Besos en Guerra ©

⁸ Jugando con fuego

"You're gonna wish
you never had met me"

~Adele

Blair

Levanto las manos fingiendo temor, porque a pesar de que se me note algo diminuta e incapaz frente a él, lo que menos tengo es miedo. En mis emociones, la que más permanece en la actualidad, es la confusión. Me he cuidado lo suficiente como para que no me descubriera y me da muchísima curiosidad saber como se enteró de esto. ¿Alguien se lo dijo? ¿Él lo supuso o...?

-¿Me matarás tan rápido? -le pregunto haciendo puchero con los labios, vacilándolo-. Anda rubito, aprieta el gatillo.

Zayn frunce el ceño, enfadado.

-No me llames así -ruje y toma con fuerza la pistola.

-¿O qué? -avanzo hacia él con pasos lentos y le dedico una sonrisa mostrándole todos mis dientes, aún sin bajar las manos-. ¿No eres capaz de matarme, capitán? -Se paraliza al oírme tan cerca y se tensa al sentir el tacto de mi dedo rozar su cuello-. ¿Sabes en qué no nos parecemos tú y yo?

Quito el gorro que llevo siempre para ocultar mi cabello casi azulado y lo hago a un lado, mostrándole mi lado transparente pero sin llegar a ser vulnerable. Zayn me mira con mucha atención, como si estuviera concentrado en cada gesto, cada facción de mi rostro, cada suspiro, cada... todo. Le hago una reverencia para molestarlo un poco y le tiendo la mano desde lejos a modo de presentación. Por la forma en la que me está mirando, no sé si me odia, si solo se quiere acostar conmigo, si me ama o si me quiere asesinar.

Este rubio es impredecible.

-Aléjate de mi o apretaré el puto gatillo -escupe dando unos pasos hacia atrás, pegándose contra la pared.

Vale, creo que me quiere asesinar.

No creo que tenga un arma para bailar una cumbia contigo, Blair.

-Oh, no somos parecidos, rubito -le digo volviendo a avanzar a su lado-. Tú no te atreves a matarme, pero yo a ti sí.

-No eres capaz de hacer eso.

-No subestimes lo que soy capaz de hacer -le recuerdo- o vas a desear nunca haberme conocido.

Le enseño la daga que guardo en mi bolsillo, de un movimiento demasiado veloz para mi gusto, y la coloco cerca de su cuello, encima de su nuez. Zayn tuerce el gesto y apoya el arma en mi cabeza, le sonrío ante el amable gesto y acerco aún más mi filo a su piel.

-Suelta el maldito cuchillo -exige entre dientes sin saber que me pasaré su pedido por el trasero.

-Si eso desea, le recomiendo que usted suelte la maldita pistola.

Lo desafío con la mirada.

-No me dirás qué coño debo hacer -me explica susurrando con sus mejillas ardiendo y con esa voz grave tan distintiva de él.

-Y tú a mi menos.

Trazo una línea sobre su cuello con el filo de mi daga haciendo que le produzcan algunas pequeñas gotas de sangre. Miro hacia arriba para observar su reacción: sus ojos se abren de par en par como si eso le resultara algo inesperado e irritante.