🔥Thirty🔥

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Un animal atrapado desbordaba de ansiedad, tan solo razgando con sus garras cada cosa que tiene cercana con tal de escapar, sus corazones intoxicados por el panico con el mismo dolor que un vicio peligroso, sus mentes en blanco solo tienen una tarea fijada: Salvarse.

Argentina se sentía como un animal atrapado.
Retorciéndose hasta el punto de lastimarse solo para escapar, con el corazón latiendo tan rápido que parecía estar a punto de salírsele del pecho.
Su mente, en un intento absurdo por ignorar el terror que estaba experimentando, lo bañaba en una ira que jamás había conocido, mucho más que cuando vio a los oficiales de la F.E.E.M. atentar contra el Bar Atrincherado, mucho más que todas las brigadas de la SF.E.D. asesinando a inocentes.
Mucho más, porque Brasil, su amigo... lo había traicionado.

Ahora gritaba en su lugar, sintiéndose capaz de lastimar a quien hiciera falta con tal de salvarse. Él no había hecho nada malo desde que consiguió esos poderes, entonces ¿Por qué le tenía que pasar eso?
No lo merecía.
No lo puto merecía.

Había solo un detalle que lograba calmarlo lo suficiente como para mantenerle lo pies en la tierra y estar tan cuerdo como era posible en esa situación... y eso era que su vida estaba en las manos de Chile... su hombre de manos calidas y toques suaves, el que lo convertía en un caos tranquilo y lo desarmaba para volver a armarlo.
El chileno estaba frente a él y Argentina tan solo sabía que haría lo posible para salvarlo.
Porque... era Chile, su Chile, el que estuvo a su lado constantemente y comprendía mejor que nadie lo que estaba viviendo.

...

Pero después levantó la mirada, y se encontró en los ojos brillantes y blandos del chileno una frialdad desconocida... estaban tan oscuros y se negaba a mirarlo, su ceño fruncido en señal de descontento a tal punto que a Argentina le costó entender qué esaba pasando...
No, no podía ser ¿No?
Chile no podía dejarlo.
Chile no podía.
No...

- Chile... - Soltó en lo que casi se convierte en un sollozo, por primera vez sintiendo miedo en vez de calma cuando veía a su compañero

Y después el chileno palpó su bolsillo y sacó su celular, ganando una risa incrédulamente aterrorizada mientras empezaba a temblar.
Se quería convencer de que todo eso era una broma de mal gusto, cualquier cosa para ignorar lo que realmente estaba pasando.

- C-Chile ¿Qué haces? - Rió desesperadamente, hasta que sus risas se volvieron respiraciones apuradas al borde de la hiperventilación

Pero el chileno no respondió... ni siquiera le dio una mirada rápida.
Sus ojos fríos se perdían en algun punto invisible, extrañamente con una respiración demasiado tranquila para lo que estaba pasando.
Marcó algún número, Argentina estaba demasiado sometido ante el pánico para contar cuantas veces sonó el tono antes de que le respondieran y Chile se acercara el celular al oido.

- Hola, esta es la República de Chile, necesito a unos oficiales de la F.E.E.M. aquí tan rápido como sea posible... - Habló en lo que parecieron murmullos de lo bajo que estaba hablando, apretando su celular

Don't Tell Them... - ChiArg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora