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Los rayos del sol lograban iluminar la habitación, los chicos no se habían molestado en cerrar las cortinas anoche y ahora el mexicano estaba despertando al exceso de luz que comenzaba a provocarle dolor de cabeza. Abrió los ojos y al comienzo vio borroso, tuvo que parpadear en repetidas ocasiones para aclarar su vista, cuando lo hizo, se tranquilizó de saber que estaba en su habitación, pero se confundió al sentir su piel haciendo contacto directamente con las sábanas. Levantó la tela y se asustó al ver que estaba completamente desnudo, volteó a un lado y cayó de la cama al ver al francés.
Al socio de su amado, desnudo junto a él.
Su respiración comenzó a acelerarse y buscó rápidamente con la mirada su ropa, le urgía vestirse y alejarse de aquel sujeto, localizó su playera de anoche y sus boxers, se los puso pero no se molestó en colocarse unas bermudas o pantalones, ni siquiera se molestó en ponerse su gorro. Estaba haciendo mucho ruido mientras buscaba su teléfono que sin ningún éxito encontró, quería contactarse con Rubius y pedirle explicaciones pero sin su teléfono no podía, tampoco encontraba sus llaves, no podía salir corriendo al departamento del noruego.
Se recargó en la pared y lentamente se deslizó sobre esta hasta llegar al suelo, donde abrazó sus piernas y ocultó su rostro en sus rodillas, importandole poco en ocultar sus sollozos, se sentía cansado y se sentía un completo imbécil.
Se había acostado con alguien aún amando a alguien más. Le había fallado otra vez a Luzu.
Y eso era lo que más le dolía.
El francés logró despertarse debido a los lloriqueos del mexicano, se preocupó por él, así que de forma rápida se puso solamente sus pantalones y corrió hacia donde se encontraba el azabache hecho bolita.
-Quackity -lo tomó de los hombros para llamar su atención pero el mexicano se pegó a la pared lo más que pudo.
-No me toques -dijo en un hilo de voz- Por favor... No me toques -lagrimas continuaron recorriendo sus mejillas.
El francés se arrepintió de haberse dejado llevar por sus impulsos y soltó un suspiro.
-No debí acostarme contigo, lo siento -se humedeció los labios- Me gustas mucho y me besaste... Después de eso no me pude contener, no te estoy culpando.
-idiota -susurró para sí mismo.
-Tú no tienes la culpa, Quackity -su labio inferior tembló- Estabas ebrio y... Bueno, lo que pasó es considerado un abuso, perdón.
-¿Te aprovechaste de que estaba ebrio? -frunció el ceño mientras continuaba llorando- ¿Tienes mierda en el cerebro? Eres un cabron, eres un hijo de puta, un tipo de lo peor -se quejó mientras empujaba al extranjero- Vete, eres un asqueroso mentiroso, me hiciste creer que eras alguien bueno pero solo te aprovechaste de mí en cuanto tuviste oportunidad -reclamó mientras continuaba empujandolo- Te odio, te odio, te odio.
