CAPÍTULO 28

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ACEPTO... (70)

Anna lanzó un suspiro. Su cuerpo estaba laxo, no podía mover un miembro de su cuerpo. Los brazos masculinos todavía se aferraban a su torso, él también estaba inmóvil y su respiración como la suya ya era normal. La joven se sintió incómoda cuando se dio cuenta de que estaba desnuda de la cintura para abajo y su blusa estaba completamente desarreglada. Se movió un poco.

- No te muevas - musitó 'Akil con voz ronca, que llegó profundamente sensual a sus oídos -. Todavía no.

Acarició su cabello y depositó un beso en él. Sus brazos rodearon sus caderas y la levantó junto con él sin separar su cuerpo del suyo. Anna jadeo ante la inesperada escena de fuerza masculina y se aferró a su cuello permitiendo sin reclamar que la llevara en sus brazos.

Entraron a una habitación enorme, madera, seda, terciopelo y el cuero oscuro, junto con un conjunto de colores que la recibieron. Sus ojos fueron incapaces de abarcar lo magnífico de el lugar, era exótico, sensual y muy masculino.

- Esta noche no voy a dejarte ir - le dijo en voz baja mientras la tumbaba en la cama.

Sobre ella sus ojos recorrieron el desaliño en el cual se encontraba. Las horquillas que sostuvieron en algún momento su cabello colgaban por algunas hebras de cabello dorado, su blusa todavía cubría su torso desabrochada con prisa, sólo para hurgar esos senos que llenaban sus manos. Su maquillaje era casi inexistente. El brillo de sus labios rosado había desparecido. 

Aún así, le pareció la mujer más sensual que alguna vez estuvo en su cama.

- No vas a salir de mi cama - se inclinó a ella tocando su nariz con los labios -. Voy a pasar todo el día recorriendo tu cuerpo, descubriendo cada secreto de tu piel. Quiero oírte gritar mi nombre al descubrir nuevas formas de hacerte el amor.

- No...

- Sh...- colocó un dedo en sus labios deteniendo su protesta -. Echas a perder el momento. ¿Quieres acaso que lo diga más crudamente? ¿Quieres que te diga que quiero cogerte de todas las formas posibles? ¿Que quiero inventar unas cuantas más contigo?

Los ojos de Anna se abrieron ante sus palabras. Estaban oscuros, de un azul marino que brillaba con una intensidad que por un momento le obligó a parpadear.

Se apartó de ella sin soltar su mirada; se despojó de su chaqueta, su camisa y el resto de sus prendas que fue arrojando sin importarle su destino, entonces ya desnudo se abalanzó a ella abriendo de un jirón su blusa y quitándosela ansioso de sentirla junto a su piel, la levantó arrebatándole la protección del sostén para acariciar sus senos con los pezones rosados tan duros como un par de guijarros, listos para tomarlos en su boca.

Anna gimió y arqueó su cuerpo permitiendo cualquier cosa que él quisiera de ella, estaba completamente a su merced.

'Akil la arrastró con él hasta el centro de la cama, sus cuerpos desnudos estaban tan juntos que apenas se podían distinguir quien era cada uno desde la penumbra de la habitación a pesar de que tras las cortinas de terciopelo el sol brillaba en todo su esplendor.

- ¿Por qué tiene que ser así contigo?

La pregunta que Anna dejó escapar sus pensamientos junto con un gemido llegó hasta él como un latigazo rompiendo algo en su interior. Sus caricias se hicieron más atrevidas, más intensas como si con aquello lograra aplacar ese eco que golpeaba su cerebro que las palabras de esa mujer provocaron en él.

*

'Akil abrió los ojos. Admiró la espalda femenina. Su amante yacía dormida a su lado en la enorme cama. Se recostó sobre su espalda y miró el techo y sus adornos barrocos pintados en rojo y oro. Empezó a repasar lo que estaba pasando entre Anna Miller y él. Nada se parecía a sus otras relaciones, las mujeres siempre habían sido una buena distracción después del arduo trabajo al que estaba acostumbrado, nunca una de ella había sido importante para llegar a hacerlo sentar cabeza. Su padre bromeaba con eso, lo consideraba incasable y siempre cuando salía el tema no evitaba decírselo:

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora