CAPITULO 36

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TRAICIÓN (75-2)

Anna estaba perdida en las caricias que su amante le prodigaba a su cuerpo. No había nada que pudiera comparar con sus manos recorriendo su piel, con sus labios dejando una huella de fuego por todo su ser, ese hombre era su completa perdición. Un gemido brotó de sus labios y arqueó su cuerpo entregándose completa sin dejar nada para sí. Sus piernas desnudas rodearon sus caderas acercándolo más a ella.

Las respiraciones se fueron haciendo cada vez más aceleradas, 'Akil, lamió la piel de su hombro y enterró sus manos en la rubia melena disfrutando de la sedosidad y la fragancia de su perfume. Suspiró y enterró su rostro en el cuello acariciando toda su longitud.

Nada les podría apartar de esa pasión que se desbordaba desde el primer día en que se encontraron en aquel salón del palacio en Kaddar. Ambos lo sabían.

La puerta de la habitación se abrió una figura alta permaneció allí, mirando en silencio, la luz del pasillo lo hacia parecer un fantasma fuera de la palidez que cubrió su piel al mirar aquella escena. Anna abrió los ojos y asustada se apartó de 'Akil, ¿Qué estaba pasando? ¿Quién era el intruso?

- ¡Maldita sea! ¿Quien mierdas eres?

'Akil cubrió con su cuerpo el de la joven enfrentándose semi desnudó al hombre que se mantenía inmóvil en el umbral de la habitación.

Hubo un silencio muy largo, Anna contempló asustada a la figura hasta que algo en él la alertó. Poco a poco se fue mostrando a pesar de que el príncipe intentaba hacerla quedarse tras se ancha espalda.

- ¿Charles?

- ¡Maldición! - Gruñó 'Akil al fijarse con más atención en él.

- ¡Por Dios! ¿Qué haces aquí?

Él no dijo nada se limito a mirarlos. Soltó un suspiro y recargó una mano en el umbral de la puerta.

- Terminó la obra y estaba preocupado por ti - empezó con una risa burlona -, fui a tomar un café para hacer algo de tiempo, no quería importunar en el hospital; entonces después de un tiempo razonable decidí venir hasta tu casa, esperar a que volvieras, seguramente cansada de esperar noticias de la esposa de tu ex jefe y... - pasó una mano por la cabeza despeinando su siempre bien arreglado cabello -, ¿Sabes? La llave es fácil de encontrar, debes tener cuidado con eso...

- Charles, por favor - le interrumpió manteniendo una calma que no sentía -, ¿podemos hablar abajo? Si me permites, sólo me visto y estaré contigo en un momento.

Charles asintió y dio media vuelta marchándose de inmediato.

El silencio los envolvió. Anna se sentía incapaz de mirar a 'Akil, él suspiró moviéndose un poco para que ella pudiera salir de la cama.

- ¿Quieres...

- No 'Akil, ahora no - musitó buscando su ropa interior -, necesitó..., ¡Oh Dios, no se que necesito!

Él se levantó y la tomó de los hombros interrumpiéndola en su nerviosa búsqueda, la obligó a mirarlo a los ojos, Anna lo hizo mostrando una tristeza que le hizo desear abrazarla hasta que ese sentimiento se borrara en sus bellas pupilas azules.

- Por favor serenate - le pidió y acarició su mejilla -, habla con él, arregla tu situación. Yo me mantendré fuera de esto. Me daré un baño y voy a esperar en la habitación hasta que pueda irme, ahora no seria buena idea.

Anna asintió y se vistió aprisa con una playera blanca y unos pantalones cortos, miró a el príncipe entrar tranquilo en el cuarto de baño y bajó la mirada antes de salir de la habitación para hablar con Charles.

DEMONIO DEL DESIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora