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Los caballos parecían volar sobre la nube de polvo que levantaban sus cascos, siguiendo el camino de tierra. Izuku solo deseaba que pasaran de largo de la arboleda, que no se fijaran en ella, que siguieran adelante y no encontraran a ninguno de los dos.

Y sin embargo, no pudo evitar mirar en dirección a la arboleda.

Solo quería ver si había alguna luz, si aún seguían allí o si ya se habían ido. Tal vez solo quería despedirse, sabiendo que terminaría muerto de todas formas.

Pero el guardia que le llevaba se percató de su gesto, y llamó a sus compañeros para que se detuvieran. Izuku se odió por haber sido tan descuidado y bajó la mirada de inmediato, temblando.

-¿Que hay por allí?- preguntó el guardia, señalando la arboleda.

-Nada.-mintió Izuku. El guardia le dio un golpe en la cabeza, y la armadura de sus guantes le hizo sangrar.

-¿¡Que hay por allí!?-Repitió.

-¡Nada!-Izuku cerró los ojos con fuerza, esperando el golpe. Pero no llegó.

-¡Se esconden en la arboleda!-le dijo el guardia a sus compañeros.

-¡No!-Izuku sintió como el miedo y la desesperación le desbordaban.-¡No hay nada allí! ¡Lo juro! ¡NO HAY NADA ALLÍ!

Pero los guardias no le escucharon. Espolearon a sus caballos y desenvainaron sus espadas, lanzándose al galope hacia la arboleda.

-¡NO! ¡PARAD, POR FAVOR!-Les suplicó Izuku, pero el guardia le golpeó en la cabeza, volviéndome a herir. Le sujetó del pelo y le obligó a mirar hacia la arboleda.

-Esto es tu culpa. Tú les has delatado.- le dijo.- ahora morirán.

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Todoroki zarandeó a Toshinori, despertándole.

-He escuchado la voz de Midoriya.- le informo.- está cerca, y está aterrado.

-¿Como?-Toshinori se despejó de golpe, levantándose.-¡Coge el caballo!

-¿Que?

-¡Haz lo que te digo!- Toshinori empujó a Todoroki hacia el animal, mientras se dirigía a la bolsa de Izuku y tomaba su espada, desenvainandola.-Sal del bosque y llévate a Midoriya a la frontera.

-¿Que es lo que sucede?

-Tu padre. En el mismo momento en que le miré a los ojos, me di cuenta de que nunca iba a dejarnos salir vivos del reino.-Toshinori tomó aire.- vete. Ellos no se detendrán hasta que mueran. Cruzad la frontera.

Todoroki dudó, pero tras escuchar a los caballos de los guardias acercándose, asintió y montó en el caballo, saliendo al galope. Toshinori respiró profundamente, y salió de la arboleda.

Al verle, los jinetes se detuvieron en seco. Había algo en el adulto que los atemorizó por un momento. Tal vez era la fuerza y determinación de su mirada. Tal vez era el aura dorada que rodeaba su cuerpo, o su postura orgullosa y decidida.

-All...Might...-Izuku sintió cómo las lágrimas se escapaban de sus ojos. No sabía si por el miedo o la desesperación al entender lo que el adulto estaba haciendo.- No...por favor...

Los jinetes se lanzaron contra Toshinori, pero éste no retrocedió ni un centímetro. El aura se intensificó y tomó forma, transformando su cuerpo. Su débil apariencia pasó a transformarse en un cuerpo atlético y fuerte. Levantó la espada hacia lo alto y la dejó caer en un gesto descendente.

-¡Rompe con todo y llega más allá!-recitó como un conjuro.-¡SLASH!

La espada cortó el aire, creando un vacío que se lanzó hacia delante y tiró a los jinetes de los caballos.

-¡NO! ¡PARA!-le gritó Izuku.

Una ola de frío se extendió a un lado, y un muro de hielo golpeó al guardia que le sujetaba, tirando a ambos del caballo. Todoroki pasó a su lado y levantó a Izuku, subiéndole al caballo y alejándose velozmente del campo de batalla. Izuku se agarró al cuerpo de Todoroki para no caerse, pero encontró fuerzas para gritarle.

-¡Tenemos que volver! ¡Da la vuelta!

-¡No!-se negó Todoroki.

-¡No puedes dejarle aquí!

-Esto es lo que ha decidido él. Respetalo. Mi magia no les puede hacer daño, no puedo hacer nada, salvo ponerte a salvo al otro lado de la frontera.

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Tras dar aquel golpe, Toshinori sintió un agudo dolor en su costado izquierdo, que le hizo escupir sangre. Supo que la magia negra de su herida se había activado, y que lo mataba rápidamente. Tosió e hincó una rodilla en el suelo, pero se forzó a levantarse y seguir peleando. Su fuerza había mermado a unos niveles que no había imaginado. Lo que antes habría acabado con un solo corte, apenas había tenido la fuerza suficiente para tirar a sus enemigos al suelo.

Los guardias se levantaron y se lanzaron contra él, pero Toshinori volvió a levantar su espalda hacia lo alto.

Sentía como la magia negra se llevaba con rapidez sus energías. Aquel momento que había querido aplazar durante tanto tiempo, finalmente tendría que enfrentarlo.

"Incluso los héroes no pueden escapar de la muerte"

Era cierto. No podía escapar de aquello. Ya no. Durante todo ese tiempo se había estado ocultando, asustado por su propia debilidad, pero ya no podía permitirse ese lujo. La vida de los dos chicos estaba en sus manos, y no podía fallarles. Sintió como una vieja llama se reavivaba en su interior, y le impulsaba a pelear una vez más, una última vez.

De todas sus historias, no dejaría que aquella fuera la más triste. No quería morir de ninguna otra manera que aquella. Porque él había vivido al filo de la muerte, enfrentándola y ganando una y otra vez. Viajando y ayudando a todo aquel que lo necesitara. Ahora sabía lo que tenía que hacer, y estaba dispuesto a llevarlo hasta el final.

El metal y la sangre voló a su alrededor. La suya y la de ellos. Ni siquiera se había dado cuenta de que había regresado a su forma débil, no le importaba. Lo único que llenaba su cabeza era su viejo instinto de pelea, el viejo amigo que le había acompañado durante tantas batallas.

Finalmente, el último de los guardias cayó al suelo. Toshinori clavó la espada en el suelo y apoyó su peso en la empuñadura, escupiendo sangre.

Había ganado. Su última batalla, la había ganado.

-Je...- Toshinori sonrió a duras penas.-supongo...que la última historia...tendrás que contarla tú...Mido...riya...

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