MATH II

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Sé que es muy tarde para actuar, sé que ya hice mucho daño, pero quiero compensarlo manteniendo a Dolores alejada de Fabián.

Jamás pensé ver lo que ví. Ese viaje que inicialmente fue para que Dolores quedara libre, resultó ser tan revelador, tanto, que en lugar de legalizar nuestra unión la destruyó, y no me arrepiento, le hice daño a un buen hombre, a un buen esposo, a un buen padre y a un excelente ser humano, y haré todo lo que esté de mi parte para resarcir ese daño, incluso si he de llevar la carga de soportar a esa arpía, lo haré, pero tampoco dejaré que ella la pasé bien, si quiere tener lo que yo le doy, va a tener que pagar por ello, de eso pueden estar seguros.

En estos momentos vamos de regreso a casa, el viaje ha sido largo y cansado, mis hijos van tranquilos, miran el paisaje en silencio, mientras que los de Dolores van concentrados en esos malditos aparatos, que no dejan ni a sol, ni a sombra, también eso cambiará, y no, no es venganza, ya he tenido varias discusiones con ellos, he intentado corregir actitudes groseras que tienen con los empleados de la casa, y a simple vista parece que lo entienden, pero me he estado dando cuenta de que solo actúan delante de mí, y cuando no estoy, hacen lo que quieren al amparo de su madre ahora que pasó todo esto y que ella se marchó, estuve hablando con mis empleados y me sorprendió todo lo que estaba pasando a mis espaldas, y que nadie se atrevía a decirme por temor a que ella los dejara sin trabajo. Ahora que regresemos ellos saben que tienen mi apoyo y que el jefe soy yo y solo a mí me rendirán cuentas, se acabó la tiranía que ella ejercía sobre ellos. Ya no estarán a su servicio. De verdad que muchas cosas van a cambiar. Sé que ella no va a aguantar, y sé que se irá pronto de mi casa, aun así, tengo un trato para ella. Le pagaré un Departamento sencillo, y le daré una pensión, lo suficiente para que se mantenga ella y los niños, a cambio la obligaré a dejar a Fabián en paz, seguramente ahora le exigirá pensión para sus hijos, y no es que crea que él se rehuse, sé, porque él mismo me lo dijo, que ya les tiene una cuenta abierta y les deposita cada mes, es un ahorro para ellos y sus estudios, aunque en este momento no lo estén recibiendo. Aun así, le exigiré a ella que lo deje en paz, o me encargaré personalmente de que su vida se convierta en un infierno, tengo los medios, los contactos y la intención de hacerlo, si ella no cumple con lo que acordemos.

A estas alturas, el único de nosotros que merece ser feliz es Fabián y me encargaré de que así sea. Ella que se encargue de lo suyo, yo me concentraré en mis hijos, hasta ahorita creo que les he dado lo que necesitan, incluyendo amor y atención, al menos la que me ha sido posible darles por mi trabajo y luego porque la han compartido con Dolores y sus hijos, aun así, traté de no descuidarlos. Son unos niños especiales. He estado solo con ellos desde que Ben tenía un añito y Lily dos, mi esposa murió en un accidente y desde entonces tuve una que otra aventura ocasional, nada serio hasta que me enamoré de Dolores, y lo demás ya lo saben, pensé que ella por ser madre de dos niños, cuidaría bien a los míos. Sé por el personal de servicio que no los trató mal, al menos no físicamente porque ellos lo hubiesen sabido, pero si los ignoró en lugar de atenderlos y a los suyos los mantuvo entretenidos concediendoles todo lo que pedían y así ella poder hacer su vida como quería.

Miro a través del espejo retrovisor mis hijos siguen sentaditos en su lugar, tranquilos, mirando el paisaje, están sentados hasta atrás, mientras que Elsa y José, vienen en la parte de enmedio. Les pido una vez más que se sienten en su lugar y abrochen sus cinturones, han estado peleando en los únicos momentos en los que dejan de usar sus dispositivos electrónicos.

_ ¡DEJA DE LLAMARLE LA ATENCIÓN A MIS HIJOS! - estalla. Es la primera vez que habla desde que salimos y ya llevamos varias horas de camino. _ ¡POR QUÉ NO LES DICES A LOS TUYOS! - continúa furiosa.

_ Es peligroso que vayan sin cinturón. - solo digo, no quiero entrar en discusión con ella.

_ ¡NO QUIERO QUE LES DES ÓRDENES! - grita. _ ¡no eres su padre!

Estoy a punto de contestar que no lo soy, pero los mantengo, sin embargo, me quedo callado, no sería justo para ellos y aunque son insoportables debido a que, igual que ella, creen que lo merecen todo, siempre he tratado de no hacer diferencia entre ellos y mis hijos y mucho menos echarles en cara lo que les doy, porque se los doy de corazón y porque ellos no pidieron estar aquí, yo decidí aceptar a su madre, con ellos incluidos, así que no me quejo por ello.

Los niños empiezan a discutir aún más, están a punto de llegar a las manos. Me orillo a la carretera y paro el vehículo.

_ ¡Si no dejan de pelear y abrochan sus cinturones! – digo. _ ¡les castigaré sus tabletas!

_ ¡Tú no eres mi papá! _ contestó de inmediato José. _ no me puedes castigar.

_ ¡Puedo y lo haré! - digo exasperado. _ ¡necesito que se comporten! ¡Faltan unas cuantas horas para llegar, si no se calman nos quedaremos en un hotel y llegaremos hasta mañana!

_ ¡YO QUIERO LLEGAR YA! - grita Elsa haciendo berrinche.

_ ¡No me voy a mover de aquí! - digo molesto. _ ¡hasta que ustedes dos obedezcan!

_ ¡TE DIJE QUE NO LE GRITES A MIS HIJOS! - se vuelve furiosa hacia mí. _ ¡NO TIENES NINGÚN DERECHO!

_ ¡Lo que dije también va para ti! - estoy perdiendo la paciencia. Sé que su molestia no es porque les hablé fuerte a los niños, no les estoy gritando, es porque está enojada, porque no le di tiempo de estar con Fabián, y la amenacé con quitarle todo, si no se regresaba conmigo, por supuesto aceptó, no hemos hablado, pero sabe que lo haremos al llegar, sabe que las cosas no volverán a ser las mismas de antes y que no tendrá, ni disfrutará de lo que tenía, sabe que su vida va a cambiar y no para bien, pero también sabe, que no tiene opción, porque sabe, que con Fabián, tampoco tiene cabida ya, y lo más que él va a hacer, es mantener a sus hijos con el sueldo que gana como capataz, y de ninguna manera se compara con lo que yo le puedo dar por poco que sea, y eso, sí es que ella pudiese disponer de esa pensión, porque es para sus hijos, no para ella.

_ ¡ERES UN PATÁN! - me grita. _ ¡NO SABES TRATAR A LOS NIÑOS! - me tira un manotazo el cual detengo.

_ ¡Entonces encárgate tú de controlarlos y de que obedezcan! - la suelto con brusquedad.

_ ¡Papá! - escucho a Lily que habla desde el asiento de atrás. Está asustada y me señala a su hermanito que nos ve con cara de temor.

_ Salgan del auto. - les digo bajándome, para abrirles la puerta, mientras dejo que Dolores se encargue de sus hijos.

También ella baja y entra a dónde están los niños.

Mientras tanto yo me llevo a parte a Ben y Lily. Quisiera que no estuvieran pasando por esto, pero ya es tarde, los abrazo y les digo que no se preocupen, que esto pronto terminará y que ellos se irán

_ ¿De verdad? - me dicen ambos al unísono y me doy cuenta de lo mal que la estaban pasando con ellos en casa. Eso me convence más y sé que no daré marcha atrás, no importa por lo que yo pase. Aprieto mi abrazo y les digo cuánto los amo. Ellos son mi vida, ya aprendí la lección, no necesito a nadie más dentro de mi familia, desde ahora seremos ellos y yo y nadie más.

UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora