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Al día siguiente, Izuku ya estaba lo bastante bien como para poder levantarse, aunque estar de pie todavía le provocaba una molestia que no llegaba al dolor, pero que le drenaba la energía muy rápidamente. Aún así, Izuku insistió en salir de la enfermería, no podía soportar estar allí sin hacer nada por mucho más tiempo, asique finalmente se levantó y se dirigió despacio hacia el comedor para desayunar.

Por el camino se topó con Mirio, quién estaba sentado en un rincón del patio donde él y Tamaki solían comer. Tenía la bandeja con el desayuno a un lado, pero él no parecía tener ningunas ganas de hacerle el más mínimo caso. Parecía bastante decaído, con la cara oculta detrás de sus rodillas.

-¿Mirio?-le llamó Izuku, acercándose a él. Éste levantó un poco la cabeza, pero no respondió al saludo.-me he enterado de lo que pasó. Lo siento mucho.

-Largate.- le dijo repentinamente, apartando la mirada.-es tu culpa. Si me hubieras escuchado, Tamaki ...estaría aquí.

-Mirio ...

-¡No quiero escuchar tus excusas!-Mirio se levantó del suelo, empujando a Izuku con la fuerza suficiente como para hacerle caer al suelo.-¡Fue tu culpa! Le prometí que le protegería, y no pude cumplirla porque no me escuchaste.

-¡No podía irme, esa cosa habría matado al profesor Aizawa!-se defendió Izuku.

-No me importa.-Mirio apartó la mirada de él y regresó a su posición original.-solo déjame en paz.

-Mirio. Voy a irme de Yuuei.-le soltó Izuku, levantándose del suelo. Éste levantó la mirada hacia él, sorprendido.-esta noche. Voy a ir a rescatar a Tamaki, voy a reparar mi error. Te lo prometo.

-No puedes. Kamino está en guerra.

-No me da miedo. Ya me he roto todos los huesos del cuerpo, he estado al borde de la muerte. Pero no puedo ir allí solo.-Izuku se agachó hacia Mirio.-Ven conmigo. ¿No quieres ir a buscarle?

La expresión de Mirio cambió, asintiendo. Parecía mucho más animado, determinado en encontrar a su amigo.

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-Ochaco, ven conmigo.-Denki le sujetó de la muñeca y tiró de ella, llevándola hacia un lado del comedor.-Oye, acabo de ver a Izuku hablando con Mirio.

-Eso no es malo, ¿No? Ellos dos se llevan bien, y Mirio ha estado últimamente muy nervioso con todo el tema del secuestro de su amigo.- opinó Ochaco.

-¡Ese no es el problema!- negó Denki.- Izuku quiere escaparse para irse a buscar a Tamaki con Mirio. ¡Tenemos que avisar a los profesores, van a hacer que los maten!

-¿Y por qué no lo has hecho ya?-le preguntó Ochaco.- Denki, Izuku aún está débil, ¿No? ¿Estás seguro de que han dicho eso?

-Am...pues...¡Claro que estoy seguro! ¡Ayúdame a detenerlos!

-Denki, se que estás teniendo problemas, pero puedes hablarlo conmigo.

-¿De qué estás hablando?-le preguntó Denki, completamente confundido por la actitud de la chica.

-No pasa nada, nadie va a juzgarte.-Ochaco le sonrió amablemente.- venga, vamos a desayunar, ¿Vale?

-¡No, no vale! ¿Se puede saber de qué estás hablando?

-Ah, ¿No te lo ha dicho? Monoma le ha ido explicando a todo el mundo sobre tu problema de imaginarte cosas.

-¡No me imagino cosas!- insistió Denki, completamente fuera de si. En ese instante, Izuku entró en el comedor, asique Denki le sujetó del brazo y tiró de él.-¡Díselo! Vamos, dile de que estabas hablando con Mirio.

-Em...-Izuku miró a ambos, completamente descolocado por verse repentinamente metido en aquello, y terminó respondiendo con lo primero que se le ocurrió.-Yo... Quería animarle...

-¡No, eso no era!- Denki sacudió el brazo de Izuku.-¡No mientas, no era eso de lo que hablabas!

-¡Ya basta!- Ochaco le dio un bofetón a Denki, haciéndole flotar en el aire.-Denki, estás yendo demasiado lejos. No está bien meter en problemas a los demás.

-¿Que está pasando aquí?- les llamó Kan, acercándose a ellos.-Uraraka, baja a Kaminari de ahí, ahora mismo, y volved a vuestra mesa.

Los tres involucrados asintieron, y Ochaco juntó las yemas de sus dedos para bajar a Denki, para luego dirigirse a su mesa para desayunar.

Durante el resto de la mañana, Denki trató de hablar con varios alumnos, pero ninguno parecía estar interesado en escucharle. Maldijo en silencio a Monoma, frustrado, y decidió esperar a que terminaran las clases para ir a hablar directamente con algún profesor.  Izuku, en cambio, se pasó toda la mañana con una sensación de intranquilidad. No se esperaba que Denki descubriera que quería escaparse, y le preocupaba el hecho de que se lo estuviera tratando de contar a todo el mundo, aunque por algún motivo, nadie parecía creerle, asique intentó no darle importancia.

En cuanto cayó la noche, Izuku esperó a que todos se hubieran dormido, y salió de la habitación de la enfermería. La zona de las habitaciones estaba aún en obras, pero de todas formas trató de colarse para llegar a su habitación. Si iba a irse, no podía dejar atrás la bolsa de Toshinori, simplemente no quería separarse de ella, y no podía cargar con las dos bolsas en su estado actual.

Le costó casi media hora llegar hasta allí, esquivando los escombros, pero finalmente logró recuperar la bolsa. La abrió y comprobó que el cuaderno de viaje seguía allí, tomó su bolsa y sacó su ropa, cambiándose y dejando en su lugar el uniforme de Yuuei. Por un momento se planteó la posibilidad de dejar una nota de despedida, pero negó con la cabeza y salió de allí, llevando consigo la bolsa de Toshinori y su espada enfundada, colocándola a su espalda para que le estorbara lo menos posible.

Lo siguiente que hizo fue dirigirse hacia la biblioteca. Sabía que estaba prohibido sacar libros de allí, pero no podía irse sin ESE libro. El libro del One For All. Lo necesitaba, aún tenía que aprender todo lo que contenía. En cuanto logró dar con él, se dio cuenta de que había una novena estrella grabada en la tapa, y abrió el libro. Para su sorpresa, tenía más páginas que antes, y al llegar a la última de la parte de Toshinori, se dio cuenta de que había un nuevo capítulo escrito, uno con su propia letra. Izuku se dio cuenta de que lo que narraba las primeras páginas eran parte de su vida, de cómo había matado accidentalmente a Toya, de cómo había sido exiliado de Hosu y perseguido por los soldados del rey Endeavor, el sacrificio de Toshinori, y su llegada a Yuuei, hasta justo aquel momento. Izuku experimentó una extraña emoción al leerlo. El libro era mágico, y verse incluido junto a sus predecesores, de alguna forma era algo increíble, el honor de ser reconocido en la historia de aquella magia. Tomó aire y guardó el libro en la bolsa de Toshinori, saliendo de la biblioteca. Mirio le estaba esperando en la entrada de la academia, con su armadura puesta y una gran bolsa de cuero colgada del hombro.

-¿Esta todo listo?-le preguntó Mirio. Izuku asintió con la cabeza, asique se giró y trató de abrir el gran portón de madera, cuando una cinta se enrolló en su muñeca y tiró de ella hacia arriba. Oculto entre las sombras del andamio situado sobre ellos, estaba Aizawa, junto con Yamada y el director Nezu.

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