CAPITULO 44

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OJOS VERDES Y MALVADOS

Anna vio a 'Akil salir de la cabaña. El paisaje blanco por la nueva que caía serena por el paisaje invernal le hizo estremecer un poco. Se envolvió en la chamarra invernal roja y mantuvo la mirada fija en el hombre que caminaba seguro de sí mismo hasta la puerta del conductor de la lujosa camioneta todo terreno.

Una ráfaga de aire frío entró a el cálido interior cuando su príncipe entró.

- ¿Esta molesto porque le has interrumpido?

- Al principio - hizo una mueca y buscó la llave para encender el motor del vehículo -, ahora tiene noticias de lo que ha pasado y sabe que tenemos que apresurarnos a buscar el paradero de esas acciones.

- ¿Son muy importantes? - Preguntó Anna curiosa -, Max Blackthorne tiene la mayoría de las empresas. No hay competencia para quitarle el mando.

- Es personal Anna - respondió moviendo el volante para dejar atrás la cabaña y volver al hotel en donde estaban hospedados -. ¡Maldición, odio la nieve!

- Entiendo - asintió la joven algo herida por su hermetismo.

'Akil miró de reojo a su amada y lanzó u. Suspiro.

- Anna, amor, no quiero que te sientas mal por no poder decirte nada acerca de este asunto - le dijo en un tono que buscaba hacerla comprender su disyuntiva -. Max es mi amigo, él quiere terminar con un asunto que había involucrado a Claude y gracias a ti quizá podamos acabar con eso muy pronto.

- ¿Gracias a mí? - lo miró sin comprender.

- El informe que me diste aquella vez me ha dado una idea de lo que puedo encontrar para solucionar lo de Max.

- Es bueno saberlo - suspiró ocultando su satisfacción ante un trabajo bien hecho.

- Por cierto, mi empresa te debe un pago por tu trabajo.

- ¿Qué dices?

- Si, por el informe - la miró de reojo -. Tus gastos no corrieron por cuenta de Max, no puedo permitir que uses tus propios recursos para el trabajo que correspondía a mi empresa.

- No, de ninguna manera - negó Anna con vehemencia -, hice esa investigación como agradecimiento a Max Blackthorne por todo lo que me ayudo cuando...

'Akil abrió la boca para insistir, pero Anna fue directamente hasta el equipo de sonido de la camioneta y la encendió evitando que hablara. Hizo el intentó para apagarlo y Anna se lo impidió.

- ¡Mierda!

Gruñó manteniendo su atención en el camino cubierto de nieve. ¡Maldita nieve! Frunció el ceño y siguió en silencio hasta llegar al hotel.

Las puertas de la camioneta se abrieron cuando se detuvo frente a las puertas del lujoso hotel. Anna salió caminando sola hasta la entrada sin esperarle. 'Akil le entregó las llaves a el portero y sin mirarlo fue a grandes zancadas hasta la entrada del hotel intentando alcanzar a Anna.

La sostuvo del brazo antes de detenerse con ella frente a la recepción, mantenía sus manos frías y con guantes de lana suave en los bolsillos de su chamarra. Pidió las llaves con voz educada a pesar de sentirse molesto por la actitud de Anna frente a todos esos extraños.

- Su majestad - la recepcionista le dirigió una espectacular sonrisa mientras se erguía mostrando un par de senos redondos y grandes bajo la chaqueta azul marino -, enseguida le doy sus llaves.

- Por favor - asintió acariciando el brazo de la mujer que se mantenía serena a su lado y de la que estaba seguro estaba guardando sus reclamos por lo que pasó en la camioneta.

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora