La Prometida del Rey. [+18] -Finalizada-✔️

Capítulo 45.

Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar.

—Paulo Coelho.

Minutos antes.

Sentí una pequeña molestia en mi cuerpo, no sabía que me estaba pasando, no recuerdo nada, tenía una molestia en mi garganta y un sonido de un pitido molestandome, abrí lo ojos tratando de acostumbrarme a la luz, vi sombras y una voz hablarme repetidas veces.

—¿Princesa puede oírme? —era la voz de un hombre.

Sentía arcadas salir de mi garganta pero no salía nada, había algo molestandome en mi garganta, era algo metálico, la presión aumentaba y sentía como salía de mi garganta y desgarraba lentamente hasta salir, alguien limpió mi boca y pude respirar con calma y lentamente, mi vista se tornó más clara y había una luz frente a mis ojos.

—Sus pupilas están normales y por lo que puedo ver, esta respirando bien, sacaremos un poco de sangre para nuevos análisis.

Mire todo a mi alrededor y estaba en una habitación de hospital, la enfermera se movió y vino hacia mi con una jeringa y cosas para tomar una muestra de mi sangre, tomó mi brazo izquierdo y empezó pinchar mi brazo ¿porque no siento la aguja? De hecho no siento mi brazo, mi lo pierna izquierda.. Empecé a desesperarme y el sonido se hizo más fuerte.

—Calma princesa, tiene que estar tranquila —me dijo el doctor— ¿puede decirme si le duele algo?

Intenté hablar pero las palabras no me salían, salió un quejido solamente en mis labios ¿porque no puedo hablar? ¿Por qué mis palabras no salen?

—Tranquila.. Parpadee una vez si me oye —lo hice— está bien.. Dígame ¿le duele algo? —Parpadee una vez— ¿Garganta? —si— ¿cuerpo? —no—, haremos unos exámenes, haremos pasar a su majestad.

No quiero que entre y me vea de esta forma. Leon entró a la habitación mientras que las enfermeras estaban sacando el equipo, de inmediato se acercó a mi y se sentó a mi lado y tomar mi mano, sentí como dejó un beso en ella un beso en ella, sus ojos conectaron con los míos y sonreí, sentí mis ojos llenarse de lágrimas.

—No llores mi amor, vas a estar bien.. —escuchar su voz fue el detonante para llorar.

Dios, quería hablarle y decirle que quiero que se vaya y me deje sola por un momento.

—Al parecer a la princesa le cuesta hablar —miró al doctor—, también tiene inmovilidad en su brazo izquierdo, no lo mueve, al igual que su pierna.