UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOS

CAPÍTULO 4 A LA RIBERA DEL RÍO

Fabián
Estoy exausto, he tenido dos semanas de locos, un problema se sucede al otro, y no soy tonto, se que esto es premeditado, y se quién lo está provocando, a estas alturas era para que ya los padres de Mateo y Georgina me hubiesen despedido, claro si yo no hubiera controlado cada situación. De algunos sucesos, ni siquiera se han enterado y no porque él no quiera, pero ya se ha presentado tantas veces a "informar" de mis malos manejos y la mayoría, cuando el padre de ella llega ya están resueltos, que si sigue con ese sistema, el que va a quedar mal es él.

Se nota que ya está desesperado porque no me ha doblegado, ni ha podido deshacerse de mi, ya se enteró de que estoy aquí por Mateo, hubiesen visto su rostro cuando en una de sus trampas, quien llegó fue él y no su padre.

_ Esto se pudo hacer evitado. - dijo Mateo serio. Cuando revisó la cerradura de la cerca, por la cual escaparon los animales. No sé que pretendía Nick, quizás hacer creer que yo era quien había intentado sacarlos del rancho y venderlos por ahí, porque en varias ocasiones lo insinuó, solo que Mateo, o no se dio cuenta o lo ignoró intencionalmente. _ claramente  se ve que esta cerradura fue forzada y me sorprende porque  ningún extraño tiene acceso al rancho, al menos no sin que nos demos cuenta, lo que me hace suponer que fue alguien de aquí mismo.

_ El único extraño aquí es Fabián. - saltó Nick aprovechando la oportunidad.

_ Fabián no es ningún extraño. - lo miró Mateo molesto. Es mi cuñado y si no confiara en él, te aseguro que no estaría aquí. En todo caso la responsabilidad es tuya. - centró su atención en él. _ tu eres quien debería estar atento a estas cosas, estás aquí para ayudar a Mateo, él está aprendiendo y necesita el apoyo de todos, así que de ahora en adelante, te pones a las órdenes de él y lo que salga mal será responsabilidad de ambos.

En ese momento él entendió y yo también, que Mateo intuía como estába nuestra relación y con esa orden había puesto punto final al conflicto, a todos podría engañar, menos a él, el problema es que Mateo casi no está en el rancho, sus negocios lo absorben por completo.

Ahora su única posibilidad es desacreditarme de una forma que no quede lugar a dudas, de que yo busco dañar a nuestros jefes y aprovecharme de ellos, o deshacerse de mí, lo cual no dudo que intente, se nota que ese hombre no tiene escrúpulos. Por desgracia todo mundo le teme y se somete a él. Aún así, ya logré ganarme la confianza de algunos de los trabajadores, él no lo sabe y somos discretos para que no lo sepa, porque ni a ellos, ni a mí nos conviene, así el piensa que sigue teniendo el control. Se que tarde o temprano más gente se va a unir a mi, pero eso se dará con el tiempo, ahorita apenas me están conociendo y se están adaptando a mi forma de trabajar. Por supuesto hay quienes me rechazan abiertamente y apoyan ciegamente a Nick, lo entiendo porque conmigo tienen las de perder, yo no tolero las injusticias ni el maltrato, tampoco la rapiña y hay gente que se aprovecha de sus puestos y de su cercanía con Nick para actuar mal y salir impune, al igual que él.

Es medio día, es la hora de la comida, la verdad no sé que es lo que necesito más, si alimentarme o descansar, a veces siento que ya no puedo más, pero no quiero fallarle a Mateo, el confía en mí.

El calor es insoportable y eso hace que mi rendimiento disminuya. Por fin decidí caminar hasta el río, me daré un chapuzón, y recobraré un poco de energía, si puedo, luego como algo rápido.

Hay un lugar que me encanta, la vista desde la rivera es hermosa, aunque el lugar es peligroso, ahí es fácil resbalar y caer si no se tiene cuidado, pero para mí no representa ningún peligro, es un lugar tan parecido a uno que hay en el rancho donde trabajaba, quizás por eso me gusta tanto, porque me remonta a viejos tiempos, mis recuerdos afloran, es como una conexión entre el pasado y el present. Se que las corrientes de agua ahí, son traicioneras, pero al igual que en mi antiguo lugar favorito, ya las conozco tan bien, que puedo sortearlas sin problemas. Estoy dudando si lanzarme así como estoy o cuando menos quitarme algunas de mis prendas, sé que mis botas y mi bastón se quedan en la ribera y la pienso mucho, tanto que cuando menos pienso recibo la ayuda de alguien, no lo escuché llegar, quizás ya venía detrás de mi, me llega tan de sorpresa, que de una patada mi bastón sale volando, de inmediato me tambaleo, no es que no pueda sostenerme o caminar sin mi bastón, pero me ayuda mucho y sin su apoyo y ante el golpe que sigue caigo sin remedio.

_ Quisiera ver, de esta quien te salva, maldito pueblerino. - escucho la voz burlona de Nick.

Yo me aferró a lo que puedo para no caer, la altura es considerable y si resbalo, daré de lleno contra las rocas antes de caer al agua.

_ Veo que quieres luchar. - se acerca a la orilla. _ lástima que los accidentes existen y a nadie le sorprenderá, que tú, con tu discapacidad, perdieras tu precario equilibrio, lástima que te gusta pasear por la orilla del río, pensarán que nadie te vio y nadie pudo prestarte auxilio. Voy a lamentar tanto tu ausencia. - rio burlón antes de pisar mis manos para obligarme a caer. No puedo darme el lujo de dejar que me las destroce, así que sin pensarlo dos veces apoyo mis pies en la pared, me empujó con fuerza y me suelto.

Lo último que alcanzo a ver es la expresión de triunfo en el rostro sonriente de Nick. Él sabe que no saldré vivo de ese lugar, y lo más importante que quizás nunca encuentren siquiera, mi cadáver.

Siento mi cuerpo chocar contra el agua y de inmediato me cubre por completo, no puedo evitar que un remolino me atrape y me envuelva haciéndome girar sin cesar, jalándome hacia las profundidades.

Nick
Todo ha salido mejor de lo que pensé, ese idiota no me volverá a molestar. Ahora sí tengo el campo libre. Y voy a aprovechar que ella se siente segura porque cree que ese inútil la puede proteger. Si supiera que ya no está en este mundo.

Desde que empezó a crecer he querido tenerla para mí, se ha convertido en mi obsesión, sí, es linda, pero he tenido mucho mejores, sin embargo, es la única que se ha atrevido a rechazarme. Se que lo hace porque me considera poca cosa, porque en el fondo se muere por mi, ninguna mujer en su sano juicio me rechazaría. Ya me encargaré de ponerla en su lugar y de demostrarle quien manda aquí, estará tan perdida por mi, que luego me rogará que no la deje.

He estado esperando, por fin la veo aparecer, pensé que tardaría mas, pero ya está aquí,   miro como se baja del auto y se dirige hacia las oficinas en donde estaría ese perdedor de Fabián, si no estuviera muerto. Todo será más fácil de lo que pensé, porque su guardaespaldas no la sigue, por el contrario se sube al auto y se dirige a estacionarlo en su lugar, seguramente ella se siente segura pensando que ese pueblerino está en su despacho.

Entra a la oficina vacía y yo la sigo.

Lo llama y mira a su alrededor, hasta encontrarse conmigo. Yo le devuelvo la mirada, desde el marco de la puerta. Observo su expresión de horror cuando cierro tras de mi.