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El ambiente en el comedor se animó en cuanto empezaron a llegar los platos de comida, traídas por varios clones de Ectoplasm. Izuku se quedó viendo anodadado como los clones iban de un lado a otro llevando bandejas con comida, impresionado de que hubiera una magia capaz de algo así.

-¿A que es impresionante?-le preguntó la chica que estaba sentada a su derecha.- Nadie sabe su nombre real, y puede dar un poco de miedo, pero el profesor Ectoplasm es genial.

-Si. Parece muy fuerte.

-¡Lo es!- le respondió la chica- puede hacer hasta treinta copias de sí mismo, pero cuando está feliz, puede llegar a las treinta y seis. Gracias a él, no necesitamos criados, el director detesta el sistema de sirviente-amo. Por cierto, me llamo Ochaco Uraraka. ¿Y tú?

- Izuku Midoriya. -Izuku sonrió.- acabo de llegar.

-Lo se. Te vi cuando llegaste.- Ochaco hizo una pausa para agradecer a uno de los clones por la comida.-¿Cuál es tu magia natural? La mía se llama Gravedad Cero. Puedo hacer flotar los objetos.

-Bueno, pues...-Izuku se quedó callado un momento. Tenía que pensarse bien su respuesta. No podía soltarle la verdad tal cual, no la conocía, y tampoco quería revelar demasiado sobre el One For All. Miró su brazo vendado, y al instante se le ocurrió una respuesta.-Superfuerza, supongo. Aunque me hago mucho daño cuando lo uso.

-Oh, afike fuigte tú kien rongpió una de fas pgareles de la fiflioteca.-Comentó el chico rubio sentado a la izquierda de Izuku, con la boca llena de comida.

-¡No hables con la boca llena!-le interrumpió Tenya, sentado frente a ellos.-Es de mala educación.

-Perdón.-el chico rubio tragó la comida antes de seguir hablando.- yo soy Denki Kaminari. Mi magia es rayo. Puedo acumular la energía del aire y descargarla de golpe en forma de rayos. El Profesor Aizawa me está enseñando a usarlo para predecir tormentas.

-Eso suena como algo muy útil.-Asintió Izuku.-podrías utilizarlo para ayudar a los campesinos a predecir lluvias y evitar inundaciones.

Denki soltó una risa con algo de vergüenza.

-Pero realmente no soy muy fuerte a la hora de pelear. Sobre todo si estoy rodeado de aliados.-Admitió.-tú en cambio, pareces mucho más fuerte.

-No si me quedó destrozado al usarlo.-negó Izuku.

-Por Cierto, ¿No venía alguien contigo?-le preguntó Ochaco.

-Si, pero se ha ido.

-¿No era un amigo tuyo?

-Pensaba que si, pero al parecer, me equivoqué.-Izuku bajó la mirada a su plato.-solo era una carga, asique se cansó de mi y decidió irse.

-Eso es muy triste.-Le dijo Ochaco.-Pero no te preocupes, ahora estás aquí. Estoy segura de que harás muchos amigos aquí.

-Gracias, Ochaco.-Izuku sonrió, empezando a comer. En cuanto dio la primera mordida, se quedó quieto.

-¿Que pasa?- le preguntó Ochaco.-¿No te gusta?

-Está muy bueno.-Izuku masticó despacio, tratando de disfrutar del sabor lo máximo posible.-hace mucho que no como algo tan bueno. No desde que me fui de casa.

-¿De dónde eres?

-De Hosu.

-¿Ese no es el reino de Endeavor?-Denki frunció un poco el ceño.-Ese hombre no deja de darnos problemas.

-Lo se. El profesor Aizawa casi nos mata por eso.- Izuku dió otro bocado.-Y sus soldados trataron de matarnos.

-¿Estabais huyendo de él?-le preguntó Ochaco.

-Es... complicado.-Izuku aceleró su comida, tratando de no pensar en ello.-Perdona, no quiero hablar de eso. Es doloroso.

-Ah, disculpa.-Ochaco regresó a su plato.

Nadie volvió a mencionarle el tema en toda la comida, asique terminó y trató de levantarse de la mesa, cuando Tenya le detuvo.

-¡Espera un momento, tienes que esperar a que retiren el plato!-le advirtió, haciendo un gesto de hacha con el antebrazo.-¡No puedes simplemente levantarte e irte!

-Oh, lo siento.-Izuku volvió a sentarse. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que ni Mirio ni Tamaki habían ido a comer.-¿Sabéis dónde están Mirio y Tamaki?

-¿Quienes?-preguntó Ochaco.

-Un chico rubio y con mucha musculatura, y otro con orejas puntiagudas y pelo azul oscuro.

-¡Oh, ellos!-recordó Denki.-Se quienes son. Nunca entran en el comedor, se quedan en uno de los patios a comer. Les gusta estar apartados de la gente durante la comida. ¿Sabes lo que he oído de ellos? Dicen que Tamaki es en realidad un asesino que fue condenado a muerte en su reino. Que miedo, ¿Cierto?

-No lo creo. Cuando le conocí en la biblioteca, era bastante asustadizo y solitario.-Negó Izuku.-y Mirio es amable y alegre. No creo que ninguno pueda hacer daño a la gente.

-¿Y tú cómo lo sabes? Acabas de llegar, apenas les conoces.-insistió Denki.-Yo llevo aquí un año, y esos dos rara vez se juntan con los demás. Es muy, muy sospechoso.

Izuku se quedó en silencio. Denki tenía razón al decir que apenas les conocía, pero estaba bastante seguro de que ni Mirio ni Tamaki eran malas personas en realidad. La situación empezó a volverse incómoda para él, cuando finalmente uno de los clones de Ectoplasm pasó por su mesa y recogió los platos vacíos, lo que le dio vía libre para levantarse de la mesa y salir del comedor. De repente ya no tenía tantas ganas de seguir hablando con la gente. Tan solo quería llegar a su habitación y dormir un poco.

Estuvo vagando por los pasillos durante un rato, buscando el camino para llegar a las habitaciones, cuando pasó por uno de los patios interiores, con el suelo recubierto de mármol y una fuente en el centro. En el borde de esta estaban sentados Mirio y Tamaki, el primero con las dos piernas cruzadas y casi haciendo equilibrio en el borde de piedra. Tenían entre las manos unas bandejas de metal con lo que quedaba de su comida. Al parecer, Tamaki apenas había comido, y era Mirio quién le estaba animando y casi dándole de comer él mismo mientras charlaban. Sin embargo, Izuku no se quedó mucho tiempo allí, no quería molestarlos si lo que querían era estar tranquilos.

-Vamos, come un poco más, estás muy delgado.-le dijo Mirio.-¿Cómo vas a ganar fuerza si apenas comes?

-No tengo hambre.-Tamaki trató de apartar un poco la carne que sujetaba Mirio.-De verdad, yo no como tanto...

-¿Es que estás preocupado?-Mirio ladeó un poco la cabeza.-Tú no comes mucho cuando te preocupas.

Tamaki se quedó en silencio, tirando un poco de su capucha y bajando la mirada.

-Vamos, Estoy seguro de que Izuku estará bien.-le animó Mirio.-Solo se ha roto el brazo. Se pondrá bien.

-Pero...fue mi culpa.-Tamaki tiró con más fuerza de la capucha.-Se hizo daño porque discutió con el otro chico...y discutieron porque le dije que se fueran. Es mi culpa.

-No, no lo fue.-Mirio acarició su cabeza a través de la capucha, haciendo que este levantara la mirada.-Mira, si quieres podemos ir a hablar con él mañana, ya verás como estará mucho mejor.

Tamaki le miró en silencio, asintiendo despacio y aceptando la carne que Mirio aún insistía en ofrecerle.

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