Tres días después.
Día veintinueve.
Emma
Hoy es un día especial, mi hermanito va a explorar sus poderes y en mi familia no cabemos de la emoción.
Pese a que Aarón ha estado un poco alejado de mí estos días, hoy se encuentra con nosotros, pero eso no hace que esté menos distante al momento de hablarme u otras cosas.
Creo que debería hablar con él, pero justo cuando voy dispuesta a ello, llega mamá con Allan.
Mi hermanito está vestido con un uniforme de la escuela en la que comenzará a aprender cómo utilizar sus poderes
Esta escuela dura un año y no hay edad concreta para acceder, si no que cualquier bebé que presente sus primeros signos de magia deben asistir, ya más adelante cuando tengan la edad adecuada, podrán entrar a la escuela de Enseñanza básica de Magia, la "Magice et Mens", ya saben, esa que yo fundé. De último está el colegio que se enfoca totalmente en lo mágico, este en el mundo sin magia sería la universidad, pues se encarga de llevarte a una parte profesional, pero teniendo en cuenta que la escuela se termina a los dieciocho años, no es extraño, este último comienza a los diecinueve y a mi me hace falta llevar unas clases perdidas cuando me fui para que, a la entrada a clase, pueda incorporarme a la escuela.
Allan se ve muy tierno así vestido y cuando ya todos estamos listos, acudimos al primer día de clases, donde se descubren cuáles serán sus poderes.
Internamente quiero que tenga mi poder para ser el dúo de hermanos más poderoso jamás visto, pero existe un dos por ciento de posibilidades de que eso ocurra.
Llegando al lugar, una joven muy amable nos recibe presentándose como la maestra, a su lado se encuentra un hombre alto que de primera impresión impone seriedad y me intimida, aunque realmente es muy amable y todo lo contrario, él será el encargado de descubrir los poderes del pequeño el día de hoy.
Todos nos sentamos en el suelo porque las sillas son muy pequeñas para nosotros, la profesora habla con Allan y minutos después me llama, por lo que, levantándome del suelo, me dirijo hacia ellos.
–Allan me habló de cómo desplazó los lápices que estaban en la habitación de "ma", quien suponemos eres tú – asiento afirmando la suposición – hacia dónde él se encontraba, y también sobre las galletas porque tú se lo pediste, así que necesito una pequeña ayuda de tu parte en la prueba que Magnus le realizará al pequeño.
–Claro que sí– le sonrío.
Dentro de mí tengo claro cuál será su poder, pues lo ha realizado en dos ocasiones frente a mí sin problema, lo que sí es un misterio para mí persona, es lo que podrá realizar con él.
Mi hermanito es muy inteligente, y según lo que mamá me dijo, ha descubierto su poder un año antes que yo, lo que quiere decir que, si yo soy poderosa, él lo será más.
Finalmente, llega el momento más esperado en el cual me piden ayuda.
–Bien, Emma, necesitamos que él no dependa de ti, pero primero necesito ver que puede lograr para saber cómo seguir– asiento y me agacho donde mi hermano me ve expectativo, le tengo que hacer traer unos lápices de color, por lo que eso hago.
–Ma.
–Pequeño, puedes hacer que esos lápices vengan hacia ti, ya sabes cómo lo hiciste en mi habitación.
–¿Po' qué?
–Tengo ganas de colorear, pero están muy alto, ¿me haces ese favor?
–Shí, po'supuesto.
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60 días antes de la guerra
FantasyEmma. Falta de memoria. Un mundo mágico. Una historia de amor. Ella siempre ha sentido que algo hacía falta en su vida, pero, ¿descubrirá pronto el por qué? Cosas que parecen fantasía, se pueden convertir en una realidad para ella.