como usted dice, mi esposa tiene pensamientos propios, ideas propias y yo estoy para apoyarla en todo lo que desee hacer.

—El príncipe tiene razón —intervino una mujer—, la princesa Hayley ha dado la talla para ser digna de la corona, por si ustedes no lo sabían, hace tres días estuvo en el orfanato de Hamburgo, estuvo en el hospital de niños y ayudó en las siembras, es cómo la Reina Monserrath Fischer, pero con muchas más ideas y ganas de hacer el bien para la nación.

Todos se quedaron en silencio, es obvio que estas personas viven en épocas muy distintas. Después de media hora más, salí de la reunión junto con Abel, Hayley estaba sentada en una mesa con Nathan, ella estaba revisando su teléfono mientras que el revisaba unos papeles, Hayley al verme se levantó y caminó hasta mi con una hermosa sonrisa.

—¿Qué tal te fue?

—Bien mi amor —Besé su mejilla—, vamos a casa, tengo hambre.

—Mejor vamos a comer a algún lado ¿que dices?

—Por mi está bien —asentí—, iremos a donde quieras.

Tomé su mano y salimos, mande a Nathan a la casa ya que no lo iba a necesitar por hoy, Abel desplegó la seguridad y subimos al auto, Hayley subió la compuerta del auto para más privacidad y se subió encima de mi para empezar a besarme.

Sus manos bajaron a mi cuello y empezó a soltar los botones de mi camisa mientras sus labios besaban los míos ¿en serio quería hacerlo aquí?

—Hayley.. Amor.. —nos separamos del beso— ¿quieres hacerlo aquí? —susurré.

—Si —demandó— quiero hacerlo ahora.

Fruncí el ceño, algo pasaba con ella.

—¿Que sucede?

—No sucede nada.. —suspiró.

—Mi amor, mírame —lo hizo— algo sucede.. Puedes decirme.

—Leon, tengo miedo.. Por alguna razón tengo miedo —su tono de voz era bajo.

La Prometida del Rey. [+18] -Finalizada-✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora