—¿A dónde vamos?
—No lo sé. Me perdí.
Se supone que íbamos a tener una cita. Kageyama me dijo que esta noche me pediría ser su novia. Desde lo de Kenma (Han pasado tres meses ya, ¿qué mierda?), ella ha estado diciéndome que está preparando la sorpresa para pedírmelo. Para que seamos originales.
Pero llevamos una hora caminando por la calle. Estamos perdidas.
Yo suelto una carcajada.
—¡No te rías, no es gracioso!
—¡Claro que lo es! Ya deja de estresarte.
—Había planeado todo —Refunfuña con sus ojos en su teléfono—. No puede ser posible que nos hayamos perdido.
—Es una señal del destino... —Suspiré.
—No digas eso. Se supone que a fin de año nos casamos.
—¿Sigues con eso?
Terminé sentándome en el costado de la calle.
—Claro que sí.
—Solo pídeme ser tu novia y ya —La miré cansada—. Después de todo, estamos actuando así desde hace meses.
—Solo nos besamos, cállate.
—Kageyama —Canturreé—. ¡Pídeme ser tu novia!
—Solo espera...
—No puedo. Estoy ansiosa desde que me levanté —Ella suspiró y me miró—. Solo hazlo. Te diré que sí aquí y cuando lleguemos a donde quieras, también te lo diré. Sí, sí, sí.
—Está bien.
Ella se agacha y toma mis manos. Yo la miro sintiendo las mariposas en mi estómago.
—Hinata Shoyo... ¿Quieres ser mi novia?
—No.
—¡Ey!
Solté una carcajada y la abracé del cuello, tirándola hacia mí. Kageyama refunfuñó y correspondió el abrazo.
—Obvio que quiero ser tu novia.
—¿Y mi esposa?
—Ve más lento. No llevamos ni un minuto como novias.
—Da igual. De todos modos nos vamos a casar.
Yo suelto una risa y la miro. Kageyama sonríe levemente.
—Falta el beso de película.
Asentí y dejé un beso en su frente.
—Ahí no es... —Se quejó.
Dejé uno en su mejilla.
—Ahí tampoco.
Luego un último sobre su nariz.
—Oye —Su mano subió hasta tomar mi mandíbula. Yo la miré divertida, sus ojos brillan—. Es en mis labios —Susurra.
—Ya lo sé.
—Entonces bésame.
—Qué dominante.
—Cállate.
Reí antes de acercarme para besarla. Kageyama correspondió respirando sobre el beso mismo, tomando mi cintura y todavía de cuclillas.
No nos besamos por mucho tiempo. Solo sé que cuando nos separamos, ella sonríe.
—¿Ahora podemos seguir buscando el lugar?
Asentí. Ella se levantó y tiró de mis manos para hacer lo mismo.
—No puedo creer que me perdí.
—Cosas que pasan —Me encogí de hombros.
Ella suspiró.
—¿Y qué habías planeado?
—Un partido de vóley —Lloriquea. Yo río.
—Qué original —Ella asiente apenada—. Pero si hay una red y la perdiste, te voy a matar.
—La tengo en mi mochila.
—¿Y no hay nada donde íbamos a estar? —Kageyama niega—. ¡Entonces juguemos aquí!
Estamos llegando a un parque, por cierto.
—¿Aquí?
—¡Sí!
—Está bien.
Y cinco minutos después, ya tenemos la red atada a un árbol. Es de noche y hace un poco de frío, ¡pero nada que no podamos soportar si estamos juntas!
—¡Kageyama!
—¡Deja de recibir con tu cara!
—¡Idiota!
—¡Idiota tú!
Supongo que eso es tener una relación con Kageyama Tobio, la chica menos dulce del mundo.
Bueno, ¿qué digo? Ella es dulce y tierna conmigo, aunque también es más exigente que yo. Y me gusta esta dinámica, es lindo tener a alguien que es tu novia y a tu vez, tu compañera. Es increíble.
Por eso, cuando terminamos de jugar y nos tiramos en el césped, la beso. Kageyama puede ser una idiota, no lo voy a negar, pero también es una chica hermosa en todo sentido. Es lindo estar enamorada de alguien como ella.
—Siento que tú eres como el sol.
—¿Le decías lo mismo a Kenma? —Bromeé. Ella negó jugando con mis labios.
—Sonríes y deslumbras a todo el mundo —Murmura. Yo sonrío—. Eres realmente un rayo de luz.
—Yo creo que tú lo eres.
—Yo soy como la noche.
—La luna. Me iluminas siempre.
—Y siempre estoy a tu alrededor...
—Ese es un buen significado. Qué bonito —Murmuré sorprendida. Ella asintió igual—. ¿Y sabes qué también es bonito?
—¿Qué?
—Tú.
Dejé un beso en sus labios. Ella me sonrió.
—Qué romántica eres.
—Demasiado, más si es contigo.
—Espero solo sea conmigo —Bromea, tomándome de la cintura y tumbándome sobre ella. Yo río—. En serio no sé qué hiciste conmigo, pero me tienes a tus pies...
Apreté mis labios y asentí.
—Sería una pena terminar contigo.
—Sería, porque no pasará —Acaricia mi cintura. Yo sonreí—. No te dejaré irte de mi lado.
—Qué perseverancia .
—Contigo sí —Deja un beso en mi mejilla—. No quiero perderte nunca.
Me muero de amor.
En serio.
Asentí y volví a besarla, porque en situaciones como estas, ¿qué más se puede hacer?
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Pretty Setter | Kagehina FEM
FanfictionA Hinata Shoyo nunca le han interesado las chicas. Hasta que vio a la bonita armadora de Kitagawa Daiichi. -¿Quién es ella? -¿Quién? -¡Esa, la armadora! -Ah... no, ni idea. -¿Y si le pido su número? KAGEHINA FEMENINE. #1 en fem 05/02/23 #1 en Kagehi...