13: Mala amiga y mala novia

401 77 12
                                    

Todavía sintiéndome nerviosa, bajo mi mirada a mis caderas. La mano izquierda de Kageyama sobre mí me hace suspirar mientras acerco el vaso de cerveza a mi boca. Esto es lo más cerca que he estado de ella y parece que no le importa.

Y la canción sigue, dejándome sorda. Le ruego a Dios que Noya y Tanaka vuelvan para salvarme, porque estoy a nada de morir, pero me olvido de todo cuando Kageyama, con un solo tirón, me da vuelta. Sus ojos ahora están en mí, bailamos demasiado cerca, literalmente estamos pegadas la una a la otra y yo... bueno, yo me siento una mala persona.

Kageyama solo me sonríe, como si con ese gesto me permitiera moverme. Entonces paso mi brazo por su hombro mientras muevo mi cadera al ritmo de la música, con su mano acariciando. Esto está mal, no puedo dejar de repetir en mi cabeza. Soy una mierda.

Kageyama da otro sorbo, bajando su mano hasta acariciar el costado de mi pierna y subir a mi cadera, quedándose ahí unos segundos y volviendo a bajar. Ella sabe lo que está haciendo.

Entonces bajo mis ojos hasta sus labios. Y estamos cerca, hay una diferencia de altura, pero solo podría alzarme y besarla. Sería un sueño cumplido, sería lo mejor del mundo...

Pero una mano toma mi cintura y me lleva hacia atrás.

—¡Como que estaban un poco demasiado pegaditas!

El olor a cigarrillo inunda mis fosas nasales. Tanaka ahora es quien toma mi cintura, mirándonos confundida. Noya tiene la mirada perdida en Kageyama.

—¡Creo que deberían dejar de tomar ustedes dos!

—Estamos... —tomé aire ante el desvío de mirada de Kageyama—. Estoy bien. ¡Solo necesito ir a buscar algo para tomar!

Tanaka asiente, soltándome.

—¿Quieres que te acompañe?

Pregunta Kageyama tomando mi muñeca. Yo la miro y niego, soltándome. Lo que menos quiero hacer ahora es verla. Me siento excesivamente mal, sintiendo un nudo en mi estómago. Realmente pensé en besar a alguien con pareja. Soy una mierda.

Entonces, con una sonrisa, le pido al chico que prepara los tragos en la cocina, un vaso de vodka con un poco de gaseosa para que no sea tan fuerte. Él, mordiendo su labio inferior, asiente y comienza a prepararlo mientras yo suspiro. Casi arruino todo.

Cuando me da el vaso, me pregunta si quiero quedarme un rato con él pero niego, diciéndole de forma cortés que mis amigas me esperan y antes de que me retengan, yo ya estoy caminando afuera de la cocina mientras bebo lo que más puedo.

Saben, para darte cuenta que estás borracha o que te pasaste de manos tomando alcohol, es cuando caminas y sientes todo marearte. Es una sensación que te hace sentir en peligro pero a su vez, es increíble.

Así que tomo hasta olvidarme de que casi arruino una relación y regreso a mis amigas.

—¡Noya, mira!

Exclama Tanaka cuando ya estoy bailando con ellas.

—¡Kiyoko-san!

Es lindo chico de tercer año del que están enamoradas. Rápidamente nos miran a mí y a Kageyama.

—¡¿Podemos dejarlas solas dos minutos!?

Sintiendo mis mejillas arder, suelto una risa y asiento. Ellas entrelazan sus manos y comienzan a alejarse, metiéndose entre la gente. Parecen desesperadas por acercarse al chico ese.

Entonces desvío mi mirada hasta Kageyama y le sonrío. Obviamente todavía no me olvido de lo que casi arruiné pero tampoco es como que ahora me importase mucho. El alcohol no me deja pensar tan bien.

Y como si fuera un capricho del destino, alguien me empuja y me acerco a ella. Kageyama me mira con los labios apretados, levantando el vaso otra vez.

—¿Vamos a bailar o qué?

Pregunte con una sonrisa. Es como si intentara controlarme pero tampoco es como si me controlara yo... Ah, mañana voy a llorar. Ya lo sé.

—¿Segura? —pregunta mientras me cuelgo de sus hombros—. Esta canción es peor que la otra.

—¿Y a mí qué me importa?

Murmuro sintiendo un escalofrío cuando Kageyama devuelve su mano a mi cadera. Bien, ahora ese será mi lugar favorito para que me toque...

Escucho una risa de su parte y sonrío mientras muerdo mi labio inferior. Quiero besarla...

—¿Kageyama?

—¿Qué?

—No le digas esto a nadie... pero eres muy linda.

—Tengo novia, Hinata.

—¡Y es una pena que no sea yo! —refunfuño.

Ella vuelve a reír. Qué risa hermosa...

—Así que... ¿Te gusto?

Yo asiento, poniéndome de puntas. Ella echa un poco para atrás su cabeza.

—Sí, pero no le digas a Kenma.

—No pensé que me lo dirías así.

—Sobria nunca lo haría...

—¿Por qué? —frunció su ceño. Yo acaricié su nuca.

—Porque me rechazarías y me dolería. Y a parte amas a la tonta de Kenma...

—Ey, no la insultes...

—Es que no puedo evitar odiarla, Kageyama.

Murmuré, escondiendo mi rostro en su cuello. Ella suspira, dejando caer su vaso vacío para envolver mi cintura con sus brazos. Yo siento un escalofrío y mis piernas flaquear. Soy tan débil cuando se trata del amor de mi vida...

—¿Por qué?

Y no sé si va a escuchar esto, así que vuelvo a mirarla. Ella no se aleja, sus ojos bailan confundidos sobre los míos. Simplemente tomo sus mejillas y las acaricio.

—Porque te tiene a ti.

Pretty Setter | Kagehina FEM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora