El ojivioleta ladeó la cabeza un tanto confundido.
–¿Vender Karmaland? –preguntó extrañado.
–Papá quiere retirarse, gracias a nuestro éxito... Se ha dado cuenta que somos lo suficientemente maduros para encarganos del negocio principal de nuestra familia –se humedeció los labios– Él y mamá quiere disfrutar de que... Bueno, no son tan viejos y quieren viajar, divertirse, gozar de su matrimonio como no lo pudieron gozar en tantos años por el trabajo duro del gran señor Borja –ambos hermanos soltaron una pequeña risita.
–Mamá quiere gozar de su matrimonio... –comenzó a jugar con sus dedos– Lo hace por mamá... ¿No? –preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro.
El castaño sonrió de igual manera y asintió– Si Vege –soltó un pequeño suspiro– Nuestros padres se aman profundamente, necesitan disfrutarse del uno al otro... Ignoremos lo mal que sonó eso.
El ojivioleta soltó una carcajada y asintió– ¿Quién quiere comprarla? –preguntó curioso– Si tomaste la decisión de venderla es porque ya hay alguien interesado... ¿No es así, Luzio? –dijo mientras jugaba con uno de los adornos qué se encontraban en el escritorio.
El ojirubí asintió– Es un joven millonario que tiene muchos planes con la constructora –dijo mientras le pasaba su teléfono para que observará la fotografía del comprador.
–Es muy guapo... –admitió el ojivioleta.
–No te concentres solo en eso, niño –puso los ojos en blanco y luego sonrió con burla.
–¡Es la verdad! –le regresó el aparato– ¿Ya lo viste? –se dejó caer sobre el respaldo de su asiento y soltó un suspiro– Lastima que estoy saliendo con Willy.
–Más te vale que no hagas algo indebido, Samuel.. –advirtió el castaño mientras acomodaba algunos papeles.
El azabache soltó un bufido– No soy tu secretario... –murmuró.
El de ojos rubíes miró unos segundos a su hermano y luego dirigió su atención a las hojas que tenía en sus manos.
–¿Qué dijiste? –preguntó curioso.
El azabache frunció el ceño y se acomodó en su asiento– Que no soy como mi hermano mayor que hace cosas indebidas en la oficina con su novio –sonrió burlonamente.
El castaño sintió sus mejillas arder ante lo que dijo su hermano menor, quien infló sus mejillas al ver el rostro sonrojado del mayor.
–No volverá a pasar... –carraspeo la garganta.
El amatista soltó una carcajada– Ya lo veremos, Borja –se cruzó de brazos.
El mencionado negó haciendo ligeros movimientos de cabeza y metió los papeles en una carpeta de piel.
ESTÁS LEYENDO
𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂.༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎~ℒ𝓊𝓏𝓊𝓅𝓁𝒶𝓎ت︎༒︎
Fanfiction𝑬𝒍 𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒂, 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒐 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒅𝒖𝒅𝒂. 𝑻𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒆𝒕𝒂, 𝒕𝒆 𝒗𝒂𝒍𝒐𝒓𝒂 𝒚 𝒕𝒆 𝒄𝒖𝒊𝒅𝒂. 𝑺𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒈𝒐, 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒖𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒅𝒆𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒔�...