CAPITULO 27

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LO VIEJO Y LO NUEVO (69)

El lujo del piso no distaba mucho de lo que había visto en el palacio de Kaddar o en su propio ático en Londres. La decoración era una mezcla de lo Oriental y lo Europeo. Caminó por la alfombra persa como si caminara sobre brasas de fuego. Se aferró a su bolso y lo siguió basta una salita en donde la invitó a sentarse.

- Lo siento, no es tan cómodo como en tu casa pero... - levantó los hombros y fue hasta un bien surtido bar -. ¿Quieres tomar algo?

- agua por favor.

- Por supuesto -. Inclinó la cabeza con un gesto divertido.

Los ojos de la joven volaron hasta una vitrina en una de las esquinas de la habitación, en ella habían unos muy antiguos escritos del Corán enrollados en tubos de exquisita orfebrería hechos completamente de oro con piedras preciosas incrustadas lanzando destellos ante la pureza de cada una de ellas.

- Eran de mi padre - respondió 'Akil ofreciéndole una copa con agua -. Fueron encontrados hace mucho tiempo en las renovaciones del palacio de Kaddar, mi padre las restauró, aquello le tomó un tiempo. Al parecer era bueno en lo que hacia, tú expresión lo ha dicho todo.

- ¡Son hermosos! - asintió todavía impresionada por aquellas bellezas -. Tu padre era un verdadero artista.

- Mi padre era un hombre de los que no encontrarás ya en estos tiempos - asintió probando el liquido ámbar de su vaso con hielo -. Le gustaba encargarse personalmente de lo que le apasionaba, no permitía que ningún sirviente metiera mano en ello.

-Debió ser un hombre extraordinario.

- Lo fue - miró con nostalgia los pergaminos, lanzó un suspiro y posó sus ojos en ella -. Pero no estamos aquí para hablar de mi padre, vamos al grano. ¿Qué sabes de Claude?

Anna asintió y depositó la copa sobre la mesa de centro. Levantó la mirada hacia la figura atractiva del príncipe árabe y aguantó un suspiro.

- Volvió a París hace unas semanas - empezó tranquila -, directamente con su madre, ella ha estado haciéndose cargo de él, al parecer su padre no está muy contento con lo que está pasando.

- ¿Su padre? - Frunció el ceño mientras movía el vaso sin apartar la mirada de este -, pensé que..., ¿Todavía vive?

- Si -. Se acomodó en el sillón -. Monsieur Chavalier se encarga de los negocios de la familia, estos son en su mayoría inmobiliarios. La familia es dueña de varios edificios de renta de oficinas y empresas, muy pocos son de vivienda; la mayoría están en el centro muy bien ubicados.

- ¡Vaya! - rió y le dio un largo trago a su bebida -. Nuestro amigo Claude es una gran caja de sorpresas. ¿Qué más has averiguado sobre él?

La miró y se sentó frente a ella en un sillón de alto respaldo muy parecido a un trono, cruzó una pierna sin apartar la mirada de ella.

- Bueno, también me enteré de que ha intentado emprender algunos negocios pero no han salido muy bien para él, además de que tiene una fuente que le ha proporcionado una buena cantidad que lo ayuda a mantenerse cuando no está en Francia -. Se inclinó buscando su copa de agua y le dio un sorbo -, Todavía no logró descubrir de que se trata, parece que lo mantiene en secreto, porque al intentar averiguarlo nadie supo decirme nada.

- ¿Con quién has hablado? - Inquirió alerta -, espero que hayas tenido suficiente tacto de asegurarte de que nadie hablara acerca de ti.

- ¿Qué?

- Anna querida - se inclinó hacia ella tomando su mano para quitarle la copa que aún sostenía -, la labor de cualquier investigador es no dejar ningún rastro que pueda alertar a el sujeto de nuestra investigación, de esa manera puedes tomarlo por sorpresa y terminar el trabajo sin ningún contratiempo. Ahora, quizás Claude ya fue informado acerca de ti y en cualquier momento desaparezca de nuestro radar.

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora