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Un chiquillo que parecía que tenía un gorro pegado a su cabeza, entró corriendo a los baños de caballeros de aquella prestigiosa universidad

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Un chiquillo que parecía que tenía un gorro pegado a su cabeza, entró corriendo a los baños de caballeros de aquella prestigiosa universidad. El día anterior había consumido algo que le hizo daño y ahora estaba expulsando todo lo que su estómago rechazaba en el retrete dentro del cubículo.

Un castaño se sintió incomodo escuchando las arcadas desde su sitio, quería terminar pronto para poder retirarse de aquel sanitario, cuando terminó, subió la cremayera de sus pantalones y se acercó a los lavabos para lavarse las manos pero cuando estuvo a punto de echarse un poco de jabón en las manos, la única puerta cerrada del resto de cubículos, se abrió, dejando a la vista a un azabache, que se limpiaba los labios con un pedazo de papel.

Los ojos marrones visualizaron al chico frente a él que le daba la espalda, este era alto, castaño y su piel era pálida, tanto que se podría comparar con la nieve, sintió un cosquilleo en el pecho cuando el castaño levantó su mirada, dejando al descubierto aquellos ojos color sangre que brillaban tal y como la joya más preciosa del mundo, el rubí.

Se quedó tan encantado de aquel chico que se le olvidó su dolor de estómago y el ardor que sentía en la garganta. Su consciencia regresó cuando escuchó la puerta del sanitario cerrarse, miró a todos lados y aquel castaño ya no estaba, se lavó rápidamente las manos para poder alcanzarlo, pero cuando llegó al pasillo, vio a varios alumnos que caminaban de un lugar a otro, charlando, riendo, escuchando música a través de sus audífonos o simplemente iban solos.

Miró a todos lados, pero tal parecía como si la tierra se lo hubiera tragado, no había rastro de él, no conocía su nombre, no sabía en qué habitación se estaba hospedando, no sabía absolutamente nada, se mordió el labio inferior por la desesperación y se dio media vuelta para dirigirse a su clase.

Ahora, aquel mismo muchacho, se encontraba con un suero conectado a su brazo derecho, en una habitación completamente blanca, al abrir los ojos, sintió ardor por la sensibilidad a la luz, esperó algunos segundos y volvió a abrirlos pero su vista estaba borrosa, se le ocurrió parpadear en varias ocasiones para poner aclarar su vista, pero se asustó al percatarse que se encontraba en un hospital, intentó ladear la cabeza pero se dio cuenta de la existencia de un collarín cervical que estaba protegiendo su cuello.

Recordó el como su prometido había descubierto su aventura con Rubén y sus latidos se aceleraron.

Recordó cada una de las palabras que pronunció su chico y sintió como su corazón se rompía en miles de pedazos.

Alexis.

Lagrimas se escaparon de sus ojos al recordar como despues de tanto tiempo, el castaño volvió a llamarlo por su nombre.

No Quackity.

No Quacks.

No Alex.

𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂.༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎~ℒ𝓊𝓏𝓊𝓅𝓁𝒶𝓎ت︎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora