🔥Twenty-five🔥

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Los rodeaba un aire de extrañeza, mudos mientras esperaban una respuesta la cual temían oír

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Los rodeaba un aire de extrañeza, mudos mientras esperaban una respuesta la cual temían oír.

Chile no podía evitar temblar por la expectación, apretando los puños y doblando la punta de su cola en ansiedad, inseguro de querer oír una respuesta por parte de aquella bruja... estaba al borde entre arrepentirse y liberarse de descubrir finalmente dónde habían quedado todos esos recuerdos olvidados de su pasado.
Pero ¿Qué pasaba si era algo demasiado pesado como para aguantar? Después de todo, había una razón por la que había olvidado todo ¿No?

- ¿Alguna vez... te haz preguntado por qué tienes una cola, Chile? - Le preguntó la bruja de repente, apoyándo su cara entre sus manos para verlo mejor, su sonrisa era amplia pero el brillo de sus ojos mostraban una emoción indecifrable

El chileno se estremeció, perturbado por su tono cauteloso, mostrando saber mucho más de lo que decía. Él negó con la cabeza, incapaz de pronunciar las palabras que se le atoraban en la garganta.

- Pues... eso es porque tu madre, como yo o como Suecia, tenía poderes inigualables para simples humanos - Confesó al fin, parpadeando lentamente

El chileno apretó sus puños hasta hacerlos temblar. En su mente gritaba negación constante, siendole imposible creer que él, Chile, el simple humano, simple país... había sido hijo de una gris.
No tenía sentido, en su cabeza no se conectaban los cables que necesitaba, en su lugar se enredaban y apretaban, generándole un agudo dolor de cabeza.
Mapuche, su madre, había sido una gris.

- Oh, ella tenía una cola igualita a la tuya - La bruja continuó sin dejarlo responder, sonando nostálgica con sus palabras - Y tú... pues tú tenías poderes igualitos a los suyos - Agregó

Aquellas palabras empeoraron el estado de su pobre corazón, el cual ya se cansaba de chocar contra su pecho con la magnitud de terremotos perdidos, en su garganta sintió su aliento quemar mientras se apresuraba. Pero a la vez se sentía tan confundido, como si no llegara a comprender lo que la mujer había dicho, como si las palabras se hubieran deshilachado letra por letra hasta perder significado.
En su mente, ella no había dicho nada.

Nada cuerdo, al menos.

- N-No. - Fue lo único que logró decir, sentía en su cuello un nudo que no le dejaba seguir hablando

Pero... si tan seguro estaba de que aquel no era el caso ¿Entonces por qué se estaban aguando sus ojos?

Pudo sentir como la cálida mano de Argentina trataba de apoyarse contra la suya, pero no había calidez que calentara lo frío en su cuerpo, por lo que se quitó bruscamente, mirando a la bruja una vez más, esta vez sus ojos llameando enojo.

- ¡Soy un humano! ¡Nací humano! - Aseguró, subiendo el tono de voz como si le reclamara a la mujer por mentir - ¡No tengo poderes! -

- Claro que no, dije que TENÍAS poderes, no que los tengas - La otra respondió encogiendose de hombros, aburrida - Tu madre supo lo dificil que sería para tí ser una figura tan pública como una representacion, y tener que vivir con esos poderes... por eso vino conmigo, buscando desesperada una manera de quitártelos - Explicó en un tono más suave

Don't Tell Them... - ChiArg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora