²² Sueños nublados

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"Ya no sé disimular, te amo y 
no te puedo hablar.
Tu recuerdo no se va, 
no se va, no se va"

~Morat

Zayn

Cuatro de la mañana.

En la puerta de la chatarra, bajando.

Caras de dormidos, pero cargados con armamento hasta en las nalgas.

No puedo creer que estemos a punto de salir de la caravana y que Blair siga haciendo como si no existo. ¿Tan mal la hice sentir? Joder. Me siento la peor persona del universo, pero hasta que no termine nuestra expedición, no hablaré con ella de lo sucedido. No necesito más distracciones de las que ya me está causando. Horas atrás, cuando debería haber estado pensando en la mejor forma de entrar a las minas, solo tenía a ella en mi cabeza; y bueno, y a ese estúpido Mushu que, al parecer, también sabe que es mujer. Me caga que no me lo haya dicho antes.

Creí que era el único que lo sabía.

―Nos separaremos al llegar para que la búsqueda sea más... óptima ―les explico mostrándoles el mapa que dibujé unos días atrás―. Los grupos serán los siguientes: Mushu junto a Pipa, Grillo y Samuel conmigo.

Todos mueven la cabeza dándome aprobación. La de pelo azul lo hace dubitativa, como si estuviera desconectada de todo cada vez que yo hablo. Quiero decirle algo, tengo la intención de hacerlo justo cuando él me interrumpe:

―¿Hola? ―reproduce Gafitas, triste.

Me había olvidado realmente de su existencia.

―Tú puedes quedarte en la entrada de las minas, si quieres ―esta es mi forma de decir de una manera sutil "solo te traje aquí para usarte como rehén".

Observa mi mapa como si aquello le aterrara, se acomoda sus gafas, tembloroso y, al notar que mi mandíbula se tensa porque no lo veo muy convencido, asiente rápido con la cabeza, sumiso.

Genial, ahora solo falta caminar las cuadras que nos restan para no hacer ruido con la caravana y...

―No lo dejaremos solo para que nos proteja el trasero ―Y cuando no, Blair reportándose siempre en los peores momentos.

Aprieto los dientes.

―¿Tienes una mejor idea? ―escupo ya aturdido. No estoy acostumbrado a que me cuestionen mis planes y órdenes. Yo soy el capitán. Yo tengo el puto mando. Una niñata no me lo puede quitar así porque sí.

Parece irritarle mi comportamiento, lo percibo por la forma en la que se truena los dedos. Da la impresión que quiere partirme la nariz. Y probablemente así sea.

―¿Alguna idea que no implique dejar a nuestro amigo abandonado para que lo maten? ¡Sí, Zayn! ¡Tengo muchas!

Es un chico perro, ni si quiera sabe hablar.

Maldita niña caprichosa.

Quiero insultarla, pero verla tan metida en su papel de Samuel, me vuelve loco.

―Dilas ―vacilo― si quieres que yo, tu jodido capitán, las acepte.

Voltea los ojos.

―Oye, Zayn, creo que sería mejor si... ―empieza a defenderla Mushu.

Blair tapa su boca y avanza hacia mí, empoderada.

―Se quedará conmigo, y si no le apetece, capitán, seré yo el que se quedará en la entrada solo ―hace énfasis en el "solo".

Besos en Guerra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora