CAPITULO 35

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HONOR (75-1)

Anna se apartó de él muy molesta por sus palabras ¿Quién diablos se creía? ¡No tenia derecho de hablarle de esa manera! Desapareció por meses, no supo nada de él. Vivió algunos días en completa angustia, hasta que con algunas averiguaciones descubrió que estaba en Kaddar, pasándola de lo lindo con sus bellas compatriotas, al igual que esa joven en el teatro, junto a esa rubia...

Cruzó los brazos. La noche había enfriado un poco. Su salida del teatro fue apresurada y había olvidado por completo su abrigo.

"_ No has traído tu abrigo - le dijo cerca de su oreja -, todos los hombres que están aquí no han dejado de mirarte. Tienes un cuerpo que es la tentación de cualquiera y este vestido lo hace más deseable."

¡Maldito príncipe! Gruñó para sí. No era necesario que le hiciera notar su error, tampoco lo era que se fijara en su vestido; por una noche quiso sentirse femenina, coqueta, usar algo que en el pasado le fuera imposible usar, así que había elegido aquella prenda sin dudarlo. La empleada apenas se lo mostró supo que lo usaría esa noche, la noche en que después de años se daría la oportunidad de dar un paso más en la recuperación de su vida, la que le era necesario volver a retomar.

Charles era un bien hombre, tenia un puesto directivo en las industrias Blackthorne y quería formar una relación seria con ella, lo había notado por la manera en que se había comportado esos ultimas semanas. Esa noche estaba dispuesta a aceptar su propuesta. En lo que no había contado para nada era en volver a encontrarse con 'Akil, el hombre al que no podía comparar con ningún otro y que no dejaba de mirarla desde su esquina. Con él su control se desbordaba, la convertía en una esclava de sus pasiones, la llevaba hasta lugares que nunca había pisado. La volvía loca, la arrastraba a la incertidumbre. Se aferró a su cuerpo estremeciéndose mientras los recuerdos hacían presa de ella.

¿Qué debía hacer para olvidar la manera en que sus caricias la perdían? ¿Cómo dejar de sentir aquella corriente que envolvía su cuerpo cuando esos ojos negros la miraban brillando con deseo? Bajó la cabeza y se hundió completamente desesperada.

Una cálida prenda se posó en sus hombros. Anna se sobresaltó mirando sobre su hombro 'Akil estaba ahí, a unos pasos y su energía la abrumaba, dio un paso hacia atrás intentando quitarse la chaqueta.

- No lo hagas - le advirtió tenso -, no voy a ser capaz de soportar que te miren.

- No la necesito - volvió a levantar las manos para quitarse la prenda -, no quiero nada...

- ¡Dejala! - la sujetó del brazo acercándola a él -, no discutas conmigo. La temperatura ha bajado. Hace frío.

- No tengo frío - lo miró tendiéndole la chaqueta.

- ¡Por favor Anna! Realmente eres necia - replicó volviendo a posar la chaqueta en sus hombros -. Dejala, no sé cuanto tiempo más esperaremos.

No contestó miró hacia otra dirección mientras el aroma de él hacia presa de ella. Oprimió su pequeño bolso encajando se en las palmas de las manos las piedras que la adornaban. ¡No podía soportarlo más! Habían pasado meses desde la ultima vez que se vieron, se fue dejándola como si nada de lo que vivieron fuera importante para él, ¡Maldición! Suspiró, ella misma había querido que así fuera, ¿Por qué ahora sentía tanta rabia y coraje hacia él por haber desaparecido por todo ese tiempo?

Miró había la ventana de la sala. La noche parecía estar tranquila; no se notaba todo el caos que revolvia a cada uno de los que estaban en esa sala. Movió la cabeza mirando el lugar y entonces notó que estaban solo ella y el príncipe 'Akil. Sus ojos se cruzaron con los de él, por un momento sólo fueron ellos dos, no había enfermeras ni doctores pasando por en medio de ellos, simplemente estaban solos envueltos en las mismas sensaciones que surgieron entre ellos desde el día en que se conocieron.

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora