CAPÍTULO 33

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EL OASIS (PARTE 2)

La caravana partió casi enseguida. 'Akil mantuvo una conversación con Luke, su empleado. Por él se enteró que el príncipe Omar era el encargado de la seguridad del país, era el general de los ejércitos reales de Kaddar. Ahora entendía el porque de su actitud ante el manejo por su parte de la seguridad de la excursión.

No rebatió sus decisiones, no quería entrar en conflicto con los hijos de su padre. Había notado que tanto Sabina como Omar no parecían estar de acuerdo con pasar ese día con él, además estaba seguro que Khalid se negó a acompañarlos. A él no le importaba demasiado, siempre se mantuvo fuera de su camino  y le hubiera gustado que siguiera así, pero el rey estaba encaprichado con tener un acercamiento.

Miró el mapa sin enfocar su atención en él; conocía perfectamente el camino, él solo habría conducido por el desierto acompañado por sus pensamientos como siempre lo hizo con su padre.

Obviaban el ruido de las avionetas que les vigilaban, simplemente se dejaban ir por la emoción de no tener a nadie más en la camioneta que les obligara a no hablar de ciertas cosas. Él nunca había perdido el entusiasmo que le provocaba ir al lado del hombre que admiraba y amaba más que a nadie en el mundo.

Cuando el sol estaba asomándose mostrando sus colores purpuras y rosáceos también las palmeras les anunciaron que su destino estaba cerca.

'Akil se mostró inquieto volviendo a su realidad, sin mostrar un signo de los pensamientos en su férreo cuerpo. Su empleado acomodó sus gafas de sol y habló por el radio verificando la seguridad de los alrededores.

- Sin novedad señor.

'Akil asintió y esperó a que el chófer se detuviera. La puerta se abrió un hombre con el uniforme de soldado le abrió la puerta, salió deteniéndose unos segundos para mirar el paraíso al que había llegado, uno de los pocos lugares que todavía existía en el mundo completamente creado por la naturaleza sin que la mano del hombre le destruyera.

Varios hombres terminaban de levantar varias tiendas. Al parecer su hermano no había perdido el tiempo en empezar cuanto antes a reparar en todas las comodidades que un soberano debía tener en cualquier lado en donde se presentara.

- Es la primera vez que piso el oasis - comentó Kalim a su espalda -, papá nunca hizo el intento por traernos, tal vez se debía a que este sitio era muy especial para ti 'Akil.

- Lo sigue siendo - asintió 'Akil sin volverse -, nunca dejara de serlo.

- Cuando en enteré de que vendría a el oasis quise conocerlo - le dijo deteniéndose junto a él con las manos entrelazadas a su espalda -. Esa fue la razón por la que tomé una decisión que sabia no te iba a gustar.

- Tienes derecho a hacer lo que quieras eres el rey - lo miró de reojo reclamando de alguna forma su intromisión -. Entiendo que yo sólo soy un invitado con algunas libertades en Kaddar. Después de todo me has invitado por unos días y yo necesitaba alejarme de Londres.

- No quiero que te confundas hermano - replicó el rey con indignación ante sus palabras -. Siempre serás bienvenido a Kaddar, aunque sé que no naciste en esta país, eres un ciudadano como cualquiera de nosotros, además de que eres parte de la sangre de los Al Hassan -. Lo miró intensamente - He aprovechado la ocasión para reunir a todos los hermanos para que al fin después de tanto tiempo lleguemos a conocernos como debimos haberlo hecho hace mucho tiempo atrás.

- ¿No crees que esto ha llegado demasiado tarde? - Inquirió hosco mirando hacia las camionetas de las que bajaban el resto de sus hermanos -, somos demasiado mayores para hacer esto.

- Tal vez tengas razón - asintió Kalim en un suspiro -, pero tengo la esperanza de que algo saldrá de esta reunión fuera de los confines de palacio y de la mirada curiosa de mi madre.

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora