🔥Thirty-five🔥

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En el claro cielo azul-grisaceo que tenía sobre la cabeza, las nubes se interconectaban con sus vivos tonos anaranjados brillando altos y moviéndose con tanta lentitud que a Chile le parecieron estar en pausa, a pesar de que la brisa otoñal le revolvía el cabello y de vez en cuando le hacía soltar algun estornudo.

Algo lo tenía extrañamente emocionado, moviendo sus piernas colgando en el banquillo en el que estaba sentado, como si no pudiera esperar a salir corriendo, y con los ojos tan brillantes que pretendían competir con la luz del cielo.

Respiraba hondo y, a pesar de todas las dudas que podrían llegar a chocar contra él... estaba listo.

Estaba listo para empezar su nueva vida con Argentina, corriendo por las sobras y ocultándose de las miradas de otras personas.
Sí, él amaba su vida de humano, a pesar de haber nacido como un girs... tenía buenos amigos y gran familia, nada le faltaba...
Pero si era por Argentina... entonces podía dejar atras todo aquello.

El corazón le latía rápido mientras se imaginaba todo tipo de locuras y experiencias en las que terminarían metiendose... ¿Conocerían más sobre el mundo de los grises? ¿Volverían a Monstresperdus? ... si era así entonces tendría que cuidar bien las acciones de Arden cerca de Argentina.
Pero ¿Volverían a ver a viejos grises que perdieron? ¿Seguirían recorriendo el mundo?

No podia esperar, el cuerpo le picaba con la exitación y sonreía impaciente.

Solo tenía que esperar a que Argentina volviera y se irían juntitos de la mano a disfrutar la compañía del contrario y celebrar esa calidez que tanto los caracterizaba.

Pero algo le daba cierta mala espina... Suecia le había pedido hablar a Argentina en privado hace bastante rato, dejándolo solo en el proceso.

Había solo una cuestion que lo mantenía respirando tranquilo a pesar de las malas sensaciones:
El viento golpeandolo con suavidad, como caricias de las manos más suaves que jamás había sentido... y el apenas visible sol iluminándolo a traves de las nubes, rozando su piel con su melosa luminosidad.
Quizá había estado nada más que unos simples minutos largos entre las paredes abrumadoramente oscuras de la camioneta de la F.E.E.M., pero había sido suficiente como para hacerlo extrañar el tacto del exterior como si hace años lo hubiera perdido.

Quería mantenerse allí, bajo el sol, para siempre.

Entonces reconoció el ruido de arbustos a pocos metros de distancia, y no le costó ver a Argentina y Suecia aparecerse otra vez en el lugar. No pudo evitar sonreir al notar a su amado... pero se borró al instante con el reemplazo de la extrañeza y la preocupación al observar mejor el rostro del argentino... parecía estresado, enfermo incluso, sus ojos habiendo perdido brillo mientras se sumían en la ansiedad.

Buscó respuestas en Suecia, pero él tampoco estaba muy bien, fruncía el ceño y apretaba los labios con la mirada perdida, como pensativo.

- Arge, cariño - Lo llamó, levantándose de su lugar para ir hacia él - ¿Estai' bien? - Preguntó confundido mientras lo tomaba por los hombros

Don't Tell Them... - ChiArg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora