Capítulo 10

401 38 1
                                    

—¿Le ha pasado algo? ¿Se ha sentido mal? — Lord Lilian preguntó caminando hasta posarse frente a mí, parecía estar preocupado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Le ha pasado algo? ¿Se ha sentido mal? — Lord Lilian preguntó caminando hasta posarse frente a mí, parecía estar preocupado.

Todos nos miraban fijamente. La Princesa, sobre todo, su mirada era retante, un poco de asombro, pero seguía siendo penetrante, tanto que los nervios se apoderaban de mi cuerpo y comencé a temblar.

A Lord Lilian no parecía importarle las miradas ni el juzgamiento de las mismas.

Solo quería tenerlo fuera de mi vista y de mi vida, él no merecía mi corazón ni mi perdón. Me sentía tan engañada y traicionada, mi alma estaba quebrantada.

—Sí, mi Lord, estoy bien, pero por indicaciones del Doctor debo descansar— lo miré firme y di un paso hacia atrás. —Gracias por su visita Princesa... Y espero que sean felices juntos— le dije sin una pizca de miedo. No sé de dónde había salido tanta valentía, pero supongo que lo peor ya había pasado, y no había nada que yo hiciera que cambiaría la opinión del Lord de casarse, y era un sueño imposible, sobre todo porque se trataba de la Princesa. Nadie en su sano juicio rechazaría pertenecer a lo más alto de España solo por una mujer.

Hice una reverencia y me retiré.

Salí sujetando mi vestido hasta las rodillas y corrí hasta la pradera. Las lágrimas empezaron a salir y me senté tras un árbol.

Lloraba inconsolable, tanto que la cara me ardía.

¿Por qué alguien querría jugar así con mi corazón? ¿Acaso me lo merecía? ¿En que falle? Si siempre había sido una mujer buena, sensible con todos a mi alrededor, creyente de lo bueno y jamás me hubiera atrevido a pensar que yo era solo un juego para el Lord... Cómo pudo... ¿Cómo pudo hacerme algo así de doloroso? ¿Cómo me permití a mí misma faltarme el respeto de esa forma por alguien que jamás me amo ni me amara?

Jamás quiso conocerme...

Remoje mis pies en el lago, y las gotas caían de mis ojos hasta el agua haciendo círculos. Solo me consolaba el pensar que el destino tenía preparado algo mucho mejor para mí, que algún hombre bueno se fijaría en mí, o que encontraría la paz de vivir sola por el resto de mis días. Estaba cansada de tener el corazón acelerado y asustada de lo que pudiese pasar o hacer el Lord, cómo buscarme e intentar acercarse más de lo debido.

Quería llevar una vida en paz, sin más dolor.

Comenzó a lloviznar fuertemente y me cubrí bajo el árbol, no quería regresar a casa, quería solo desaparecer como una sombra cuando le pega el sol.

Abrace mis rodillas y pose mi cabeza sobre ellas. Un abrigo cubrió el goteo del árbol que caía en mi hombro.

—La he estado buscando como loco— murmuró Lord Lilian. —Usted Lady Rosset me saca de mis cabales, me afloja todos los tornillos.

—Es a usted de quien quisiera escapar, Lord— le grite levantándome y sacudiendo mi vestido de barro. —Me cansé de sus juegos, de sus engaños. Usted no merece nada de mí.

No me permití llorar, no me demostraría destruida ante él.

—¡Lady Rosset! — grito él. —¡Yo la amo! ¿Me ha escuchado? Le amo con locura, amo su presencia, amo su don para hacerme sentir en casa, y amo como me mira y quiero mirarla así yo también toda la vida... Estoy cansado de escucharla decir que usted no es nada para mí, porque es verdad que las cosas se ven terribles, pero yo a usted la amo mi dulce Rosset— confesó con los ojos enrojecidos, como si un sentimiento lo agobiara.

Se acercó hasta mi frente y tomo mis manos, estaba congelado del frío al igual que yo, y la lluvia nos caía encima en gotas gruesas. Estábamos totalmente empapados, con el alma en carne viva. El Lord me estaba confesando su amor... ¿Era cierto? ¿O era otro juego más para él?

Retire mis manos de las suyas, estaba muy confundida, sus palabras habían sido suficiente adrenalina para que mi corazón volviera a latir, pero no podía caer así... Las sentí tan reales como para caer rendida a sus pies, pero dentro de mí sabía que iba a casarse y que eso no podía evitarse... Solo estaba destinada a sufrir si apoyaba sus palabras llenas de ilusiones.

—Usted... Nunca me ha amado Lord. Porque si fuera así, no sé casaría con la Princesa Elizabeth, sino conmigo. Por ello cuando estaba en York no supe nada de usted, porque estaba con ella... Si yo fuera la dueña de su corazón, no estaría ahora bajo la lluvia con el corazón roto, yo estaría planeando nuestra boda— contesté con crudeza. —tomo una decisión en la cual implicaba romper mi corazón y aun así la tomo... Es hora de que sea un verdadero caballero y se aparte de mi vida.

Él me miró directamente, vi como la desesperanza y desesperación inundó su mente. Sus manos colgaron y su espalda se encorvó, bajo la mirada hasta el piso, y su pecho comenzó a temblar, como si estuviera atravesando por el verdadero dolor.

—¡Lord Lilian! — grito una voz a lo lejos, pero era complicado ver quién era o escuchar bien por la fuerte lluvia. —¡Su padre, Lord! — pudimos escuchar.

Salimos corriendo hacia la casa, completamente enlodados y asustados, algo le había pasado al Conde... Eso era un hecho. En su delicado estado de salud, no nos esperábamos otra cosa más que su fallecimiento.

—¿Qué ha pasado con mi padre? — preguntó Lord Lilian abriendo la puerta principal de un tirón y yo le seguía las pisadas. Estábamos empapados y con el corazón a millón.

—¿Por qué han salido así? ¡Está lloviendo a cántaros! — refunfuño mi madre. —Tu padre... Tu padre no está nada bien, Lord Lilian— cayó mi madre sobre sus rodillas sollozando.

Casi 500 vistas y más de 100⭐. Les agradezco el apoyo y por estar súper pendientes de las actualizaciones, me hacen actualizar cada vez más constante ♥️

Canción para matar el aburrimiento hasta el próximo capítulo:

—'Before you go"— Lewis Capali.






En los brazos del Vizconde De BirminghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora