—N-no puedo más...
—Uno más.
—N-no puedo, ¡no soy Hinata!
Es un grito en medio del gimnasio que detiene todo el entrenamiento. Agitada y completamente cansada, Tsukishima mira a Kageyama. Y esta tiene sus ojos en ella, luce afectada.
Y solo pasan unos segundos para que la triste armadora tire la pelota y salga de la cancha, terminando por irse del gimnasio.
Yo muerdo mi labio inferior y doy un paso para ir detrás de ella, pero Daichi es rápida para echarme hacia atrás e irse.
No lo entienden. No la entenderían.
—Daichi no va a entenderla...
Murmuré, sintiendo la mano de Suga en mi hombro.
—Por algo es la capitana, Hinata.
Su tono de voz es tan dulce que me molesta.
Kageyama se pierde ese entrenamiento.
Y yo me niego a irme sin ella.
Entonces la espero en la salida de la escuela. Pasan diez minutos, luego veinte y se convierten en treinta, ella nunca sale. Puedo ver que la luz de los vestidores todavía está prendida.
Y me da miedo esa chica, especialmente cuando está enojada, pero no puede ser que hoy haya dejado de ser la armadora más increíble de todas. Tiene que... ¡Tendrá que vérselas conmigo!
Entonces, temerosa, camino y subo las escaleras rápidamente. Mi mano tiembla al girar el pestillo y no me sorprendo al encontrarla sentada contra la pared; su mirada sobresaliendo por encima de sus rodillas, sus brazos alrededor de sus piernas y tiembla.
Cierro la puerta detrás de mí y no digo nada, solo me siento a su lado y pierdo mi mirada en la nada misma. He decidido en menos de un segundo el no hablarle, Kageyama no es el tipo de persona que se abre fácilmente. Y no la forzaré, así que por eso me quedaré a su lado hasta que decida levantarse.
Sus ojos lucen tan bonitos y a su vez tan rotos. Quizás hoy ha sido de esos días donde su cuerpo no da más; donde tanto esfuerzo da sus frutos podridos y sus músculos le devuelven todo. Como si se hubiera quedado sin batería y a su vez, su sistema se haya calentado por tanto pensar. Por tantos problemas.
Y ese es el exacto momento donde me doy cuenta que Kageyama es más hermosa de lo normal. Incluso rota, con su mirada perdida, me vuelvo a enamorar una y mil veces más. No me importa llegar tarde a casa o que mamá me regañe; quiero quedarme a su lado y esperar impaciente a que se abra conmigo, cuando claramente nunca va a pasar.
Y no sé cuánto tiempo pasa. Yo me concentro en todo lo que está cerca mío, terminando en jugar con una pequeña piedra. Kageyama está en la misma posición, con la misma mirada y con ese silencio que tanto me preocupa. Me pregunto si ha hablado con Daichi y qué le ha dicho ella.
Pero mi mente queda en blanco cuando escucho su voz.
—¿Alguna vez has experimentado un golpe de la realidad?
Murmura.
Yo la miro y niego. Ella devuelve su vista a la pared, suspirando suavemente.
—Yo siempre tengo de esos, pero creo que hoy fue el peor... —Su tono de voz es realmente bajo—. Estoy... No estoy bien, Hinata.
—Dime cómo ayudarte.
Me mira y niega lentamente.
—Kageyama...
—Soy insuficiente.
—No lo eres.
—No sirvo para nada.
—No.
—No debería dedicarme a es-
Un golpe en su cabeza la obliga a cerrar la boca. Me mira confundida.
—¡¿Por qué me golpeaste?!
—¡¿Por qué dices idioteces?!
—N-no son-
—¡Claro que lo son! —Me levanté, mirándola molesta—. ¡¿Cómo puedes ser capaz de sentirse así de mal y no decirme nada?!
—Y-yo...
—¡Eres la mejor armadora de todas! —Grité alzando mis brazos—. ¡La mejor armadora del mundo!
—H-Hinata...
—¡Y tu esfuerzo es la prueba de eso! —Me arrodillé, tomando su rostro. Ella tiene los ojos cristalizados—. Kageyama, ¡tienes que creerme cuando te digo que tus colocaciones son las mejores!
—Pero-
—Eres inteligente, tienes fuerza y siempre llegas a todas las pelotas. ¡Eres la mejor! Y nadie podrá sacarte ese puesto —Apreté sus mejillas—. ¡Y antes de que pienses que lo digo porque me gustas, es mentira, no es por eso!
—¿Y por qué es?
—¡Porque eres increíble, porque eres mi amiga y porque es la verdad! Y no sé qué está pasando en tu vida actualmente además de mí, Kenma y el vóley, pero t-tienes que saber que todo tiene un... ¡Una solución!
Ella me mira sorprendida.
—¡Pero no te rindas ni te tires abajo por un mal día!
Exclamé indignada. Ella mordió su labio inferior y asintió.
—¿¡Entendiste!?
—S-sí...
—¡Bien, te convenía!
—L-Lo siento...
—¡No lo hagas! —Tomé sus rodillas, sacudiéndola—. ¡En serio eres la mejor armadora de todas y naciste para serlo! Por favor... ¡Cuando pienses lo contrario, dime y te haré entender que tengo razón!
Y estiré mis manos. Ella las tomó y nos levantamos juntas.
—¡Y ahora nos vamos!
—Está bien...
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Pretty Setter | Kagehina FEM
FanfictionA Hinata Shoyo nunca le han interesado las chicas. Hasta que vio a la bonita armadora de Kitagawa Daiichi. -¿Quién es ella? -¿Quién? -¡Esa, la armadora! -Ah... no, ni idea. -¿Y si le pido su número? KAGEHINA FEMENINE. #1 en fem 05/02/23 #1 en Kagehi...