Capítulo 15

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Dedicado a
OLGAMARQUEZ4

Desperté.

Con la dormilona que traía me colé a la cocina y robe pan relleno con una deliciosa mermelada de fresa. Salte a la bañera, con agua tibia y sumergí mi cabeza, ya había pasado un mes desde la ausencia de Lord Lilian.

La verdad no quería que mi tranquilidad dependiera más de un hombre. Solo quería descansar y pensar más en mi salud mental. Agradecerle a Dios por lo que vivimos y pisar esa parte de mi vida como un recuerdo después de llorar hasta el cansancio por lo que nunca pudimos ser.

Lord Lilian se había dedicado a su vida privada, tanto que contrato a uno de sus primos de confianza para que ayudara a mi madre con algunos negocios del fallecido Conde Percy aquí en Birmingham, mientras que de él y de su paradero, no teníamos ni idea, mi madre a veces recibía cartas de York y otras de las costas españolas, tal parece que viajaba muchísimo... Con su aún prometida la Princesa Elizabeth de Borbón.

—Esta noche haré una cena— comentó Lord William, el primo de Lord Lilian. —, claro, con el permiso de Lady Harris.

—Por supuesto, mi Lord, en realidad quería dar una fiesta esta noche para agradecerle por suplir a Lord Lilian este último mes— respondió sonriente mi Madre. —Los negocios han ido muy bien, jamás me imaginé que yo podría entender de estas cosas— río colocando la mano sutilmente sobre su boca.

—No tiene nada que agradecer, me ha fascinado la familia Harris. Me han hecho sentir como en casa— halago.

Lord William Percy era un joven que a pesar de su corta edad (veintiún años) se sentía con un alma tan vieja, como si quien estuviera dentro de su cuerpo era un señor de 40 años. Tenía una cabellera larga que aplacaba con una coleta, ojos grises debajo de gruesas cejas y siempre vestía con trajes. Lo único gracioso de su apariencia era su bigote, eran como cortinas bajo la nariz.

—No les tema a los agradecimientos, Lord William, usted ha sido de muchísima ayuda— agrego.

Por lo visto Lord William se había adaptado muy bien en Birmingham, muchas personas ya lo tomaban como un buen amigo, y era increíble el don que tenía, porque lograr eso en un mes, es impresionante.

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—¿Cómo has estado, Rosset?— me preguntó Anette, intentando abombar mi peinado. —No quiero que vuelvas a estar mal por culpa de Lord Lili...

—No quiero escuchar más de ese hombre— interrumpí. —Creo que la mejor cura, será no saber más de él. Es verdad lo que dice nuestra madre, debo de seguir adelante y continuar con mi vida... No estoy hablando de continuar a buscar marido, en realidad hablo de la paz, de estar sola y no esperar a nadie. Si llegara a aparecer un hombre a mi vida, me aseguraré de hacerle saber que no soy un juego, soy una dama que merece respeto.

Mi hermana Anette siempre me escuchaba atentamente, no quisiera ser un mal ejemplo para ella, anhelo que a través de mi Anette aspire a encontrar un amor sano, lograr lo que se proponga y cumplir sus metas propias, porque hasta ahora solo ha visto mis lágrimas por un hombre que solo había jugado con mi corazón, yo también estaba dispuesta a ser el ejemplo que ella merece.

—¿Ahora se la pasan conversando si mi? — dijo Julieta entrando por la puerta de la habitación.

Nos levantamos al compás, y solo corrimos felizmente a refugiarla en nuestros brazos, teníamos más de un mes sin saber de ella. La vida de casada parecía sentarle bien, se veía cuidada, sin ojeras, con las mejillas rosadas y un vestido de bordado en espiral.

Casi nuestras lágrimas brotaron, estábamos tan emocionadas de verla. —¿Mama te ha invitado a la fiesta? — le pregunto Anette.

—¿Cómo no invitarme? Si soy el alma de la fiesta— contestó apapachándonos.

—Ya es un poco tarde niñas— dijo mi madre asomando la cabeza por la puerta. —Vamos, que tengo dos hijas sin Marido, seré la vergüenza de esta ciudad— bromeó entre carcajadas, aunque sus palabras no tenían ni un poquito de mentira.

Terminamos de arreglarnos, con vestidos que nos había regalado Lord William, era muy atento, lo veía como un amigo.

Me sentía como una princesa, era bombacha y con detalles en seda, igual que nuestros guantes. Estaba deseosa de bailar en el salón, de un lado a otro, hasta me lo imaginaba, era un sueño un poco infantil, pero creo que toda adulta tiene una niña dentro que desea ser una princesa de vez en cuando para vivir el sueño, del contrario nos frustraríamos.

Bajamos las escaleras y ya había personas bailando, incluidos los Condes de Wellington, por lo visto todos se veían contentos y bebían mucho, por lo visto lo segundo causaba lo primero.

Me empecé a sentir un poco incómoda de repente, como si alguien me estuviese observando, pero al compartir miradas con algunos caballeros, no sentía que era alguno de ellos quienes miraba tan penetrantemente.

—Ha de ser usted la Princesa de Borbón— dijo una voz tras mi espalda.

Gire sobre mis pies y era un hombre que no había visto nunca en la vida. Tenía ojos de color oliva, cabellera marrón y la piel tan blanca como un vampiro... He de resaltar que era un hombre interesantemente hermoso.

Su comentario me molesto muchísimo, tanto que sentí como una caldera con agua caliente se encendió en mi interior... Compararme con ella... Después de todo lo que viví con Lord Lilian.

—¿Disculpe, lo conozco? — conteste en un tono fuerte. —Deje de compararme, usted a mí no me conoce nada— arroje. Entre el bullicio de la gente no se escuchaban mis fuertes palabras hacia ese hombre.

— Perdón— abrió los ojos como platos. —, le ofrezco mis disculpas, Lady.

Solo me retiré caminando hacia el balcón de la segunda planta, dando pisadas duras. Volver a escuchar de ese tema, me había abierto las heridas, no podía soportarlo, las lágrimas brotaban sobre mi rostro.

¿Hasta cuándo el fantasma de Lord Lilian me atormentaría?

—Lady— dijo el hombre nuevamente a mis espaldas. Intenté secar mis lágrimas, pero mi rostro estaba rojo como un tomate, pensé que estaría sola, pero él me había seguido. —Perdóneme... Solo quise decir que usted parecía una Princesa... Así de cuentos de hadas, usted es la mujer más hermosa que he visto y no he podido evitar verla hasta el cansancio.

Gracias por leer! ♥️
Canción para matar el tiempo:

—"Sleeping At Last"— Turning Page.

En los brazos del Vizconde De BirminghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora