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Izuku aceptó de inmediato el desafío, sin dudar ni un solo instante. No le importaba que clase de prueba tuviera que superar, pero no estaba dispuesto a dejar que Aizawa menospreciara su esfuerzo de esa forma. Aizawa le sostuvo la mirada por unos segundos, y soltó un bufido.

-Bien, en ese caso, ven al patio mayor.- le indicó el adulto, saliendo de la biblioteca.-Tamaki, ven tú también.

Tamaki no dijo nada, pero asintió.

En cuanto Tamaki se recuperó un poco de su estado de terror, Izuku salió de la biblioteca junto a él, dirigiéndose hacia el patio mayor.

-Esto no me gusta...-Le dijo Tamaki casi en un susurro.-Una prueba...¿Y por qué tengo que ir yo también?

-Está bien, Tamaki.- le tranquilizó Izuku.-no importa que tipo de prueba sea, voy a superarla. No va pasar nada malo.

-No lo entiendes...-Tamaki dirigió la mirada hacia un lado y tiró de su capucha hacia abajo.-El profesor Aizawa es... Implacable. Mirio entrena con él, me ha contado que expulsa de Yuuei a los estudiantes que no alcanzan sus expectativas.

-¿Cómo?-Izuku se detuvo, girándose hacia él.

-El profesor Aizawa...es muy exigente.-explicó Tamaki.-No tolera menos que la máxima capacidad de sus estudiantes. Y si no alcanzas sus espectativas...entonces...no vales la pena.

Izuku se quedó en silencio. Tal vez se había tomado demasiado a la ligera el desafío de Aizawa. Además, teniendo en cuenta de que no había querido entrenarle desde el inicio, posiblemente le plantearía un reto imposible de cumplir. Sin embargo, ya había aceptado, no podía volverse atrás ahora. Respiró hondo.

-Lo entiendo.-le dijo a Tamaki, cerrando el puño frente a él.-pero no tengo otra opción ahora. Daré todo mi esfuerzo, y de alguna manera lograré llegar a sus expectativas. Confía en mí.

El patio mayor estaba casi completamente vacío, a excepción de un par de estudiantes que charlaban entre ellos en una esquina del patio, mirando interrogantes a Aizawa, esperando pacientemente en el centro del patio. Su sorpresa fue mayor cuando vieron a Izuku entrar en el patio seguido por Tamaki. Uno de los estudiantes salió corriendo del patio.

-Ya estamos aquí.-le llamó Izuku, tratando de ocultar el temblor nervioso de sus manos. La luz anaranjada del atardecer bañaba el patio mayor, iluminando a Aizawa y el suelo a su alrededor como si fuera un shinigami, un dios de la muerte.

-Bien. En ese caso, podemos empezar.-Le respondió Aizawa. Metió la mano en un pliegue de su ropa, sacando de ella un pequeño amuleto de gato tallado en madera y con una cuerda atada a su cuello.-¿Ves esto? Es un tótem. Tu prueba consistirá en conseguirlo. Si lo haces, accederé a entrenarte. Pero si fallas, serás inmediatamente expulsado de Yuuei. Tienes tiempo límite para ello, y ha empezado a correr en el mismo momento en que habéis pisado el patio, asique yo que tú...

Izuku no dejó que terminara. Le había bastado con saber sobre el tiempo límite para entender que no podía permitirse el lujo de perder ni un solo segundo. Ignoraba por completo cuánto era ese tiempo, cuanto le quedaba o como iba a medirlo Aizawa, pero en ese momento no le importó demasiado. Además, sabía que el adulto era fuerte, lo había visto humillar a Todoroki hasta estar a punto de matarlo, su mejor opción en ese momento era un ataque sorpresa.

Saltó hacia  Aizawa y trató de alcanzar la mano con la que el adulto sujetaba el tótem por la cuerda. Sin embargo, éste levantó el brazo fuera de su alcance, haciendo que Izuku perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

-Atacar a tu enemigo mientras tiene la guardia baja, no es mala idea.-observó Aizawa.-pero yo no bajo la guardia tan fácilmente. Esfuérzate más.

Izuku se levantó rápidamente y volvió a intentarlo, saltando para alcanzar su brazo. Aizawa le alejó con un rodillazo en las costillas, que le hizo exhalar el aire de los pulmones y toser, retrocediendo. Izuku tuvo el impulso de protestar, pero se detuvo al percatarse de su situación. Aizawa le estaba poniendo a prueba, y en ningún momento le había dicho que no fuera a golpearlo. No sólo tenía que alcanzar el tótem, sino también defenderse de sus golpes.

Volvió a lanzarse contra Aizawa, y en cuanto el adulto movió la pierna, Izuku interpuso las manos para bloquear el golpe, recibiendo en la espalda un golpe del adulto que le hizo caer al suelo.

-¿Eso es todo lo que puedes hacer?-le preguntó Aizawa.

-¡No he terminado!-negó Izuku, levantándose de nuevo.

Conforme avanzaba la prueba, Izuku se iba dando cuenta de la gran similitud que existía entre aquella prueba y el juego de Zorros y conejos de Mirio. En ambos casos, el objetivo era atrapar al oponente, y ambos eran muchos más fuertes que él. Atrapar a Mirio era una tarea imposible desde el inicio, debido a su magia arcana que lo hacía prácticamente intangible, y el adulto era mucho más rápido y experimentado que él, asique tenía que buscar la forma de ganar no con fuerza bruta, sino con astucia. Con cada golpe que recibía del adulto, Izuku empezó a ver un patrón. Aizawa era fuerte, pero en ningún momento había utilizado su pierna izquierda. Cada vez que le daba una patada, era la derecha la que le golpeaba, y cuando esto pasaba, por tan solo un instante, dejaba su lado izquierdo desprotegido para mantener el equilibrio.

Izuku hizo una finta, y atacó al costado izquierdo de Aizawa. El adulto no le había prohibido golpearle, al igual que no le había asegurado no defenderse. Aún no estaba seguro de si podría utilizar el One For All sin romperse el brazo, y decidió no arriesgarse. El puñetazo alcanzó su objetivo, pero en el instante en que Izuku pensó que Aizawa bajaría el brazo con el tótem en un acto reflejo, el adulto clavó su codo izquierdo entre los omóplatos de Izuku, haciéndole soltar un quejido y cayendo al suelo.

-No está mal, pero te estás quedando sin tiempo.-le advirtió Aizawa, sacudiendo el tótem frente a él.-¿No lo quieres? Si hubieras usado el One For All, ya habría sido tuyo.

Izuku se levantó, adolorido. No había querido usar la magia de Toshinori no solo por el riesgo de romperse el brazo, ya que el entrenamiento con Mirio le había dado una idea de la sensación de utilizarlo en una mínima cantidad. A esas alturas, estaba lo bastante cansado como para poder arriesgarse, asique cerró el puño y trató de usar el One For All, cuando algo le detuvo.

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