10: Conjuntos de ropa interior

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Mi día está perfectamente planificado. Ninguna menstruación será capaz de arruinarlo.

¿Recuerdan ese emprendimiento al que contacté sin querer cuando quise hablar con Kageyama? Bueno, da la casualidad que en serio vende ropa interior y sus precios son lo suficientemente baratos como para que pueda comprarme dos conjuntos.

¿Recuerdan ese emprendimiento al que contacté sin querer cuando quise hablar con Kageyama? Bueno, da la casualidad que en serio vende ropa interior y sus precios son lo suficientemente baratos como para que pueda comprarme dos conjuntos

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No me gusta mucho el color azul, pero tiendo a comprarme cosas que me recuerdan a las personas que me gustan. Y les juro que ese conjunto tiene el color de los ojos de Kageyama.

Quien, por cierto, me ha salvado la vida.

Aunque parece que ella no está de buen humor, pero no es como si me perseverancia se viera arruinada por eso

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Aunque parece que ella no está de buen humor, pero no es como si me perseverancia se viera arruinada por eso.

Aunque parece que ella no está de buen humor, pero no es como si me perseverancia se viera arruinada por eso

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¡Esta chica!

Gruño acostada en mi cama y comienzo a escribir otra vez. Hay algo malo en Kageyama. Llevo poco conociéndola pero simplemente lo sé.

 Llevo poco conociéndola pero simplemente lo sé

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Sonrío orgullosa.

Hay una gran diferencia de minutos entre cada respuesta. Esto en serio me preocupa.

Entonces luego de decirle que pase a buscarme a casa casi a las tres y cincuenta, bloqueo mi teléfono y me levanto directamente a bañar. Los entrenamientos de hoy serán a la noche debido a unos problemas en el gimnasio que los chicos de básquet están arreglando.

Oh... ¡Estoy tan emocionada!

Luego de bañarme, abro mi armario y busco qué ponerme. Una sudadera compartida entre Tanaka y yo es lo mejor, aunque ahora que me doy cuenta, siempre uso ropa de ella y nunca nada mío.

Bueno, tampoco es como si me importara.

Unos pantalones largos y ato mi cabello, observándome frente al espejo. Arreglo un poco mi desordenado flequillo y miro mi cuello.

—El collar de luna... me quedaría mejor a mi...

Refunfuño, rodando los ojos.

Tomo mi teléfono y salgo de mi cuarto, pensando en cómo vendrá vestida el amor de mi vida.

Y sonrío cuando ella golpea mi puerta. Kageyama tiene unos pantalones largos, los días de invierno empiezan, y una chaqueta. Su cabello está suelto y sus ojos se clavan en mí.

—¿Esa sudadera es tuya? —pregunta con una ceja alzada. Yo niego, cerrando la puerta detrás mío—. Lo noté. Es gigante para ti.

—Me gusta usar ropa de la gente que quiero —murmuro, encogiéndome de hombros.

Kageyama no dice nada y comienza a caminar a mi lado. La mirada desviada todo el momento, quiero preguntarle qué le pasa.

—Oye, ¿estás bien?

—Sí, ¿por qué?

—Bueno, basándome en tu usualmente mal humor, hoy estás peor que cualquier día. Y me dijiste que no estabas de buenas. ¿Está todo bien?

Kageyama se me queda viendo sorprendida y bufa, volviendo su mirada al camino.

—Solo discutí con Kenma y estoy enojada.

Oh.

—¿Y por qué?

—Está celosa —se encoge de hombros y yo observo sus manos en sus bolsillos—. Dice que pareciera que no tengo tiempo para ella ahora que estoy contigo.

Fruncí mi ceño.

—Pero... eso es tonto.

—Es lo que intenté hacerle entender pero no me escuchó. Este fin de semana, cuando la vea, lo vamos a hablar de todos modos.

—O sea que el sábado y el domingo no estarás.

—Exacto.

Vaya mierda. ¡Esto no pasaría si estuvieras conmigo!

—¿Qué compraste?

Regreso a la realidad cuando vuelvo a escuchar la voz de Kageyama. La miro atontada y asiento.

—Ropa interior. Conjuntos.

—Oh. ¿Y cómo son?

—¿Te los muestro cuando volvamos?

—Está bien.

Llegar al parque es tedioso, pero por suerte lo hacemos. Kageyama comienza a distraerse con las hojas de un árbol mientras que yo hablo con la chica del emprendimiento.

No pasa mucho tiempo para encontrarla.

—Shoyo, ¿verdad?

—Ah, sí. Hola.

—¡Hola! Aquí tienes tus conjuntos —dijo dándomelos con una sonrisa. Yo asentí avergonzada—. Espero los disfrutes mucho.

Me guiñó un ojo.

Ah... me voy a desmayar.

—Gracias —reí avergonzada—. Ya les pagué todo, ¿necesitas verlo?

—No, no. Ya lo sabía. Así que no queda más, ¡disfrútalos y gracias por tu compra!

—¡Gracias a ustedes!

Y cuando la chica comienza a alejarse, yo me doy vuelta para encontrarme con Kageyama.

—¿Nos vamos?

Pregunta con sus ojos en mí. Aprieto mis labios y asiento.

—Oye, hay un poco de helado en mi casa... ¿Quisieras quedarte?

—Uh... seguro.

—¡Genial! Si quieres vemos una película o algo... ¡Puedes quedarte a dormir incluso!

Kageyama me sonríe levemente y asiente.

—Suena bien. Le preguntaré a mi madre.

Oh, no sé nada de su familia todavía.

Pero si la dejan quedarse a dormir, le preguntare lo más que pueda.

Solo espero que todo salga bien.

Pretty Setter | Kagehina FEM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora