El silencio en el aire era algo pesado, tenso también, como si una guerra entre aquellos dos países estuviera al borde de empezar, capaces de saltar uno encima del otro al ser empujados por una simple brisa.
Argentina se mantenía parado, mirando hacia el costado para no notar al contrario.
Suecia, por otro lado, estaba sentado sobre un cubo de basura caído a varios pasos de distancia, igualmente mirando hacia otro lugar, negándose a cruzar miradas con el contrario, aún que, a la vez, distraído por sus propios pensamientos.Aún estaban en ese mismo callejón de antes, todavía no podían irse, debían esperar a que volviera el chileno y... bueno, tampoco era como si tuvieran alguna idea de a dónde ir.
A veces pasaban patrullas policiales, o de la F.E.E.M, por la calle frente a ellos, las luces rojas, azules y amarillas se reflejaban contra las paredes o sus propios cuerpos, haciéndolos encogerse en su lugar con pánico, sus corazones parecían detenerse a la vez que la adrenalina corría por su cuerpo, pero siempre seguían de largo.
Probablemente hacia el bar atrincherado...
Tanta tragedia... tanta muerte por tan solo unas cuantas personas existiendo de manera pacifica...Y pensar que unos días antes, Argentina hubiera pensado que nada estaba mal con eso...
Una silueta nueva volvió al lugar, el argentino reconoció los colores rojo, blanco y azul, junto a la cola del chico.
El bicolor se paró recto, mirando al chileno con especial interés, este otro lo observó por un corto segundo antes de seguir de largo hacia Suecia, se detuvo frente a él, mas no trató de llamar su atención.
El sueco, de pronto, como si recién notara que el chileno estaba allí, lo miró con sorpresa, algo de confusión también.A Argentina le pareció extraño como su vecino se agachó frente al nórdico, dejando a su lado una botella de agua y dos cajitas de algo que no pudo ver muy bien.
Chile pidió con una seña al contrario que le diera su mano, Suecia sin entender muy bien hizo caso.
Con un poco de agua de la botella y la mayor de las delicadezas, Chile limpió la herida que aquella soga había creado en la palma del europeo, después dejó el agua y abrió una de las cajitas, de allí sacó una venda, con la que vendó la mano del de la cruz.
Luego empezó a hacer lo mismo con la otra.Ambos grises tenían sus ojos clavados en el otro país, sus caras eran un retrato exacto y perfecto de la sorpresa, no lo esperaban, mucho menos después de lo que Suecia había dicho...
"Ni siquiera te tendría que estar salvando"
Ugh... a Argentina le ardía la sangre solo de recordarlo...En los ojos azules-celestes, brillantes como diamantes, del chileno, se notaba un conflicto, una especie de disgusto, mas simpatía pura.
Quizá él también estaba pensando en lo que el nórdico le había dicho... pero parecía incapaz de no ayudarlo.Suecia desvió la mirada, de manera algo apenada.
- Yo... - En su interior pareció luchar contra su testarudez, sacando de su pecho palabras que le costaba sacar - Yo... no decía enserio lo que dije antes... - Confesó en voz baja
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Don't Tell Them... - ChiArg-
Fiksi PenggemarEn un mundo en dónde algunas personas nacen con extraños poderes. Personas demasiado peligrosas como para mantenerlas con vida. Deben matarlas antes de que ellas los maten. Viven escondidas, en las sombras, demasiado asustadas como para...