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El chico de mirada carmín terminaba de arreglar su cabello cuando escuchó que la voz de su hermano gritando "Ya llegué". Luzu en realidad estaba acostumbrado a lo escandaloso que podría llegar a ser su hermano, sonrió emocionado y salió de su habitación para hablar con el azabache, quien caminaba tranquilamente por el espacioso pasillo, dirigiéndose a su habitación.
–Vege –lo llamó mientras se acercaba a él.
El menor detuvo sus pasos y se dio media vuelta para mirar a su hermano.
–¿Quieres ir a un club? –preguntó emocionado.
El azabache arqueó una ceja pero no borró la sonrisa de su rostro –¿No bebiste suficiente antes de tu accidente? –preguntó burlon.
Luzu puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos mientras conservaba su sonrisa.
–Rubius me invitó a un club, estarí... –lo interrumpieron.
–¿Doblas? –frunció el ceño– ¿Cuando hablaste con él? –preguntó serio.
–Me lo encontré en una cafetería –respondió mientras se encogia de hombros.
El azabache desvió la mirada unos segundos y luego miró a su hermano con una expresión seria.
–Te acompañaré... Pero ten cuidado con Rubén –dijo en tono serio.
–Dijiste que tú y él eran amigos –dijo confundido.
–Eso no significa que confíe en él.
El de ojos violetas se dio media vuelta y caminó hacia su habitación, hasta que logró desaparecer del campo visual del castaño, quien se encontraba confundido, pero no le dio tanta importancia. Cualquiera actuaría así de estar obligado a volver a ver a su ex novio ¿no?.
Decidió regresar a su habitación y continuar arreglandose para esa noche.
Tenía el presentimiento de que sería una gran noche.
Y losería.
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