Día seis
- ¿Me acompañas Emma dilema?
- ¡Claro! ¿A dónde estamos yendo?
-Creo que deberías preguntar antes de aceptar- habla con tono burlón- a hacer una de tus actividades favoritas, o bueno, espero que siga siéndolo.
- ¡Vamos! No sé dónde será, pero de seguro me encantará.
-Bien, vamos por un par de unicornios, se está haciendo de noche y ellos iluminan.
Caminamos a una especie de establo donde se encuentran los unicornios, veo que va a tomar dos, pero no quiero volver a caer, así que le pido que vayamos en uno solo y acepta con una sonrisa.
Antes de alzar vuelo, paso mis manos por su cintura para sostenerme, el voltea hacia mí con una mirada que no entiendo... ¿felicidad? ¿amor? ¡Dios! Es frustrante no saberlo.
Le sonrío, es imposible no hacerlo cuando me da esa mirada, él me devuelve la sonrisa, vuelve a mirar al frente, suspira y alza vuelo.
El sol comienza a descender cuando pasamos por el lago, es hermoso.
Recuesto mi cabeza en la espalda de Aarón, nuevamente me observa por sobre el hombro, espero que me diga que me aparte, pero solo sonríe y hace que el unicornio se detenga en el aire, quedándonos allí los dos viendo como el sol se esconde en las montañas.
Luego me lleva hacia una montaña cercana y nos sentamos a contemplar las estrellas, él me conoce demasiado bien, porque estoy amando hacer esto.
-Mira- señalo una estrella fugaz- pide un deseo.
-Listo, ahora solo espero que se haga realidad pronto.
El pequeño pueblo donde vive la tía Bel, donde está mi antigua casa y donde están todos los que me apoyan se encuentra protegido por un fuerte invisible, cada que salimos de ese fuerte corremos peligro de ser atacados, pero esto lo vale.
De su bolso saca unos dulces y los comparte conmigo.
-Mira, otra estrella, es tu turno de pedir un deseo.
Cierro mis ojos y finjo pensarlo, pero solo pido valor para recuperar mi memoria.
-Yo también espero que se cumpla pronto.
***
Día siete.
- ¿Mamá?
-Hola, Emma, ¿Cómo te fue hoy?
-Bien, ¿Qué son todas estas cajas? – pregunto mirando a mi alrededor.
-Estoy preparando la mudanza hacia nuestra antigua casa, espero volver pronto al mundo mágico casi permanentemente... Por cierto, te tengo una sorpresa, pero deberás esperar a mañana- ella se acerca a mí y me da un beso en la frente- ahora anda con Allan y llévalo al parque, se lo prometí esta mañana.
-Está bien ma.
Camino con mi pequeño hermano en brazos, pero siento que algo me golpea por detrás y me hace caer al suelo, y a mi hermano lo lleva un poco más dejos de mí. Lo escucho llorar ante el golpe y quiero ir a tranquilizarlo, pero hay una risa detrás de mí.
-Finalmente encontré tu escondite, pequeña Hans.
Esa voz...yo la conozco, me giro lentamente, buscando a mi hermano con la mirada y al localizarlo volteo un poco más y la veo.
Ergonia se encuentra con una sonrisa malvada en su rostro, yo solo la observo y trato de llegar a Allan que se encuentra en un callejón a mi lado, pero ella extiende su mano y lanza un rayo haciendo que me quede quieta, cuando el pequeño ve esto, sale corriendo a esconderse detrás de un bote de basura, es un alivio que allí no lo vea ella.
- ¿Tú qué miras? - una mujer que va pasando al otro lado de la carretera recibe un rayo que la deja en el suelo.
Yo aprovecho esa distracción para tirarle una ventisca haciéndola caer con fuerza.
Me pongo de pie aprovechando su distracción.
Cuando vuelve en sí, ella se levanta y ataca casi de inmediato.
- "Statim mortuo!"- Por un momento me paralizo al ver que en el primer ataque tiró a matar, pero reacciono rápido.
- "Ictos!" - digo logrando esquivar el hechizo y vuelvo a atacar –"Altivolus!"
Ella da un par de vueltas en el aire cayendo y quedando así inconsciente.
Entro en pánico ante las personas que están a nuestro alrededor observándonos, así que miro donde se encuentra Allan escondido, él llora.
Le llamo y corre llorando a mis brazos, no estoy lejos de casa, no llegué a caminar más de diez pasos, por lo que corro a ella y grito un "mamá", rápidamente ella viene asustada.
-Mamá, ven rápido no sé cómo explicarlo, te necesito.
Ella no lo piensa un segundo cuando salimos de casa y la llevo al lugar, aún está allí, inconsciente.
- ¿Qué mierd...? - se detiene.
-Yo...ella, iba caminando y me atacó por detrás, ni siquiera le importó estar en la ciudad, y no tuve más remedio que contraatacar.
-Tranquila hija, llama a Beatriz con mi localizador, necesitamos resolver esto y eliminar las evidencias que pueda haber, que venga también Aarón.
Hago lo que me pide y ellos no duran más de diez minutos en llegar, mi madre se ha encargado de que nadie se vaya del lugar y estamos buscando soluciones.
-La única manera de hacer esto, es inmovilizar a todo el país y seguido borrarles la memoria de la última hora.
-Pero, ¿y si a alguien le propusieron matrimonio y no se acuerda luego? - pregunta mamá.
-Ambas personas lo habrán olvidado, se lo volverá a proponer; hay que revisar si no han subido algo a las redes sociales y borrarlo, también borrar cualquier video que se pudo tomar y lograr así mantener nuestro anonimato.
-Buen plan, pero, ¿Dónde está Ergonia? - Todos vuelven a ver hacia el lugar y efectivamente está vacío.
-Mierda.
-Luego nos encargaremos de ella, primero debemos resolver este problema y ustedes- habla tía y se dirige a mamá y a mí- deben irse hacia la otra casa, esta ya no es segura.
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60 días antes de la guerra
FantasiaEmma. Falta de memoria. Un mundo mágico. Una historia de amor. Ella siempre ha sentido que algo hacía falta en su vida, pero, ¿descubrirá pronto el por qué? Cosas que parecen fantasía, se pueden convertir en una realidad para ella.