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Aquella noche Izuku no pudo dormir en absoluto. Se quedó tumbado en su cama y mirando al techo. No le había dicho nada de lo que había pasado a su madre, no sabía cómo decírselo ni si siquiera si debería hacerlo. Además, estaba completamente intranquilo acerca de lo que había sucedido con Toshinori, si había logrado huir de los guardias. Se sentía culpable por lo que había sucedido, y si Toshinori llegara a ser ejecutado o algo peor, no se lo podría perdonar.

Al día siguiente, estaba tan cansado que andaba por la casa como un zombie, sin prestar demasiada atención a lo que estaba haciendo.

-¿Izuku?-le llamó su madre, preocupada.-¿Estás bien? Llevas cinco minutos mirando tu desayuno.

-Si. -le respondió Izuku, arrastrándo las palabras.- solo estoy cansado. No he dormido bien.

-¿Por qué no vas a dormir un poco?- le propuso su madre.- yo puedo ocuparme de la cosecha.

-No, puedo hacerlo.- se negó Izuku.- solo necesito despejarme un poco.

Alguien llamó a la puerta de madera, asique Izuku se levantó para ir a abrir.

Todo el cansancio se esfumó de golpe al ver que tras la puerta se encontraban dos guardias reales. El primero de ellos abrió la boca para hablar, pero Izuku cerró de golpe la puerta.

-¡Izuku!-su madre se levantó de la mesa.-¡No les cierres así la puerta a los guardias! ¡Abre inmediatamente!

Izuku negó con la cabeza.

-¿Se puede saber que te pasa?-insistió su madre. Apartó a Izuku de la puerta y abrió.- por favor, disculpen a mi hijo. No sabe lo que hace, ha pasado una mala noche. ¿En puedo ayudarlos?

-Solo queremos hablar con su hijo un momento.- explicó el guardia.

La madre de Izuku asintió y tomó a su hijo del brazo, empujándole hacia la entrada. Izuku se había quedado completamente rígido, parecía un tronco en lugar de una persona.

-Izuku Midoriya, ¿Cierto?- preguntó el guardia. Izuku asintió despacio.- traemos una orden en nombre del rey.

-Se acabó, estoy muerto.- se dijo Izuku a sí mismo.

-Se te ordena iniciar un viaje para traer al castillo al criminal conocido como All For One.

-¿Qué?- preguntó Izuku, completamente anodadado. No podía creerse lo que estaba escuchando.

-El rey quiere que viajes hasta el reino negro para arrestar al criminal All For One.- aclaró el guardia.

-¿Qué?

-¿Éste niño es tonto?-le preguntó el primer guardia a su compañero, quién se encogió de hombros.

-Tal vez solo necesita asimilarlo.- una voz que Izuku reconoció de inmediato sonó por detrás de los guardias. Toshinori se abrió camino hasta llegar a la puerta.-¿Puedo pasar, Midoriya?

Izuku sintió que iba a llorar de la felicidad. Toshinori estaba vivo, estaba bien. Se lanzó sin pensarlo a abrazar al hombre del alivio, pero éste le detuvo levantando una mano.

-Oh, cierto.- Izuku se secó las lágrimas y trató de recomponer la compostura, invitándole a pasar.

Los guardias dejaron el papel con las órdenes en las manos de Toshinori, se despidieron de la madre de Izuku y se marcharon por el camino de tierra. La madre de Izuku invitó a Toshinori a sentarse en la mesa y fue en seguida a servirle un poco de comida, que el hombre no se atrevió a rechazar.

-Yo...estaba tan preocupado...- le dijo Izuku.- ¿Está...está bien?

-Estoy bien, no te preocupes por mí.- le dijo Toshinori.- de quien deberías preocuparte es de ti. Por desgracia para tí, el príncipe no sobrevivió a la caída, y su padre está furioso contigo.

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