—Kageyama...
—No hagas ruido, tonta.
Esto pasa como a las cuatro de la mañana. Entro a mi casa sosteniéndome de mi amiga, susurrando en su oído cuánto la quiero y cuánto me gusta. Ella parece ya haberse acostumbrado a esto, porque ya no le presta tanta atención.
La fiesta terminó y el hermano mayor de Tanaka nos trajo. Kageyama decidió bajarse conmigo porque yo no podía caminar de tanto alcohol que había tomado, aunque no el suficiente como para olvidarme de todo. Creo. Eso sí, Kageyama ha tomado pero no está borracha.
—¡Kageyama!
—¡Cállate! —susurra-grita. No lo sé.
Entramos a mi cuarto y ella cierra la puerta detrás suyo, dejándome caer en la cama. Yo suelto una risa y la miro, jugando con mi labio inferior.
—¿No era que tenías novia, Kageyama? —pregunto divertida. Ella rueda los ojos mientras me quita los zapatos.
—No seas idiota.
Vuelvo a reír, sintiendo sus frías manos tomar mis piernas y acomodarme. Yo me quejo ante esto. ¡Mi ropa es incómoda a pesar de ser bonita!
—No me gusta esto... —murmuro, removiéndome.
—¿Qué cosa?
—Mi ropa... quiero mi pijama —refunfuño sentándome. Kageyama asiente con un suspiro.
—¿A dónde está?
—Armario.
Por suerte no soy tan desubicada y no molesto a Kageyama cuando me cambio. Ella solo se da vuelta y espera a que yo le diga algo para verme.
Cuando los ojos de Kageyama están otra vez en mí, yo ya tengo una camiseta y unos pantalones cortos.
—Bien, ahora duérmete.
Susurra, arropándome. Yo sonrío y alzo mis brazos, atrapándola mientras me cuelgo de sus hombros. Kageyama me mira con molestia pero no me importa, porque estamos muy cerca y solo bastaría acercarme un poco más para besarla.
Pero no haré eso. Obvio.
—Hinata...
—Duerme conmigo, Kageyama-kun...
—No.
—Por favor —murmuro alzándome lo suficiente como para dejar un beso en su mejilla. Kageyama me mira sonrojada—. Solamente déjame creer que puedo estar en la misma cama que tú...
—¿No intentarás nada?
Niego, dejando otro beso. Kageyama suspira ruidosamente y asiente, tomando mis manos para alejarme.
—Bien. Dormiré contigo.
—Esa es mi chica...
Kageyama se quita el saco y lo deja sobre la silla. Puedo ver entre la escasa oscuridad como toma ropa de mi armario y se viste rápidamente, ahí es cuando no la veo y entierro mi rostro en mi almohada, avergonzada porque acabo de caer en cuenta que dormiré con el amor de mi vida.
Kageyama se mete en la cama cuando alzo la mirada. Ella está de mi lado derecho y yo me giro, encontrándome con sus ojos.
—Hola —murmuro.
—Duérmete.
—Tu novia se enojaría si nos viera así... —canturré acercándome. Kageyama suspiró.
—Mañana hablaré con ella.
Yo solo asiento, acariciando sus mejillas. Kageyama parece mirarme confundida pero no me importa, porque este es el momento exacto en el que puedo admirarla porque se ve hermosa a pesar de que el alcohol en mis venas nuble mi consciencia.
Ojos brillantes, nariz refinada, rostro delgado. Acaricio sus mejillas casi sin tocarla porque pienso que podría lastimarla. Ella me mira en silencio, con su mirada perdida en la alcoholizada mía. Es una chica hermosa, ¿cómo pude llegar a pensar que me daría una oportunidad?
Entonces en silencio, sintiéndome mal, me acerco más y termino abrazándola. Kageyama se queda quieta.
—Perdón... —murmuré—. Me estoy comportando muy mal. Lo siento mucho, Kageyama.
—Tú... no te preocupes —susurra tomando mi cintura. Yo suspiro con fuerza—. Mañana hablaremos de esto si no te olvidas.
—¿Y si lo hago?
Alzo mi mirada. Nuestros rostros ahora están cerca. Quiero besarla, Dios mío ayúdame.
—Entonces será un secreto.
—Qué injusto —susurré tomando sus mejillas.
Kageyama asiente, apretando mi cintura. Este podría ser el momento perfecto para besarla, podría aprovechar la situación, mierda.
Pero hay una relación en medio y Kageyama no me besaría de vuelta.
Pero es que se ve tan hermosa y sus labios tan apetitosos. Podría ser un suave toque, ni siquiera pido movimiento. Solo quiero sentir qué se siente besar a Kageyama Tobio...
Entonces me alzo un poco más y ahora nuestros rostros están a la misma altura. Acaricio sus mejillas con mis pulgares sin romper el contacto visual, suspirando lo más bajo posible. Sus labios parecen brillar a esta hora...
Y sus ojos, ni hablar. Me siento débil ante su mirada oscura. ¿Ella sentirá algo al ver los mío? Espera, ¿qué estará pensando ahora mismo? Hipótesis en mi cabeza mientras siento el exacto tacto de su mano en mi cintura. Parece que cada vez la aprieta más, como cuando los gatos amasan cosas para marcar territorio. Así es como mueve su mano: acaricia con fuerza y quiero volver a suspirar, pero tampoco puedo hacer algo más que pensar en besarla.
Y es un silencio largo. Un momento eterno donde suceden muchas cosas: mis piernas tocando las de ella, mi corazón latiendo desesperado y las mariposas aleteando en el fondo de mi estómago. Es mi momento, ahora debo aprovechar la atención de Kageyama para hacer algo, pero el miedo me carcome. Si ella se aleja, yo moriré.
Quiero sentir todo de ella. Quiero sus labios se muevan sobre los míos y su mano en todo mi cuerpo: quiero que acaricie mi piel como probablemente hace con Kenma. Quiero que me bese como cuando besa a Kenma. La envidia aparece justo en ese momento, mezclándose con la sangre y el alcohol en mis venas. Me pregunto cuántas veces Kenma ha pasado por esto y si ha aprovechado la situación, cosa que pienso que yo debería estar haciendo.
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Pretty Setter | Kagehina FEM
FanfictionA Hinata Shoyo nunca le han interesado las chicas. Hasta que vio a la bonita armadora de Kitagawa Daiichi. -¿Quién es ella? -¿Quién? -¡Esa, la armadora! -Ah... no, ni idea. -¿Y si le pido su número? KAGEHINA FEMENINE. #1 en fem 05/02/23 #1 en Kagehi...