🔥Fourteen🔥

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El bote saltó al golpear una ola, haciendo a los tres países en este saltar tambien

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El bote saltó al golpear una ola, haciendo a los tres países en este saltar tambien.
Con tan solo unos minutos de viaje Argentina ya se arrepentía de cada decisión que jamás había hecho, el viento le pegaba en la cara y las olas lograban mojarlos con pequeñas gotas cada vez que golpeaban contra el transporte.

Se pegó aún más al chileno, tratando de recobrar un poco del calor que había perdido, sintiendose tan frío que con cada respiración vapor salía de su nariz.
Chile lo rodeó con su cola, algo que lo sorprendería si no estuviera paniqueando tanto.

Pronto, otra ola los sacudió, esta vez haciendo que los latinos casi cayeran de sus lugares.

Niek, el gris que tiraba del bote con una soga pegada a este, sacó su cabeza del agua por breves momentos, aún nadando.

- Perdon por eso - Gritó, pues era dificil escuchar nada con el sonido del mar - Pero es muy dificil evitar olas en mar abierto, eh

- No te preocupes - Suecia igualmente gritó sin darle mucha importancia

- ¡Estamos a punto de salir de mar argentino! ¡Preparense! - Avisó Niek antes de sumergirse nuevamente, sin esperar respuesta

Argentina se abrazó más a su vecino, repentinamente aterrado con la idea de salir de su territorio, incluso si aquella era una idea a la que había tenido tiempo para acostumbrarse.
Tampoco sabía decir muy bien porqué, quizá en su propio país dudarían en asesinar a quien los representaba, más nada evitaba su muerte en suelo internacional...

- Chile, dile a tu novio que se calme. - La voz de Suecia dijo de la nada con molestia

El chileno no siquiera respondió a esa asumida "Relación" que el sueco mencionó, él también estaba demasiado aterrado como para concentrarse en algo así... Incluso cuando no lo mostraba tanto.

- Arge... Tranquilo, weon - Suave cómo una pluma y dulce como podía le dijo a su amigo, acariciando su espalda de manera lenta - Estamos bien, respira -

Aunque pudiera parecer imposible, el cuerpo del argentino se destensó levemente, mientras que su respiración, si bien aún descontrolada, se calmó un poco.

Por primera vez, se dió la oportunidad de observar el paisaje, el mar ruidoso pero extrañamente calmante, en cada una de sus olas las estrellas del cielo reflejándose como si su brillo viniera del fondo del océano.

Sin embargo, el paisaje más majestuoso que encontró fue la sonrisa de su compañero, que lo observaba con nada más que cariño en sus ojos azules.

Y allí hubiese permanecido, apreciando los brillantes ojos del chileno, de no ser porque una gota aterrizando en su cara captó su atención.
Después de esa, otra.
Y otra más.

Y pronto, una tormenta cruzó su camino, empapándolos al instante.
Los latinos soltaron quejas irritadas, aceptando que tendrían que aguantar así hasta llegar a tierra.

Don't Tell Them... - ChiArg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora