La Prometida del Rey. [+18] -Finalizada-✔️

Capítulo 41.

Ir juntos es un comienzo, mantenernos juntos es un progreso, trabajar juntos nos hará triunfar.

—Henry Ford.

Me sentía bien, muy bien y sobretodo triunfante al ver la cara de Nathan, se veía molesto al verme con Leon de lo más felices. Es tan obvio que no puede ocultar su molestia, pobre de mi esposo que no se da cuenta de nada.

—Me iré, tengo que ir a ver tu madre —asintió—, te espero allá.

—Ve con cuidado —me besó.

Asentí y salí de aquella sala de entrenamiento, para caminar por el jardín hasta llegar al lugar del almuerzo, la reina estaba sentada leyendo un libro, hace días que no la veía, ha estado encerrada en su habitación desde la muerte del Rey.

—Su majestad.

—Hayley querida —se levantó y me dio un abrazo que no dude en corresponder— ¿Que tal estás?

—Bien su majestad..

Ambas nos sentamos y nos sirvieron el almuerzo. Empezamos a hablar sobre la coronación de Leon que será en un mes o quizá menos, al consejo Real le urge tener ya a Leon como Rey para que pueda empezar con sus labores como tal, ya después de eso viene la mía, sinceramente estaba nerviosa por la coronación, a estas alturas no sabía si todavía sería digna de ser Reina, lo que hago como esposa de Leon es sencillo, ya ser Reina es una responsabilidad más grande y habrán muchas cosas por hacer, ya Leon siendo Rey, quizá no pasemos mucho tiempo juntos ya que el tiene que ejercer su cargo, pensaba en Nathan, ese chico iba a aprovechar esa oportunidad para estar cerca de Leon, lo peor es que no podré evitarlo ya que ambos tendremos reuniones separadas, tengo que hablar con Gerard para que me modifique los horarios y así podré estar con mi esposo, lo quiero lejos de ese chico.

No puedo bajar la guardia con Nathan, no puedo confiarme de el, tengo que hablar con Gerard sobre mis sospechas.

—Su majestad, la señorita Giselle está aquí, dice que desea hablar con la princesa.

¿Que querrá ésta mujer ahora?

—Hablaré con ella —me levanté—¿Puede llevarme por favor?

—Hayley querida ¿estás segura?

—Si su majestad, estoy segura, haré ésto rápido y regresaré con usted.

Ella asintió y yo me dispuse a seguir al guardia que me indicó donde estaba Giselle, ambos llegamos a una sala donde ella estaba sentada, el se quedó en la puerta por si algo llegase a suceder. Me parecía raro que ella quisiera verme a mi y no a Leon. Cuando se percató de mi presencia se puso de pié, me quedé estática al ver su vientre no tan grande. ¿Será que...?

—No es de Leon si es lo que te preocupa.

Bien, ya puedo respirar.

—¿Que deseas Giselle? Me dijeron que querías hablar conmigo.