UN VIAJE INESPERADO (45)
Anna Miller se acomodó en el asiento angosto del avión. Casi lanzó un lastimero gemido al ver que su asiento estaba en la mitad de los cinco que se encontraban en la parte central del avión. Se aferró a su bolso gris de piel de cocodrilo y bajó sus lentes oscuros recargándose en el respaldo. Tenía la esperanza de que nadie intentará entablar una charla con ella, no quería hablar con nadie en las horas que estaría sentada hasta llegar a su destino.
La diversidad de los idiomas que se hablaban a su alrededor la mareaba, Intentó mantenerse quieta con los ojos cerrados, pero el bullicio a su alrededor no se lo permitía.
Había tomado la decisión a último minuto. Max Blackthorne su jefe tenía puesta su confianza en ella. Nunca lo había defraudado y estaba segura que nadie podría hacerlo, esa era la razón por lo que la bestia era un hombre tan exitoso.
Viajaba a el pequeño y muy rico país de Kaddar, estaba buscando a el príncipe 'Akil Hanza Al Hassan y esa era su última esperanza.
Abrochó su cinturón en espera de que pronto despejaran y pudiera relajarse las horas que faltaban para llegar a su destino.
*
Lo que pasaba dentro de su cabeza apenas podía mantenerlo en su realidad. La imagen de su padre hablando con él acerca de sus intereses cuando era un niño durante las pocas oportunidades que el Jeque Ashtaf Fadh Al Hassan se daba para visitarlo en el colegio en donde estaba internado. Extrañaría sus charlas y la manera que dejaba descansar sus brazos en sus hombros cada vez que lo veía saludándolo.
Bajó la mirada hasta las sandalias de piel suave y delicada que pisaban el suelo de adoquines rosados.
Pasó una mano por su cabello oscuro alejando de su frente el flequillo que cubría sus ojos. Hacía demasiado calor, era mejor entrar a las habitaciones que le habían sido asignadas.
Volvió a entrar a sus aposentos, se encerró en su estudio. Se mantuvo ocupado arreglando algunos asuntos que no pudo terminar por la inesperada enfermedad y muerte de su padre hasta que se sintió cansado y se levantó de la incomoda silla caminando por un rato por la habitación.
Se acercó a el balcón contemplando el atardecer ensimismado en sus pensamientos.
Una educada dama se sentó a su lado y un joven con la indumentaria oriental al otro. Ambos la miraron saludándola con educación, Anna sólo sonrió a cada uno de ellos antes de volver a su posición y cerrar los ojos olvidando el esplendido libro que llevaba en su bolso.- ¿Por viaje de placer?
La dama a su lado preguntó amable. Anna abrió un ojo aguantando un suspiro exasperado. Le sonrió.
- Gracias -. Respondió asintiendo.
La dama la miró asombrada por su respuesta y perturbada se volvió hacía su acompañante.
- Una buena manera de quitarse de encima a una mujer charlatana.
El joven rió y sin esperar que ella le respondiera continuo leyendo su libro.
Anna cerró los ojos otra vez y se dejó llevar por el cansancio de los últimos dos días.
*
Anna miró boquiabierta el palacio blanco, casi brillando bajo la luz ya casi oculta del atardecer. ¡Era de verdad imponente! No había manera de que pudiera imaginar al príncipe 'Akil Al Hassan viviendo en un lugar así. Estaba acostumbrada a verlo con esos trajes oscuros y camisas blancas, a veces con ropa informal de colores neutros, pero siempre con la modernidad de cada temporada. Estaba segura que al príncipe le gustaba la moda.
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DEMONIO DEL DESIERTO
Romance2da. parte de la Bestia y la bella escrita al par con la misma novela. A partir del capítulo 45.