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En los días sucesivos, Izuku tuvo que enfrentarse a su nuevo régimen de entrenamiento. Por la mañana no cambiaba demasiado, tenía las mismas clases de antes. El verdadero reto llegaba por la tarde. Ya desde el primer día, Izuku descubrió que Aizawa, en efecto, era una persona verdaderamente estricta, inflexible y perfeccionista. No admitía ni el más mínimo error, y no aceptaba menos de la máxima capacidad de Izuku. Éste al principio trató de seguir con los entrenamientos junto a Mirio, pero rápidamente se encontró con que la mayor parte estaba demasiado cansado como para poder prestar atención a las explicaciones de Mirio, asique tuvo que reducir sus entrenamientos a los pocos días en los que Aizawa le daba un respiro para descansar. Incluso así, le daba la sensación de que las clases con Aizawa le cubrían más y más tiempo, y llegó un punto en el que empezó a faltar a los entrenamientos de Kan para recuperar horas de sueño antes de las clases de Aizawa.

-¿Izuku?-le llamó Tamaki, tocando su hombro para despertarle. Izuku se había quedado dormido sobre una de las mesas de la biblioteca sin darse cuenta, con la cabeza apoyada en sus brazos. Izuku se levantó repentinamente, desorientado en los primeros segundos.-Tal vez deberías irte a dormir un poco.

-No, estoy bien.-negó Izuku, frotándose los ojos para despejarse.-puedo seguir.

-No, no puedes.-insistió Tamaki.-te exige demasiado, eso no es bueno. Ni siquiera vienes ya a los entrenamientos con el profesor Kan. Tal vez deberías hablar con el profesor Aizawa.

-No, es inútil. Él mismo dijo que no iba a escuchar quejas.

-Pero siempre estás cansado. Ni siquiera le exige tanto a Mirio-Insistió Tamaki.-por favor, no me gusta verte así, tienes que hablar con él.

-Está bien, puedo intentarlo.-cedió finalmente Izuku, bostezando y levantándose de la mesa.-Pero ahora necesito seguir con la tarea que nos ha puesto la profesora Takeyama.

-¡Oh, estáis aquí!-Yamada entró en la biblioteca, mirando a su alrededor.-Vaya, esto está más vacío de lo que pensaba.

Izuku y Tamaki se miraron, sin entender el motivo por el que el profesor más ruidoso de toda la academia iría a un lugar como la biblioteca. Yamada sonrió y se acercó a ellos.

-Parece ser que Aizawa está siendo bastante estricto contigo, Izuku.-empezó, gesticulando exageradamente como de costumbre.-Bueno, he hablado con él y te ha permitido tener el día de descanso mañana. Verás, esque te necesito para una cosilla, y como te va a ocupar todo el día... Bueno, pues eso. Yo que tú trataría de descansar todo lo posible hoy, porque mañana vamos a tener mucho jaleo. Ah, por cierto Tamaki, si ves a Mirio, dile de mi parte que mañana no hay clase extra. No le encuentro por ningún lado, supongo que se fue de nuevo a dar una vuelta por ahí. En fin, ya me voy. Nos vemos mañana en la entrada de la Academia, tras el desayuno, Izuku.

Y tal y como llegó, se fue, sin dejarles tiempo de decir nada. Ambos jóvenes tardaron varios segundos en procesar la información que el adulto les había soltado de golpe, de lo repentino que había sido.

Al día siguiente, Izuku se dirigió a la entrada de la academia nada más desayunar, tal y como le había indicado Yamada. Al llegar, se percató de que el adulto ya estaba allí, esperándole, pero no había nadie más.

-¿No va a venir nadie más?-le preguntó con curiosidad.

-No, solo tú y yo.-Yamada sonrió.-vamos, será divertido. Nos vamos a ir a la isla de Shinkoku.

-¿Shinkoku? ¡Pero eso está a dos semanas de distancia!-protestó Izuku, retrocediendo un paso.

-Si, por eso usaremos esto-Yamada metió la mano en uno de los bolsillos de su chaqueta sin mangas, sacando un pequeño frasco con un líquido morado en su interior.-Mira esto es un viaje relámpago, o VR para abreviar. Permite viajar a cualquier parte, solo tienes que saber el nombre del lugar al que quieras ir. Sin embargo, no se puede utilizar para entrar o salir del Reino Negro, porque el sello impide su funcionamiento. Además, no son fáciles de crear, asique hay que usarlos con cabeza.

Dicho esto, Yamada abrió el frasco y murmuró la palabra "Shinkoku", para después verter el contenido en el suelo. El líquido se volvió denso y cambió al color verde.

-El verde significa que es un viaje seguro.-continuó Yamada.-luego está el naranja, que requiere cierto riesgo, y por último, el amarillo, que significa peligro a tener en cuenta. Vamos, entra.

Izuku miró el líquido en el suelo durante unos segundos, planteándose si sentirse impresionado o asqueado por el aspecto viscoso, pero finalmente tomó aire y dió un paso al frente.

Sintió como el líquido viscoso envolvía su cuerpo, y cerró los ojos con fuerza, encogiéndose. Pasaron unos segundos hasta que sintió que el líquido abandonaba su cuerpo y ropa, y abrió los ojos.

Lo primero que vio frente a él fue una pradera, salpicada por un par de árboles aquí y allá. Miró a su alrededor, pero no vio nada más.

-Fiu, vaya, que pena.-comentó Yamada detrás de él, haciéndose sombra con una mano.-esa es la pega del VR: no son muy precisos, que digamos. Si, vale, esto es Shinkoku, pero nos ha dejado a varios kilómetros del único pueblo en toda la isla.

-¿Varios Kilómetros?-Repitió Izuku.

-Sip, tal vez tardemos cerca de cuatro horas en llegar.-Yamada soltó una carcajada.-Bueno, que se le va a hacer. Venga, en marcha.

Yamada comenzó a caminar despreocupadamente, pero Izuku tardó unos segundos en reaccionar. Le costaba creer que se hubiera metido en aquella situación como si nada, preguntándose qué era lo que estaba pensando el adulto.

-Profesor Yamada.-empezó, aligerando el paso para alcanzarle.-¿Que hacemos aquí? ¿Para que me necesita?

-Oh, es simple.- le respondió Yamada.-dentro de dos días es el cumpleaños de Aizawa, y estamos aquí para recoger su regalo.

-¿Su... cumpleaños? ¿Y por qué tengo que venir yo?

-Hombre, porque yo solo no puedo cargar con ello.

-No me ha entendido. ¿Por qué YO? Podría haber venido Mirio, o cualquier otro.

-Am...Te escuché contarle una historia a Tamaki. -admitió Yamada.- Dio la casualidad de que pasaba por allí en ese momento. Tienes talento, chico, tanto como lo tenía Toshinori. Y eso va a serme muy útil cuando lleguemos. Mientras yo voy a recoger el regalo, tú puedes entretener a la gente. Es agradable llegar a un sitio e inmediatamente estar rodeado de gente, pero ahora mismo es un poco inconveniente.

-Pero yo... No puedo.- Negó Izuku, agachando la cabeza.-Cuando estuve con Tamaki, rompí a llorar sin darme cuenta. Pensaba que después de ese tiempo, yo ya...

-Hey, no pasa nada.-Yamada puso una mano sobre su cabeza y le revolvió el pelo.-en ese caso supongo que me tocará a mí lidiar con la gente mientras tú vas a buscar el regalo. Tienes que ir a la tienda de los Pussycats, reconocerás el edificio en seguida. Diles que vas de mi parte y que te den los anteojos.

-¿Los qué?

-Ya verás, los reconocerás en seguida. Ah, y por cierto, los Pussycats no son gente de confianza, asique entra, recoge el regalo, y sal cuanto antes.

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