En un mundo en dónde algunas personas nacen con extraños poderes.
Personas demasiado peligrosas como para mantenerlas con vida.
Deben matarlas antes de que ellas los maten.
Viven escondidas, en las sombras, demasiado asustadas como para...
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Allí estaba la legendaria Monstresperdus, el pueblo perdido y el destino tan deseado de cientos de grises, a donde pocos lograban llegar. Algunos tan solo cayendo exahustos en el viaje, otros atrapados por la SF.E.D. en el proceso.
La imagen frente a ellos definitivamente le daba sentido al título de "Legendaria", tenía un encanto místico gracias a la luz teñida de un tono cálido gracias a la manera en la que se reflejaba en la tierra endurecida a su alrededor, el interior de esa gran montaba, cuyos únicos agujeros que dejaban la luz pasar estaban estratégicamente colocados y ocultados para no ser vistos desde fuera. El techo estaba tan alto que apenas era capaz de distinguirlo, en el pico de la montaña. En cada pared había construcciones, entre pequeños nidos donde dormir excarbados dentro de la tierra, hasta lo que parecían ser negocios organizados, kkegaban a haber incluso pisos y formas fáciles de escalar, todo preciosamente decorado con tanto plantas básicas como elementos que parecían ser creados por los grises que vivían allí.
Hablando de grises, estaban por doquier, desde voladores en las partes más altas, hasta niños pequeños corriendo y jugando como si vivieran las vidas más normales del mundo.
Y, entre todos esos grises, cierta persona de piel azulada les llamó la atención entre toda la gente.
- Oh, gracias a Dios... - Suspiró el sueco mientras se apuraba a quedar afrente a ellos
Para sorpresa del argentino, se encontró con los brazos de Suecia rodeándolo tanto a él como a Chile con una fuerza salida de la nada... ¿Tan asustado estaba de su bienestar?
- Quiero decir... - Se aclaró la garganta, separándose del agarre - Pudieron haberme avisado que habían cruzado la frontera... Por un momento creí que había hecho todo este estúpido viaje para nada... - Se quejó con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado
Chile no pudo evitar sonreír por la ternura al descubrir que estaban tocando el lado más sensible del país nordico. ... Sin embargo esa sensación se le escapó del cuerpo al recordar lo que habían vivido poco tiempo atrás, y no fue mejor cuando Arden saludó al sueco con tristeza antes de seguir de largo y alejarse del grupo de países.
- ... ¿Pasó algo? - Preguntó el bicolor europeo con nerviosa preocupación
- Nos encontramos a otros dos grises en el camino... - Explicó el chileno, mirando al suelo a la vez que sentía como su corazón apretaba contra su pecho
- Pero la SF.E.D. los encontró primero... - Acabó Argentina en un murmullo cargado de odio
Los ojos de Suecia se abrieron con una horrorosa sorpresa, por unos momentos su boca se abrió sin pronunciar una palabra, como si no supiera qué decir.
- Skit (Mierda)- Fue lo único que salió de sus apretadas cuerdas vocales de manera forzosa
Los tres países observaron mientras Arden daba las noticias uno a uno a los grises del campamento, todos ellos mostrándose heridos y decaídos... realmente parecían una gran familia, se notaba la cercanía entre ellos. Por otro lado, seguían al instante con sus vidas, sí, decaídos, pero con la misma intensidad.
